El Gobierno melillense llevó a cabo ayer otra nueva ronda de contactos con los empresarios con el objetivo de conocer sus demandas y hacerles partícipes de los planes que tienen previsto desarrollar en estos próximos años. Sus interlocutores fueron los directivos de Pymes Melilla y de la CEME, que básicamente coincidieron en sus posiciones ante temas de primera magnitud para la ciudad como el 50% de la bonificación a las cuotas patronales de la Seguridad Social, la puesta en funcionamiento de la aduana comercial y la instauración del régimen de viajeros con Marruecos. En definitiva, nada nuevo en los planteamientos puestos sobre la mesa ya que son exactamente los mismos que vienen repitiendo como un mantra en los últimos meses sin que haya habido solución alguna por parte del Gobierno central, competente en todo lo que reivindican. De hecho, el Ejecutivo local tan solo puede hacer un ejercicio de presión pero la resolución está en manos de Madrid. Y estas reuniones se producen el mismo día en que el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, vuelve a la carga con la necesidad de que España proteste formalmente ante Marruecos después de que la web de la embajada del país vecino muestre un mapa que incluye a Melilla y Ceuta como parte de su territorio nacional. Hace ya varios días que Imbroda viene pidiendo la protesta española sin que el Gobierno de Sánchez haya mostrado el más mínimo interés en expresar su queja ante la diplomacia marroquí. El presidente melillense habla de humillación para los melillenses, los mismos que siguen esperando un respiro económico con la apertura de la aduana comercial, algo a lo que Marruecos se comprometió hace más de un año y que jamás ha tenido intención de cumplir ante el silencio y pasividad de España. Después de cinco días desde que apareciera por primera vez la noticia sobre la apropiación por los marroquíes de los territorios de las dos ciudades autónomas en un mapa oficial de su embajada, por fin se ha pronunciado el PSOE local, no para respaldar la idea de una protesta formal sino para decir que Melilla es parte indisoluble de España y que el Gobierno invierte mucho en la ciudad. Algo así como “obras son amores que no buenas razones” es lo que ha venido a comentar la secretaria general socialista, Gloria Rojas. Y CpM, por su parte, tampoco parece muy dado a que se tenga que elevar ningún tipo de protesta. El diputado local Emilio Guerra dejaba claro que la soberanía española de Melilla estaba ya reconocida por los organismos internacionales, como la ONU y la Unión Europea, y que, debido a eso, no era necesario mayor incidencia frente a Marruecos. El caso es que el Gobierno de Sánchez sigue mirando a otro lado ante lo que los marroquíes hacen y deshacen respecto de los territorios españoles en el norte de África. No abre la aduana comercial ni visos de que vaya a suceder algún día, no respeta el mutuo acuerdo de cero hostilidad en cuestiones de soberanía y viola el régimen de viajeros que sí mantiene en otras fronteras.