El Gobierno melillense tiene claro que la presión migratoria no va a cesar a corto plazo. El portavoz del Ejecutivo, Daniel Conesa, recalcó que se están produciendo intentos de entrada a través de la valla “casi a diario”.
“Los subsaharianos no van a parar de intentarlo”, afirmó en declaraciones realizadas a los medios de comunicación pocas horas después del último asalto al perímetro, protagonizado por 800 personas, de las que únicamente una decena logró entrar en Melilla. Conesa apuntó que no siempre se puede contener “una marea humana”, pese a los refuerzos de Policía Nacional y Guardia Civil que ha recibido Melilla y a la colaboración que está ofreciendo Marruecos para repeler a los subsaharianos.
En lo que respecta a la implicación de las Fuerzas de Seguridad del país vecino, señaló que están realizando “un trabajo importante” y apuntó que hay “quien pretende manipular la realidad y asegura que Marruecos no está apoyando a España” en este terreno. “Si no contáramos con su ayuda, sería mucho peor. Ya comprobamos el miércoles cómo evitaron que un millar de subsaharianos entrara por la valla. Hoy (ayer) han logrado repeler a la mayor parte de los inmigrantes”. Eso sí, apuntó que siempre se puede pedir al país vecino que colabore más. “La presión no va a parar. La capacidad de actuación de los agentes es la que es, no siempre se puede contener a los inmigrantes”, insistió Conesa. “No van precisamente pidiendo permiso para saltar la valla. Comprendemos que son personas desesperadas que buscan un mundo mejor, pero es no quita que debamos defender nuestro perímetro”.
Asimismo, señaló que la presión migratoria sobre la frontera “es extrema” y dudó de que vaya a remitir. Además, recalcó que hay que seguir llevando a cabo una defensa “enérgica” del vallado, cada país en su lado, para evitar que haya más “violaciones del perímetro”.
Reunión con Ceuta
Conesa recordó que en la cumbre con Ceuta celebrada esta semana se redactó un texto conjunto para solicitar al Estado una serie de medida destinadas a paliar la fuerte presión migratoria. De manera parelela, se ha planteado a la Cámara Alta la “restructuración” de las zonas urbanas aledañas a los pasos fronterizos. “Son zonas que están en una situación deprimida, como ocurre en la barriada de La Cañada de Hidum”, remarcó.
La intención es que el Senado se comprometa a apoyar esta iniciativa con fondos económicos. El portavoz señaló que el problema de la presión migratoria exige “un esfuerzo adicional en todos los frentes”, como refuerzos de personal e infraestructuras. “En un par de semanas podremos comenzar a hablar de propuestas concretas”, añadió.
Valla en Marruecos
Por otro lado, consideró que instalar una segunda valla fronteriza en territorio marroquí no servirá para acabar con la fuerte presión migratoria que sufre la ciudad autónoma. “Si el país vecino establece un nuevo obstáculo, bienvenido sea, pero contra el hambre y la desesperación, las vallas sirven lo que sirven. Nadie salta esos seis metros y se lanza al otro lado a riesgo de su vida por gusto”, indicó.
No obstante, recalcó que si el Gobierno marroquí instala nuevos medios disuasorios en su terreno, tendrán como efecto que menos inmigrantes se animen a saltar. Eso sí, Conesa dejó claro “que con ello no se acabará el problema”.
“Si no pueden entrar por la valla lo harán por otras vías. Es un drama humano y no hay obstáculo que lo frene al 100%. La mía no es una visión pesimista de la situación, sino realista”, concluyó.
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