Gatos, perros, pájaros, hurones, e incluso algunos animales más exóticos como las serpientes, forman parte de nuestras vidas. Las mascotas se han convertido en un miembro más de la familia al que hay que alimentar, bañar, sacar de paseo, mimar y llevar a las costosas visitas del veterinario; sin olvidar el drama que supone organizar unas vacaciones en las que nuestro animal de compañía no puede asistir.
Hasta ahora la acogida ha funcionado
perfectamente con la revisión veterinaria
El cariño hacia las mascotas y la concienciación animalista ha incrementado la preocupación de muchas personas hacia los animales sin hogar. La adopción se ha convertido en una herramienta muy efectiva para luchar contra el abandono y dar una segunda oportunidad al animal. Este es el pensamiento que comparte la presidenta de Adomel (Adopciones Melilla), Laura Benavent Quintana, quien nos recuerda que “los animales sienten, sufren y también necesitan nuevas oportunidades”. Adomel es una asociación sin ánimo de lucro formada por particulares con un claro objetivo: recoger y acoger animales abandonados, darles un hogar y garantizar sus cuidados veterinarios, como la vacunación, esterilización y chipado.
No obstante, esta organización va mucho más allá y quiere concienciar de la importancia de adoptar mascotas para reducir el número de animales abandonados que vagan por las calles de Melilla, especialmente gatos. La presidenta de Adomel pone de ejemplo la gestión de colonias felinas que se desarrolla en Ceuta, donde “han prosperado más de 40 puntos controlados. Cada persona encargada tiene una identificación y todos los gatos que forman ese núcleo están desparasitados, esterilizados y vacunados”, por lo que “se evitan camadas indeseadas y se previene la transmisión de enfermedades como la rabia”.
Sin embargo, Benavent lamenta la falta de información y la poca claridad en la regulación actual de Melilla respecto al cuidado de animales sin hogar. “No tenemos muy claro (cómo proceder). Sabemos que está multado dar de comer animales en la vía pública, por lo que llevamos a cabo su recogida” y añade que “desde que se produjeron algunos casos de rabia, Sanidad está interponiendo una serie de normativas. Así, estamos esperando para ver si se pueden recoger o no”. Además, lamenta que “sería una pena que todos los animales tuvieran que ir a perrera obligatoriamente en periodo de cuarentena, porque hasta ahora la acogida ha funcionado perfectamente con la revisión veterinaria”.
Respecto a la compra y venta de animales en tiendas de mascotas, criaderos o mediante particulares, la presidenta de Adomel opina que “si no prohibirse, debería regularse porque es un negocio que consiste en lucrarse de la vida de un ser vivo. Eso no lo veré bien nunca”. Benavent añade que “si compras un animal, debería estar esterilizado”, de este modo se evitaría el tráfico de animales. También asegura que “hay algunos que los venden en Wallapop”.
Por otro lado, la compra o venta de animales incita a la discriminación por raza y fomenta el negocio del cruce de ejemplares, que acaba con el abandono de los ‘animales defectuosos’, como fue el caso de Puca. Esta perrita de tres años fue abandonada en la Circunvalación y maltratada, ya que la “habían quemado con alquitrán hirviendo y tenía la traquea seccionada, seguramente la habrían ahorcado”. Ahora, por suerte, ya ha sido adoptada y vive feliz en su nuevo hogar, pero todavía con miedo a relacionarse otras personas.
Laura Benavent asegura que “todos podemos hacer algo por ayudar por poco que sea, como colaborar o mediante donaciones”, y da especial importancia a la concienciación de la población sobre el cuidado, la adopción de animales y la lucha contra el maltrato y su abandono. La presidenta de Adomel recuerda que “si se quiere, se puede. El problema es querer”.
Con menos de un año de vida, la asociación Adomel ha dado en adopción a “más de 100 animales y otros tantos en acogida”, comenta Benavent, a pesar de no recibir ninguna subvención por parte de la Administración competente.
Los fondos de Adomel para llevar a cabo su labor provienen de “los bolsillos de los socios” y de las aportaciones desinteresadas que hacen personas anónimas a través del grupo de Teaming de la asociación. Esta plataforma virtual permite donar un euro al mes a la asociación, un total de doce euros al año sin intereses añadidos.
Gracias a estas ayudas, han podido pagar los tratamientos y las operaciones de numerosos perros y gatos en la Clínica Albeita, un centro veterinario que les hace un precio especial de asociación y que les recuerda periódicamente las campañas de vacunación de todos sus animales.
Además, las redes sociales, especialmente Facebook, han sido imprescindibles para dar a conocer la actividad de Adomel. Aunque inicialmente las interacciones eran de amigos y familiares, poco a poco la página fue creciendo y ahora muchos de los donantes son de otras partes de España, que por puro altruismo deciden colaborar con esta asociación animalista melillense.
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