Cristina Narbona: “Los melillenses necesitan un cambio de modelo económico y social”

Cristina Narbona, actual presidenta del PSOE, visitó la ciudad de Melilla, tras los actos de conmemoración del centenario del PSME, habló con El Faro.

¿Qué tal le han acogido los y las melillenses?

Con mucho cariño. No es la primera vez que vengo a Melilla, mis recuerdos anteriores son de una acogida tan cálida como la que he tenido hoy

Ha venido para estar presente en los actos de conmemoración del centenario.

Sí. Estoy encantada de estar aquí. Me gustaría lanzar un mensaje de felicitación por este aniversario basado en la esperanza y confianza hacia el futuro, ya que el PSOE vive una época completamente renovada.

¿Cómo afecta esa renovación a los melillenses y al resto de españoles?

La renovación se siente en toda España, aquí también. El Gobierno está tomando decisiones que afectan de manera positiva a todos los y las españolas y a todos y todas las melillenses. Tanto desde el punto de vista laboral y salarial, como el de las inversiones. Aquí, en Melilla, hemos recuperado la construcción del hospital, el centro educativo en el mercado central y algunas otras cuestiones. Yo creo que todo esto es un mensaje para todos los ciudadanos de que se pueden hacer políticas diferentes desde el gobierno.

¿Usted cree que es posible hacer políticas diferentes tras permanecer 18 años gobernando una Ciudad Autónoma, como ocurre aquí en Melilla?

Creo que, más que por las duraciones de los gobiernos, lo que hay que valorar es lo que han hecho esos gobiernos. Y lo que es evidente en la Ciudad Autónoma es que hay datos muy negativos, como los del paro juvenil, de los servicios que se prestan en la educación y en la sanidad pública, y también de las inversiones públicas y equipamientos, que están muy desfasados en el tiempo.

¿Insinúa que Melilla necesita un cambio?

Si se miran los números es evidente que los melillenses necesitan un cambio de modelo económico. Pero sobre todo un cambio desde el punto de vista social. Aquí hay muchas desigualdades, problemas de pobreza y dificultad de acceso a los servicios públicos. Sin embargo a pesar de todos estos factores, Melilla es un ejemplo de convivencia pacífica a pesar de la multiculturalidad que se respira aquí.

¿En torno a qué podría girar el cambio que usted dice que los melillenses necesitan?

El ecológico, por ejemplo. Mire, por ejemplo desde aquí, desde Melilla se puede aprovechar tantas horas de sol y mostrar al resto de España los beneficios del uso de las energías limpias. Esta ciudad tiene la capacidad de dar un salto a la eficiencia energética desde el momento en el que el Gobierno ha derogado el llamado impuesto al sol y está empezando a regular el autoconsumo que, sin ninguna duda formará parte del inmediato futuro del modelo energético nuevo. Melilla puede ser el lugar donde comience la implantación de un modelo más limpio y en el que los ciudadanos tengan responsabilidad en su gestión y en su administración.

En Melilla hay personas que opinan que en la ciudad hay símbolos que violan la Ley de Memoria Histórica…

El Gobierno de Melilla debería haber cumplido la ley. Sin embargo, la ciudad autónoma no es el único sitio donde no se respeta. El actual Gobierno de Pedro Sánchez está intentando reforzar la Ley de Memoria Histórica.

¿Cómo pretenden reforzarla?

Hay un proyecto de modificación en trámite donde se ha incorporado, por ejemplo, la exhumación de los restos de Franco, pero también otra serie de iniciativas para conseguir identificar los cadáveres de muchas personas que fallecieron durante la Guerra Civil. Es solo un nuevo intento de recuperar nuestra memoria y de abandonar cualquier tipo de homenaje o de adhesión a lo que Franco significó En este sentido, hemos insistido muchas ves con PP y C’s para que hagan explicito un rechazo a la dictadura franquista.

Pero no lo han conseguido…

No. Y ahora que aparece Vox en el horizonte, creemos que será todavía más difícil que la derecha española sea una derecha que rechace un pasado autoritario como el que tuvimos. Esto no sucede en otros países de nuestro entorno. En Europa, la mayoría de los partidos que se definen como centro derecha o liberales hacen todo lo posible por evitar que los partidos de extrema derecha lleguen al poder. En el caso de España, y concretamente en Andalucía tenemos serias dudas de que los partidos de la derecha acaben gobernando gracias a Vox y eso me preocupa

¿Por qué le preocupa?

Su presencia en la escena política española podría traer un recorte en las libertades de nuestro país. Mire, lo que representa vox ya existía antes. Estaba camuflado dentro del paraguas del Partido Popular, pero desde allí, no se atrevían a hacer tan explicitas algunas propuestas. Por el bien de la sociedad española, el PP no dio marcha atrás en algunas leyes: no derogó la ley de violencia de género ni la la ley de matrimonio homosexual. Sin embargo, desde Vox ahora se enarbolan esos cambios como parte de sus exigencias para permitir el Gobierno en Andalucía. Si eso ocurriese, sería sin duda una amenaza a las libertades en nuestro país.

Entonces, según cuenta, ¿podría ser un retroceso?

Sí, por ejemplo, para el feminismo. Yo veo en este movimiento, no solo en España, sino a nivel internacional, una fuerza y un potencial inmenso. En países árabes o de américa latina, las mujeres están jugando un rol fundamental a la hora de construir democracia. Se pueden producir retrocesos en algún momento, pero hay una tendencia de fondo extraordinariamente potente.

Dígame, ¿Cuándo se van a quitar las concertinas de la valla?

Yo creo que será algo que se anunciará pronto. Me consta la voluntad del Gobierno de avanzar en esta dirección. Pero de momento lo único que puedo decir es lo que conozco por el propio ministro Grande Marlaska. Desde el primer momento, cuando se produjeron las entradas masivas se vio un efecto muy dañino de las concertinas. El Ministro pidió que se hiciera un informe sobre alternativas que permitieran garantizar que no haya entradas no controladas pero que, al mismo tiempo, no produjesen daño físico indeseable, tal y como hacen las concertinas que hay en la actualidad.

El otro día, la senadora del PP, Sofía Acedo, criticó los “bandazos y contradicciones en cuanto a política de inmigración del Gobierno de Sánchez”

El PP quiere dar una imagen de la acción del gobierno muy negativa y muy contraria a la realidad. En la agenda del actual gobierno, la política de inmigración con todas sus dimensiones, ha estado presente desde el primer momento. No hay ninguna contradicción con las decisiones de traer a España a los refugiados del buque Aquiarius o de otras decisiones que han sido distintas porque distintas eran las circunstancias.

Entonces, según usted ¿cómo es la política de inmigración del PSOE?

Es una política en la que ha habido, desde el primer instante, trabajo con las instituciones europeas que, entre otras cosas, ha significado la reaparición en la agenda europea la política de inmigración asociada a la política de cooperación al desarrollo. El ministro de Asuntos Exteriores está en estos momentos trabajando sobre un proyecto muy ambicioso cara al desarrollo de África que será presentado en la UE

¿Muy ambicioso?

Mire, en política de inmigración, lo que tenemos que hacer es entender las causas de esos flujos masivos que tienen mucho que ver con la pobreza, la desigualdad el cambio climático y las condiciones de vida de muchos países y de muchos millones de africanos.

Entonces, ¿Qué propone usted?

Hay que volver a retomar la cooperación al desarrollo, que en la etapa del Gobierno de Zapatero tuvo una enorme dimensión y que ha quedado completamente desarbolada. Lo que en la actualidad hay en el ministerio de exteriores en cuanto a recursos presupuestarios y humanos para dedicar a proyectos cooperativos no es ni la décima parte de lo que había en la etapa de Zapatero.

¿Por dónde comenzar a retomar la cooperación al desarrollo?

Yo creo que hay que ser globalistas e internacionalizar los derechos humanos. Pero cuidado, porque desde la UE tenemos que hacer frente a los que yo llamo el lado oscuro de la globalización.

¿A qué se refiere?

Mire, la globalización de flujos económicos tiene elementos positivos porque trae consigo la conexión de las mejores tecnologías a escala mundial. Pero la globalización han traído consigo, un aumento de las desigualdades, el aumento de la contaminación, los paraísos fiscales y la evasión fiscal, entre otros.

¿Y qué papel asume el Gobierno de España en esta situación?

El Gobierno está siendo muy activo. Pero es verdad que hay otros países que no tienen la misma posición en paliar estas consecuencias. Eso nos hace pensar que, muy posiblemente, el proyecto europeo del futuro se desarrollará con protagonismos diferenciados de algunos países que se pondrán de acuerdo en avanzar hacia la integración europea y las políticas comunes, y otros países avanzarán más en el ámbito económico y comercial.

Volviendo al tema ¿Afectará esta distancia de la que habla a la inmigración?

Seguro, pero nosotros queremos conseguir que haya un numero importante de países que se impliquen de forma directa. Pero otros países, afrontan esta cuestión de una manera mucha mas alejada y desde posiciones muy duras.

¿Posiciones duras como en la que se situó Casado al decir que “no hay papeles para todos?

Mire, es una expresión demagógica y hacer demagogia con la cuestión migratoria no es la forma de encararla. Los flujos migratorios que recibe España son perfectamente gestionables.