Mi Maestra, No te digo Adiós.
Fuiste un regalo “desde que te conocí”… y lo seguiste siendo hasta el último día que tuve el honor de cuidar de ti, aunque la realidad es que eras TÚ la que todos estos años cuidaste de mi. De eso saben mucho los que te conocieron a través de mi. Y en las condiciones que fuesen lo seguiría haciendo toda una vida.. y aprendiendo…tanto, tanto y tanto te quedaba por hacer y decir.
Y ahora que vuelvo la vista atrás, me doy cuenta de los fallos que cometí, de cuanto tiempo perdí. y ahora que estás pero no estás aquí, yo te digo y te repito: Tú sigues en mi.
Y hoy sí, hoy le agradezco al Alzheimer lo mucho que en estos últimos diez años recibí, porque del Alzheimer, amigos míos, os confieso que yo si aprendí. Pero si no fuera por la enfermedad del olvido, nada de esto hubiera ‘quedado así’, hubieras luchado, porque tú eras así. Una guerrera innata, lo sé porque yo lo viví. Y aunque algunos si lo hagan, yo no me olvido de ti.
Y de nuevo te doy las gracias, por todo este invaluable tiempo que estuviste aquí. Porque si no, yo me pregunto. (Responde de una vez, amigo imaginario): ¿Qué hubiera sido de mi?
Este tiempo que te he tenido a mi lado..
Que Dios me ha concedido
Que has estado como nunca antes…. a pesar de tu letargo..
…y hoy digo, y VUELVO A REPETIR:
Gracias por ser mi Madre…
Gracias por haber sido mi Maestra…
Gracias… por seguir aquí.
Pero yo creo que me voy, creo que no seguiré aquí.. aunque la lucha sigue…
¿Recuerdas -cuando…sin decírtelo-, te miré a los ojos y te lo prometí?
Fueron esas miradas cómplices que nos regalamos hasta el último instante en que te vi.
Me enseñaste que en la vida hay que ser agradecidos, y yo agradezco a la vida, todo lo que contigo he aprendido, y para finalizar, quiero decirte una cosa:
Hay estrellas en el cielo que con luz propia brillan y tú...!tú -querida Madre- tú eres una de ellas!.
✠ Jesús Tortosa Oliden
Melilla