Para comprender la mirada del islam hacia la mujer podemos empezar desde el primer paso del ser humano a la tierra con lo que se conoce como el gran pecado de Adán y Eva. En el Corán, hay más de un versículo en varios capítulos que tratan el tema de la razón por la cual Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso. En efecto los principales fragmentos que cuentan claramente la historia son, los versículos 35, 36 y 37 de la Sura ‘Capítulo’ 2, los versículos 19, 20, 21, 22 y 23 de la Sura “capítulo” 7, y los versículos 117, 118, 119, 120, 121 y 122 de la sura ‘capítulo’ 20. Las tres citas repiten la misma idea, de manera que no deja duda ni siquiera se necesita la búsqueda de una interpretación. Ahora nos hacemos la siguiente pregunta ¿Quién fue el culpable de la salida del paraíso? ¿Acaso Eva fue la culpable?.
El capítulo 7, titulado ‘Los lugares elevados’, se relata lo siguiente: “Adán, ¡habita con tu esposa en el Jardín y comed de lo que queráis, pero no os acerquéis a este árbol! si no, seréis de los impíos. Pero el demonio les insinuó el mal, mostrándoles su escondida desnudez, y dijo: vuestro señor no os prohibió acercaros a este árbol sino por temor de que os convertiríais en ángeles u os hicierais inmortales. Y les juró, de veras, os aconsejo el bien, les hizo, pues caer dolosamente y cuando hubieron gustado ambos del árbol, se les reveló su desnudez y comenzaron a cubrirse con hojas del jardín”. (Capítulo 7 versículos 19, 20, 21, 22 y 23).
El resumen de la historia es que Dios creó a Adán a partir de un trozo de arcilla, luego le insufló el alma y creó de su costilla a Eva. Los dos vivían en el paraíso donde podían comer las frutas excepto las del árbol prohibido y la advertencia de que si lo hacían estarían pecando. Más tarde, Satán les engaño y cometieron el pecado. Por lo tanto, la orden y la advertencia y, en consecuencia, el castigo, fue a los dos, de Adán y Eva y en ningún sitio del libro se menciona la culpabilidad de Eva sola. Tanto él como ella se consideraban culpables aunque en los versículos de manera indirecta se menciona que Adán es el primero que actuó y Eva hizo lo mismo que él. por lo tanto, a pesar de la manipulación que algunos hacen de los textos religiosos hasta crear y establecer una interpretación muy patriarcal que beneficia a la situación de superioridad del hombre, todos los imames, desde los tiempos del Profeta hasta la época de los fundadores de las cuatros escuelas jurídicas (las tres generaciones doradas del islam, es decir el islam puro que nosotros intentamos enseñar), estuvieron de acuerdo en que la culpa fue compartida entre los dos y en ningún momento podemos encontrar la más leve insinuación de que Eva fue tentadora o de que convenciese a Adán para que éste comiera del árbol o que ella hubiera comido antes que él.
Hay también otra idea importante, no existe la idea de que las mujeres son castigadas con sufrimiento durante el embarazo o que los hombres son pecadores como Adán. Para el islam sólo ellos fueron los culpables, Adán y Eva, y los hijos no asumen las culpas de sus padres. Por todo ello, la igualdad entre el hombre y la mujer empezó desde el primer momento: Igualdad en las responsabilidades de una acción compartida por Adán y Eva. De hecho, el texto coránico no deja ninguna duda, utilizando los pronombres y los verbos en su forma dual.
El lenguaje del Corán, en lo que respecta al trato que los hombres han de tener con las mujeres, se clasifica en tres partes. En una parte se dirige a los hombres para ordenarles tratar bien a las mujeres, en una segunda parte, se dirige a las mujeres para hablarles de sus derechos, y en una tercera parte, la mayoría de los versículos hablan a ambos sexos conjuntamente para advertirles de que no hay diferencias entre hombres y mujeres ante los ojos de Dios salvo por la piedad. El lenguaje del Corán no es un lenguaje sexista ni masculino ni femenino, es generalmente neutro. Se considera a la mujer consciente y capaz de asumir las obligaciones de la religión y aplicarla en su vida diaria y sacar sus derechos para usarlos en su vida cotidiana.
Para nosotros los musulmanes, las creencias son un derecho y un deber de la persona, que recibirá la recompensa o el castigo según su vida, y esta es la base de la buena fe que los creyentes de ambos sexos son libres y responsables de sus actos sin preferencias de un sexo u otro. Con esto queremos decir que la mujer debe pensar y seguir el Corán y la Sunna acorde a las enseñanzas del Profeta Muhammad y las tres generaciones que le sucedieron (la época dorada del islam) y debe apartarse de las malas interpretaciones ofrecidas por varones para así conseguir sus objetivos oscuros. Todas las religiones tienen como principio fundamental la justicia, entonces ¿Cómo se podría hablar de Justicia cuando decimos que Dios prefiere un sexo sobre otro? Por lo tanto queda claro que todas las creencias religiosas monoteístas han venido con un mensaje para mejorar la vida humana aunque luego por las artimañas del demonio, el ser humano ha modificado malintencionadamente esas enseñanzas. En lo que respecta al islam, su enseñanza es clara como la luz del día, el Corán y la Sunna o Tradición Profética son claros y transparentes, es por eso que animamos a todos los musulmanes a que a la hora de buscar las preguntas a sus dudas lo hagan recurriendo a aquellos que fueron los faros que iluminaron nuestro camino, a los eruditos de las tres primeras generaciones del islam, a aquellos que nos han enseñado el islam puro y verdadero sin ningún tipo de interpretaciones interesadas para beneficios de algunos en prejuicio de otros.
Para concluir este artículo, y teniendo presente que el próximo 25 de noviembre es el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, desde la Comunidad Islámica Imam Malik queremos dejar claro lo siguiente: En el islam no hay lugar para la violencia contra la mujer. No es posible encontrar en la moral y en el pensamiento islámico una base a favor de la violencia contra las mujeres. En el islam, la violencia contra las mujeres, los hombres, los niños, los ancianos y todo tipo de seres vivos se considera un comportamiento infame. La violencia es un crimen contra la humanidad. Sea cual sea la razón o el motivo; humillar y lastimar la dignidad de un ser humano es una manifestación de un estado mental enfermo y una manifestación de un pensamiento ignorante. Hoy, la violencia ha llegado a un nivel tal que amenaza a la humanidad independientemente de la religión, el idioma, la raza, la geografía, el nivel educativo y el estatus social, y por desgracia las principales perjudicadas son las mujeres. ¿Cómo puede un musulmán maltratar, violentar, agredir, insultar, humillar a una mujer sabiendo que eso es todo lo contrario que nos enseñó nuestro amado Profeta Muhammad? El Profeta Muhammad nos ordenó en su última Peregrinación de despedida respetar los derechos de las mujeres y nos dijo que ellas deben ser tratadas con afecto y amor.
La única forma de salvarnos de la espiral de la violencia que oscurece la vida de la mujer y daña a la sociedad y a las familias es escuchando el consejo del Profeta Muhammad. Todo musulmán debe asimilar el modelo de vida del Profeta Muhammad y colocar la misericordia, la justicia, la compasión y la clemencia como la base de sus relaciones. Como dijimos al principio, en el islam no hay lugar para la violencia contra la mujer.
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