La U.D. Melilla ya acabó la temporada y piensa en la siguiente. Por ello, es momento de valoraciones. El técnico de los azulinos, Fernando Currás, hace balance de lo que ha sido la campaña 2014/2015, un curso duro, pero en el que los unionistas han logrado volver a ilusionar a su afición y clasificarse para la Copa del Rey.
Balance general de la temporada
Ha sido una temporada con muchos altibajos y muy exigente. Están pasando los días y pensándolo fríamente es una temporada para estar contentos, porque tengo la sensación de que todo el mundo ha dado lo máximo. Hemos puesto mucho de nuestra parte para hacerlo lo mejor posible. Habrá gente que la clasificación que hemos hecho le parecerá corta, otros que estén contentos y otros que estén muy contentos. En general, la sensación es de satisfacción por haber competido todos los partidos, más que por clasificarnos para la Copa del Rey, que está bien. Es verdad que siempre hay cosas para mejorar, pero en cuanto a actitud y compromiso, que es lo mínimo que se puede exigir, no tengo ninguna duda. Ha sido un grupo de deportistas y personas espectacular.
Mejores momentos
La colaboración desde el día cero y la predisposición al trabajo, pero sobre todo la respuesta en los momentos más complicados. Hemos convivido muchas jornadas con los últimos puestos y eso en el deporte no es fácil de salir de ello. El equipo apretó más los dientes y creyó en el trabajo. Esa lealtad al trabajo diario es lo que más me llena como entrenador. Una vez que sacamos la cabeza hemos ilusionado a la gente, al final no hemos podido rematar la faena, pero porque hay equipos que han estado mejor que nosotros y son los que han llegado al playoff, algo que nadie pensaba en navidades y hemos conseguido acariciarlo. La ilusión que te llega de la gente es otro de los motivos positivos que me llevo.
Peores momentos
No borraría nada, porque creo que en las adversidades es cuando tiene más importancia la respuesta a esa situación. Es lo que alimenta para crecer como equipo, como personas y nosotros hemos tenido varios momentos prolongados en el tiempo en los que estábamos haciendo bien las cosas pero la suerte no estuvo de nuestro lado, aunque luego se compensó. Esos finales de partido con goles en el descuento, en propia puerta, eran difíciles de digerir. No lo hemos pasado bien en lo deportivo. Hay algo que ha marcado la temporada y es el tema económico. Todos lo hemos sabido diferenciar del rendimiento, nunca lo hemos puesto como excusa, pero una vez que termina el entrenamiento y ves que no cobras, que tienes familia, no es algo sencillo. Desde el primer momento hemos dado la confianza al club y a la Ciudad Autónoma, nos han explicado la situación, la hemos aceptado y seguimos confiando. Seguro que se va a solucionar porque nunca han dejado tirado a ningún futbolista. Es algo en lo que hay que incidir para mejorar porque no es sencillo. Son momentos que no se los desearía a nadie y creo que el equipo ha respondido siempre.
Como he dicho tres positivos voy a decir tres negativos. El último es el viaje de vuelta de Cáceres. El silencio en el autobús, en las seis horas que pasamos, fue algo duro porque detrás de mí iba gente que también le había puesto ilusión y que lo había intentado hasta última hora, pero fue un partido que nos cortó la ilusión de seguir peleando. Sabíamos que era difícil, pero ese silencio dice mucho del grupo que habíamos formado. Es un momento que todavía tengo grabado, pero espero que ese compromiso por defender la ilusión generada se potencie.
Primer año como entrenador
Soy de ir a lo momentáneo. Tengo que reconocer que estoy satisfecho porque me he sentido a gusto, como si llevara ejerciendo de entrenador toda mi vida. No he notado que haya sido mi primera vez. Eso me da más fuerza para seguir. Soy muy partidario de la naturalidad, si me hubiese sentido más extraño hubiera estado más incómodo. A eso ayuda el contexto y el grupo de trabajo, no sólo de futbolistas, sino el cuerpo técnico y gente que estuvo con nosotros en el día a día. Eso lo agradezco y me reconforta. Me da fuerzas para seguir trabajando más si cabe. EL objetivo es crecer, si con ello podemos contagiar más ilusión iremos cumpliendo objetivos, pero pensando en el día.
Expectativas de futuro
Tenemos la expectativa de crecer. Cada uno dentro de sus responsabilidades tiene que dar más de su parte. Yo lo voy a hacer, voy a poner más de mi parte si cabe. La idea que tengo es que la gente que esté alrededor vaya en la misma dirección de exigirnos al máximo, de compromiso con la profesión y teniendo claro lo que queremos. Hay que trabajar y mejorar en la cultura del esfuerzo, es el camino en el que creo. La gente tiene que tomar conciencia de que nos jugamos mucho y llegar a donde lleguemos. Muchas veces hay la sensación de que las cosas se regalan, pero no, que la gente se gane el estar. El elogio debilita e impide crecer.
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