365 días han transcurrido desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declarara el estado de alarma como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. En este tiempo, los ciudadanos han estado confinados, extremando las medidas de seguridad e higiene para luchar contra un virus que era desconocido, pero que avanzó muy rápido y dejó miles de víctimas en el país.
A lo largo del último año, los ciudadanos han tenido que adaptarse a una nueva manera de socializar, a la distancia interpersonal, a la lejanía física de las familias, al uso obligatorio de mascarilla, a las limitaciones de movilidad, del número de personas que se pueden reunir, entre otras.
Ha sido un año que nadie imaginó vivir. Enfrentar un virus con una alta carga viral que aumenta su capacidad de transmisión y hacer frente a una pandemia mundial. Fue el 26 de febrero del 2020 cuando las autoridades en Melilla comenzaron a referirse al coronavirus. Lo hacían para llamar a la calma y pedir un uso responsable de la mascarilla, dejándola para los sanitarios o grupos de riesgo.
Dos días después, 28 de febrero la Delegación del Gobierno informó de un protocolo ante un caso sospechoso de Covid-19, se pedía llamar al 112 y no ir al hospital. En los días sucesivos, las autoridades recomendaban no viajar a zonas de riesgo y se comenzaban a suspender actividades como La Africana.
El 12 de marzo, el consejero de Políticas Sociales y Economía, Mohamed Mohand, informó de que realizaron las pruebas a tres personas con síntomas que habían viajado a la península y horas después se confirmaban los primeros positivos en Melilla.
Siguió el cierre de la frontera por parte de Marruecos el 13 de marzo, la suspensión de las clases presenciales, el comercio atípico, la cultura bajaba el telón y con ello, días después, se decretaría el estado de alarma y el confinamiento.
El 25 de marzo de 2020 fallecía la primera víctima por Covid-19 en la ciudad. A la fecha, son 74 las muertes como consecuencia de la pandemia en la ciudad.
Ha sido un año en el que se confinó por 52 días a la población, se vivieron cuatro fases de una desescalada que culminó el 22 de junio junto con el estado de alarma.
Con el verano, la mascarilla comenzaba a ser de uso obligatorio, la hostelería abría con restricciones de mesas y número de comensales por mesa.
Después de una primera ola de la pandemia, en la que Melilla registró una incidencia muy baja de la enfermedad, a finales de julio se confirmó un brote activo de Covid-19 y los casos comenzaron a aumentar. El verano transcurrió en medio de normativas de prevención, pero luego, en septiembre, llegó una segunda ola del coronavirus que azotó a Melilla.
Aumentaron los casos, la incidencia acumulada, la mortalidad, la presión hospitalaria registró varios picos; pero también se fueron extremando las medidas de contención del virus a través de las órdenes de Salud Pública y de Presidencia, sin dejar de lado la nueva declaración del estado de alarma.
Por las navidades se flexibilizaron las normas y llevó a vivir una tercera ola con cientos de contagios y más muertes.
Han sido 365 días largos, de muchos cambios, de restricciones, de normas, de enfrentar a una pandemia y vivir episodios que eran impensables para muchos. El inicio de la vacunación llegaba en diciembre como una esperanza real para superar el virus. El mundo, España y Melilla aún enfrentan una pandemia que todavía no tiene fecha de caducidad.
240 días de los 365 que han pasado desde la declaración del estado de alarma hace un año, hemos vivido bajo el paraguas de esta normativa del Gobierno central.
Por medio del estado de alarma no solo se ha limitado la movilidad entre regiones, sino que se han adoptado una serie de medidas para la contención del virus. En la primera ola, se vivieron 100 días de estado de alarma y, el 25 de octubre, se decretó otro que se mantiene vigente hasta la fecha.
140 días de confinamiento nocturno. Desde el 25 de octubre hasta la fecha rige en el país un nuevo estado de alarma que contempla el confinamiento nocturno. Desde hace cuatro meses y 17 días, los ciudadanos tienen limitaciones de movilidad nocturna salvo por ciertas excepciones que está permitido. Los melillenses deben estar en casa obligatoriamente desde las 22:00 horas hasta las 6:00 horas. En Navidad se flexibilizó el horario.
52 días en casa. Ese fue el tiempo que vivimos confinados. Desde el 14 de marzo al 4 de mayo de 2020 cuando, en la fase 0 de la desescalada, se fueron permitiendo los paseos por grupos de edad y franjas horarias.
En la primera ola de la pandemia, España vivió 100 días de estado de alarma, de los cuales 52 fueron de confinamiento para luego dar inicio a la desescalada. Comenzó el 4 de mayo con la fase cero y culminó el 21 de junio, con la fase 4, dando paso a la nueva normalidad.
63 órdenes y decretos con medidas sanitarias se han publicado en el Boletín Oficial de Melilla (BOME). Estos han contemplado desde la suspensión de actividades escolares en marzo, la normas de prevención, horarios de establecimientos, cierre de espacios culturales, de la hostelería y de centros en la ciudad debido a la pandemia del coronavirus.
En el 2020 fueron 43 las órdenes publicadas sin contar con otras vinculadas a la pandemia, como el mes de luto oficial por las víctimas, las convocatorias de ayudas para viviendas o empresas afectadas por la crisis del Covid-19. En el 2021 se han publicado 20 órdenes con nuevas medidas para contener el virus, donde se incluyeron las restricciones a los lugares del culto, el toque de queda y limitaciones de horarios de los establecimientos y la hostelería.
270 días, entre el 2020 y el 2021, lleva trabajando el sector de la hostelería en la ciudad con restricciones. Pero también estuvo cerrada por 94 días en el 2020, tanto en la primera ola como en la segunda.
El sector de la hostelería cerró en la ciudad unos días antes de que se declarara el estado de alarma el 14 de marzo, bajando sus persianas desde mediados de marzo hasta el 11 de mayo (Fase I de la desescalada), cuando permitieron abrir los establecimientos con el uso de terrazas con el 50% de las mesas y una ocupación máxima de 10 personas por mesas.
Debido a la situación sanitaria en Melilla durante la segunda ola, desde el 18 de octubre al 22 de noviembre tuvieron sus persianas abajo, sumando otros 35 días cerrados. Desde que inició la desescalada, este sector se ha adaptado a las normas de Salud Pública.
74 fallecidos suma la ciudad en un año. En este tiempo, se han vivido tres olas con un impacto distinto en cada una. La primera, de marzo a junio de 2020, se registraron dos fallecidos. El verano transcurrió sin víctimas mortales por la Covid-19, pero con un aumento en el númeor de contagios. La segunda ola, de julio a agosto, contabilizó 42 muertes y, la tercera, de enero de 2021 hasta la fecha, suma 30 nuevas víctimas. La ciudad acumula desde hace un año 7.315 positivos.
239 días llevan los melillenses utilizando la mascarilla como un elemento obligatorio para salir de casa, hacer la compra, hacer actividades al aire libre, entre otras. Han pasado siete meses y 24 días desde que fue publicada en el BOME la normativa que establece como obligatorio el uso de la mascarilla y, se advertía, de que quienes incumplieran esta norma serían sancionados con multas de hasta 100 euros. Aunque es un elemento de protección contra la Covid-19, todavía hay personas que no las usan de manera correcta.
3.635 melillenses en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) han recibido prestaciones por un importe total de 11,1 millones de euros en el último año. La crisis sanitaria provocó una caída de la economía, de los sectores productivos que repercuten en los trabajadores. Además, se dedicaron 10 millones de euros para prestaciones extraordinarias para trabajadores autónomos de Melilla cuya actividad se haya visto afectada por la pandemia.
2.100 expedientes de ayudas Covid para empresarios y autónomos tramitó la Ciudad durante el 2020. De estos, 710 correspondieron a las líneas 1 y 2; 90 a la convocatoria extraordinaria de la 1 y 2; 416 línea 3; 683 expedientes de la línea 4 y 201 expediente de la línea 5. Promesa debió reforzar el trabajo para atender la demanda. Durante este 2021 se han seguido tramitando ayudas para empresarios y autónomos por medio de las cinco líneas creadas para ayudar a las empresas y a la economía melillense.
Por otra parte, y para paliar las consecuencias de la crisis en distintos ámbitos como el educativo, sanitario, entre otros, del Gobierno central llegaron a Melilla 25 millones de euros provenientes del Fondo Covid-19 y el 1,5 millones de euros del Fondo Social Extraordinario.
2.092 personas tienen la pauta vacunal completa en la ciudad. Desde el 27 de diciembre cuando comenzó la campaña de vacunación contra la Covid-19, en la ciudad se han suministrado 7.178 dosis.
Hasta el 11 de marzo de este año, Melilla ha recibido 8.20 dosis de vacunas, de las cuales 4.320 son de Pfizer; 600 de Moderna y 3.100 de AstraZeneca.
La meta trazada por el Gobierno central era tener vacunada al 70 por ciento de la población en verano. Sin embargo, los inconvenientes en la distribución y fabricación de la vacuna han jugado en contra. De estos dos factores también dependerá el ritmo que tome la campaña de vacunación en la ciudad.
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