El crucero con bandera portuguesa Vasco da Gama volvió a Melilla para acercar a 826 turistas, en su mayoría alemanes y suizos, a la ciudad donde pudieron disfrutar de una mañana de paseo por las calles del centro y por la fortaleza de Melilla la Vieja.
La cifra de viajeros que ha traído este barco supera con mucho el número de visitantes de los anteriores, que rondaba los 200.
Ildefonso Menéndez, dueño de la compañía de viajes África Travel, explicó a este diario que, Mystic Cruises, la naviera responsable del viaje es alemana y que, por ello, la mayoría de los pasajeros que viajaban en el buque procedían de Alemania.
Junto a los viajeros, en el barco se encontraban también los 499 miembros de la tripulación encargados de dirigir al crucero a los distintos puertos programados en su itinerario, y entre ellos, el de Melilla.
En su visita a la ciudad, los turistas tenían programada una excursión a Melilla la Vieja y, tal y como señaló Menéndez, “aproximadamente un 10% decidieron hacerla” y conocer, así, la fortaleza desde dentro para poder también disfrutar de las vistas desde sus murallas, donde se les ha podido ver haciendo fotografías.
Al final de esa visita, según dijo el dueño de la compañía de viajes, aquellos que decidieron realizar esta excursión “pudieron tomarse una tapa en el restaurante La Muralla” para recuperar energías después de la visita.
De esta forma, durante la mañana del martes se pudo ver a estos visitantes por el parque Hernández, Plaza de España o en los alrededores de la Asamblea para luego dirigirse hacia el conjunto modernista de Melilla.
Ataviados con sombreros y pantalones cortos y equipados con botellas de agua, los turistas recorrían el callejero melillense buscando también un bar en el que poder tomarse unas tapas después de las horas de paseo bajo el sol.
La visita de estos viajeros está prevista hasta las 16:00 horas, cuando volverán al buque para ser el itinerario programado.
Quinto crucero del año
El Vasco da Gama fue el primer buque en desembarcar en Melilla el pasado 20 de marzo y ahora, a su vuelta, ya es el quinto que ha pasado por la ciudad durante lo que llevamos de 2023.
Este crucero llega después de la visita del Evrima, el último que atracó en el puerto melillense el pasado día 3 de mayo tras parar en Málaga y antes de dirigirse a Valencia en su camino.
Unos 284 turistas, la inmensa mayoría de ellos estadounidenses, desembarcaron en nuestra ciudad y recorrieron Melilla durante todo el día, disfrutando de los puntos de interés más característicos de la ciudad.
En su anterior visita, el buque Vasco da Gama trajo a Melilla a más de 800 turistas, también alemanes en su mayoría.
Tras este crucero, se espera que al puerto melillense lleguen otros 10 más antes de que finalice el año.
Los más de 800 turistas que bajaron del barco este martes, en su mayoría, conocían poco sobre la ciudad antes de venir, pero todos los que hablaron con este periódico confesaron quedar encantados con lo que se encontraron al pasear por las calles de Melilla.
Entre las cosas que más destacaron se encontraban el conjunto de edificios modernistas, la fortaleza de Melilla la Vieja, la gastronomía y, por supuesto, el clima, que todos señalaban como “muy bueno”.
Algunos, como Albert, que, como la gran mayoría de los pasajeros, venía desde Alemania, dijo que “el viaje en el crucero había sido muy bueno y muy agradable”.
En lo que respecta a la ciudad, este alemán decía “conocer un poco de ella”.
“Sé que aquí conviven cuatro culturas y que tiene bastante arquitectura modernista, que es lo que voy a ir a ver ahora”, añadió.
En ese sentido también comentó que aunque “sólo llevaba recorrido apenas un kilómetro” desde que bajó del barco, lo que había visto de la ciudad “le estaba gustando mucho” y que esperaba que “en el par de horas que tenía para hacer la visita, le diera tiempo a ver todo lo que quería”.
Por su parte, Hann también coincidió en que el viaje en el barco “había sido muy cómodo” antes de la llegada a Melilla y que no conocía nada de la ciudad antes de llegar, pero que le estaba “sorprendiendo mucho”.
“Me parece una ciudad muy bonita la verdad, nos está gustando mucho la visita”, señaló.
Entre todo lo que le había dado tiempo a ver desde que bajó del crucero, este turista destacaba que le había “impresionado mucho” la fortaleza y que ahora su mujer y él estaban buscando un lugar donde pararse a tomar algo.
Otros pasajeros, en cambio, parecen acudir a la ciudad más informados de su situación y de sus características, como es el caso de Doris, que, en sus declaraciones, demostraba conocer bastante bien muchos temas relacionados con Melilla.
Primero, esta viajera quiso destacar que el viaje “por todo el Mediterráneo” le estaba gustando mucho, a pesar de que, durante la mañana del martes “hizo un poco de viento”, pero, igualmente, señaló que “el viaje en barco estaba siendo muy bueno”.
En cuanto a lo que conocía de la ciudad antes de venir, Doris dijo “no conocer mucho salvo que es un enclave español en África”.
“Sé que tiene frontera con Marruecos y que, a veces, hay problemas allí, pero no mucho más”, añadió esta alemana.
Por otro lado, señaló que no conocía “casi nada de la ciudad en sí” y que “estaba muy impresionada con su arquitectura”.
“A pesar de su ubicación este lugar me parece como un pequeño paraíso, me está pareciendo un sitio muy encantador”, destacó.
Doris también dijo que “se preguntaba cómo se siente la gente que vivía aquí”, porque, según comentó, entre risas, “tenía que ser una sensación similar a la de vivir en una isla”.
También Hans destacaba lo “placentero” que le había resultado el trayecto hasta Melilla y decía sentirse “descansado” para realizar su visita a la ciudad.
“Yo no conocía este lugar, no sabía que España tenía ciudades en África y la verdad es que me está sorprendiendo mucho”, destacó.
Entre las cosas que más le habían llamado la atención, Hans, que iba acompañado de su mujer, dijo que tanto la arquitectura como la zona de playa le habían “gustado mucho” y que, si le daba tiempo, “intentaría darse un baño en el mar” antes de volver al barco.
Este turista señaló también que, “quieren aprovechar muy bien días de sol como estos”, ya que el clima que estaba haciendo durante su visita les parecía “magnífico”.
Estos son los aspectos que los viajeros destacan más de Melilla y todos decían querer encontrar un sitio donde poder degustar la gastronomía local antes de irse, ya que sólo los que quisieron realizar la visita a Melilla la Vieja pudieron ir después a comerse una tapa.
El resto, tras un rato de fotografías y paseo, buscaba un lugar donde poder sentarse, beberse una cerveza y descansar después de haber visitado todos los puntos de interés turístico.
Así, durante toda la mañana del martes se pudo ver a estos pasajeros llenando las calles de Melilla e inmortalizando sus lugares y vistas más emblemáticas durante las 6 horas en las que se iban a encontrar en la ciudad.
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