Consejos de seguridad para viajar con niños en coche este verano

Con el inicio del verano, miles de familias seguramente viajarán en coche en algún momento de sus vacaciones. No pocas de ellas lo harán llevando a bordo a sus bebés o sus niños, quizás por primera vez. Por eso, la Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil (AESVi), único foro de expertos nacionales e internacionales en seguridad vial infantil del país, comparte algunos consejos para que los más pequeños puedan viajar a salvo y, sobre todo, protegidos de las altas temperaturas propias de la etapa estival.

Lo primero que debemos hacer antes de salir de viaje en coche con bebés o niños chicos, de acuerdo con Josep M. Vallès, CEO de Smart Group y director económico de AESVi, "es tener en cuenta que ellos son especialmente vulnerables dentro del vehículo porque les afecta con mayor intensidad el calor, ya que su sistema de autorregulación de la temperatura es aún inmaduro". Luego, es fundamental seguir una serie de pautas para hacerles el viaje más cómodo.

Antes del viaje

Durante los preparativos del viaje no podemos perder de vista que todos los niños con una altura igual o inferior a 1,35 metros están obligados a utilizar un sistema de retención infantil homologado en el asiento trasero, mientras viajan en un vehículo.

Asimismo, los bebés deben viajar en sentido inverso a la marcha para proteger mejor su cabeza y su cuerpo en caso de que se diera un coche. Aquí, resulta esencial comprobar que la instalación de la silla se corresponde con las instrucciones del fabricante para garantizar así que el sistema de retención cumpla eficazmente con su función protectora.

Por otro lado, si preparamos el viaje con suficiente antelación, evitaremos ponernos estresados o nerviosos y transmitirle esa sensación a los pequeños. Eso sí, no sería bueno programar viajes que excedan las seis horas al día en coche.

Antes de introducir al bebé en el coche para comenzar el trayecto hay que cerciorarse de que la temperatura interior es la adecuada, o sea, entre 21 y 23 grados, y que el pequeño lleva ropa cómoda, holgada y ligera, también para que el sistema de retención actúe eficientemente.

Por ende, si el vehículo ha estado expuesto al sol hay que ventilarlo bajando las ventanillas y dejando que recircule el aire, y, antes de sentar al niño en la sillita, verificar que las hebillas metálicas no están demasiado calientes, porque podrían causarle quemaduras.

Otra cuestión primordial es que nunca, bajo ningún concepto, debemos dejar a los pequeños solos en el interior del vehículo. Ni aunque exista una apertura en la ventanilla. Ni siquiera para hacer algún recado rápido. Según  advierten los especialistas, en los meses de calor la temperatura en el interior del coche puede subir entre 10 y 15 grados en menos de 15 minutos, y los niños pueden sufrir un golpe de calor a veces fatal.

Durante el viaje

Ya durante el viaje se recomienda usar el aire acondicionado, pero con moderación porque puede resecar las mucosas e irritar el sistema respiratorio. Por ende, el flujo de aire no puede estar dirigido directamente hacia el bebé, ni darle en la cara ni en el cuerpo.

En tanto, una buena opción en caso de que el niño esté nervioso es sentarse a su lado en el asiento trasero e intentar entretenerle con juguetes, canciones o cuentos infantiles.

También debemos darle agua con frecuencia y sin esperar que nos la pida porque así evitaremos que se deshidrate.

Asimismo, como los adultos, los niños necesitan descansar cada dos horas, al igual que tomar aire, refrescarse y moverse durante los tiempos de descanso.

Durante el viaje hay que evitar igualmente que el sol le dé directamente al bebé a través de la ventanilla, por lo que podemos emplear un parasol y chequear periódicamente que el bebé no tiene frío ni excesivo calor. La clave, a tenor con los expertos, estará en la temperatura de sus pies, por ejemplo, o en si está sudando.

Al concluir el viaje

Por último, al subir o bajar del vehículo, no debemos dejar de vigilar a los niños. En momentos en que cargamos o descargarmos, si dejamos de controlar a los pequeños, podrían poner en riesgo el coche, o perderse por los alrededores. En otras palabras, que los niños deben estar siempre bajo la supervisión de los responsables de su vigilancia.

A la vez, al bajar del coche, los niños siempre deben hacerlo por el lado más seguro, o lo que es lo mismo, el de la acera.

Por último, desde AESVi han destacado su compromiso por que se pongan en marcha medidas concretas y eficaces que garanticen que ningún niño fallezca o sufra lesiones graves a causa de accidentes de tráfico.