Si se celebraran elecciones nacionales en estos momentos, un 40% de los melillenses daría su apoyo al Partido Popular, mientras que un 20% respaldaría al PSOE y el mismo porcentaje, a Vox. Eso al menos refleja el barómetro de diciembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), hecho público ayer.
Según esta encuesta, el PSOE seguiría a la cabeza como primera fuerza política, con el 28,9% de los votos, situándose por detrás el PP, con un 19,1%. El último barómetro del CIS también prevé, por primera vez, que Vox pueda entrar en el Congreso con un apoyo del 3,7%.
Sería en Ceuta y Melilla donde más papeletas conseguiría esta fuerza, con un 20% de los votos, siguiéndole Castilla-La Mancha, Cantabria y La Rioja, aunque de lejos, obteniendo un apoyo del 6,8% en la región manchega y de un 5% en las otras dos comunidades.
Pero ¿hasta qué punto son creíbles estos datos? Tenemos una larga historia de ejemplos en los que las encuestas electorales decían una cosa, y luego los resultados se han alejado completamente.
El líder nacional del PP, Pablo Casado, desdeñó ayer los resultados, comparando su fiabilidad con la de un programa de humor: “La gente ya se toma el CIS como el especial de Nochevieja de José Mota”.
Quizás no haya que exagerar tanto pero la encuesta arroja algunos datos cuanto menos curiosos: el 100% de los melillenses encuestados siente simpatía por C’s; en caso de no poder votar a su partido, Podemos sería la segunda opción para el 50%; y el 100% dice que ningún partido está próximo a sus ideas. O los ciudadanos han perdido totalmente la confianza en la política o cuesta creer ese dato. Como siempre, la mejor encuesta será en las urnas.