Sociedad

Conchi Ruiz vuelve a Melilla para presentar su libro 'Mi vida en el Sáhara'

Después de cinco décadas, Conchi Ruiz Mínguez ha vuelto a pisar África. Natural de Melilla, regresa muy emocionada a su ciudad natal para presentar su libro ‘Mi vida en el Sáhara’, donde relata sus vivencias en El Alaiún antes de la Marcha Verde. 

Conchi Ruiz es melillense, al igual que sus padres, sus abuelos y también sus hijos. Poco queda de la Melilla que ella conoció y que dejó atrás en los años setenta. Su casa siempre tenía las puertas abiertas. Vivía cerca del Teatro Cine Perelló y recuerda emotivamente aquellos días tan felices en su Melilla, rodeada de familia y amigos. 

Su madre, que fue Miss Melilla, era muy querida y conocida en la ciudad, pero murió joven. Su padre, médico, era muy caritativo. De ellos aprendió mucho, sobre todo a amar. 

Ya en el Sáhara, donde vivió desde 1971 hasta 1975 junto a su marido e hijos, tuvo la oportunidad de ejercer la profesión de periodista en Radio Sáhara. A partir de ahí, comenzó una de las etapas más maravillosas de su vida, pero también con algunos episodios muy tristes. 

“El Sáhara me embrujó”, los ojos le brillan al recordar aquellos tiempos. Unos años muy felices que pasó entre las dunas del desierto, haciendo programas para la radio y entablando amistad con personas que todavía guarda en su corazón. 

Recuerda con cariño las noches. Cuando tuvo la oportunidad se compró un Seat y aprendió a conducir entre las dunas. Por allí daba largos paseos bajo la luz de la luna hasta llegar a su casa. Asegura que la luna del Sáhara “parece otra”; no es la misma que se ve desde la península. “No hay luna más hermosa que la de una noche en las dunas”. 

De las dunas del Sáhara también guarda buenos recuerdos. Sus hijos, que acabaron tan enamorados del desierto como ella, subían y bajaban por ellas jugando. Ruiz se les unía siempre que podía; poco le importaban las serpientes que podían andar ocultas entre la arena. Su marido, recuerda, los contemplaba desde abajo porque no era partícipe de “su locura”. 

Por el camino hizo grandes amigos. Se bañó en las aguas del desierto con las mujeres saharauis, de las que destaca su “tremenda belleza” y laborioso trabajo. “Se dedican a sus hijos mientras el marido sale al desierto, a buscar agua”. Guarda especial cariño a su amigo pescador Ahmed, que le regaló una rosa de piedra cuando se dieron el último adiós, y a Pablo-Ignacio Dalmases, director de Radio Sáhara y del periódico ‘La Realidad’, con quien, a día de hoy, sigue teniendo relación. 

En la radio hacía de todo, hasta un programa infantil que en algunas ocasiones tenía que improvisar porque el guión de Madrid llegaba tarde. 

Aquellos felices recuerdos se vieron empañados por la Marcha Verde. Un episodio imposible de borrar de su memoria y con el que ha aprendido a vivir todos estos años. “Se queda grabado para toda la vida”, señala. “Ahora me ha pasado y me está pasando. Empiezo a revivir. Cierro los ojos y veo las imágenes de todo”. 

Lamenta que, todavía hoy en día, muchas personas desconocen la cantidad de vidas que se perdieron entonces. Contra ella, incluso, atentaron tres veces. Episodios de frenético terror que recuerda, después de tantas décadas, con detalle. Como el de una de esas noches en las que conducía entre las dunas y observó que un coche la seguía de cerca. 

“Le cedí el paso, pero no aceptó. A cada lado del camino se cortaba bruscamente por profundos barrancos (...). Desesperada, aceleré cuanto pude para acercarme a un cuartel ocupado por un Regimiento militar y al sonido insistente de mi claxon se dieron cuenta de lo que ocurría”, relata en las páginas de ‘Mi vida en el Sáhara’. 

Fue de las últimas mujeres españolas en abandonar el Sáhara con la Marcha Verde. Su marido y sus hijos la esperaban ya en Tenerife, donde reside actualmente. Y, desde entonces, no había vuelto a poner un pie en África. Hasta ahora, que ha regresado a su tierra natal para estar con la familia y presentar su libro. 

Impulsada por el que ella considera su “compañero de vida”, Ruiz se puso a escribir su historia. Dejó salir sus recuerdos de lo más profundo de su corazón: a veces llorando, otras riendo. Y después de un año buscando fotografías, mirando periódicos antiguos y haciendo memoria, nació ‘Mi vida en el Sáhara’. Fruto de “un año de trabajo y sesenta de experiencia”.

Cinco décadas después, durante este fin de semana volverá a recorrer las calles de Melilla y disfrutar junto a su familia de la ciudad que la vio crecer. Después volverá a su casa en Tenerife. Se considera una mujer inquieta y todavía, pese a su edad, sigue formándose. Estudia en la Universidad para Mayores de La Laguna. 

Este viernes por la tarde estará encantada de hablar con todos los melillenses que lo deseen sobre su libro en la presentación que hará en La Librería. 

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