Besar la bandera del país significa un compromiso y un honor para quien lo ha hecho. Unos lo hacían por primera vez y otros repetían décadas después, con la misma emoción que al inicio y con un gran sentir por España.
Marcos besó la bandera española este domingo en el parque Hernández. Para él “independientemente de la ideología que uno pueda tener, siempre hay un sentimiento patriótico”, que varía en cada persona, pero del que él siente orgullo.
Afirmó que con la jura a la bandera sintió “satisfacción consigo mismo”. A su lado estaba Rocío, a quien le han inculcado los valores patrios en casa. Ella también besó la insignia y aseguró que este acto la hizo sentirse “como más española”.
Rocío afirmó que tenía mucho tiempo con ganas de hacer este acto. Lo logró este domingo en el parque Hernández, junto a otro centenar de personas. “También lo he vivido en casa, tengo familia militar y lo llevo viviendo desde que soy pequeñita”.
Décadas después
María de los Ángeles juró a la bandera por segunda vez este domingo. Anteriormente lo había hecho hace 26 años. “Es maravilloso, además era mi rejura y es un honor tremendo”.
Para ella, este acto es “lo más grande del mundo. (...) Es una maravilla y un orgullo poder besar nuestra bandera”.
Nicolás recordó que en 1980 fue la primera vez que juró a la bandera. Lo hizo en Melilla, también con el Regimiento de Artillería Mixto (RAMIX), “mi mujer también quería hacerlo pero no ha podido”.
Antonia, esposa de Nicolás y quien lo acompañaba, aseguró que se “quedaba con las ganas” de besar la bandera, pero promete volver para hacerlo.
Por su parte José María Gómez Tirado, jefe de Artillería Legionario, ha jurado bandera en tres oportunidades. Él, al igual que decenas de personas, asistieron a ver el acto institucional.
Informó de que se retiró y su último servicio fue en Afganistán. “Hoy (domingo) no juré bandera, pero me pareció muy bien el acto. Soy Artillero y además Legionario, con lo cual perfecto. Estoy muy orgulloso”.
Domingo llegó a Melilla con su esposa desde Valencia. Juró a la bandera por segunda vez en su vida. Confesó que sintió tanta emoción que no pudo contener las lágrimas. “Es un orgullo y una emoción muy grande. Me he pasado un rato llorando. Es orgullo por España, compromiso ... todo, y las ganas que tenía de volver a jurar la bandera”.
Sentimientos de emoción, orgullo, satisfacción y mucho amor por España sentían quienes juraron a la bandera. Los familiares y parientes del más del centenar de personas que lo hizo, tenían sensaciones similares.
Antonio, por ejemplo, no besó la bandera, pero acompañó a un familiar que sí lo hizo. Para él es “un orgullo que mi mujer haya jurado a la bandera española”.
Manuela aseveró que darle un beso a la bandera española es “un orgullo y un honor muy grande”.
Este domingo unas 150 personas reafirmaron, en Melilla, su compromiso con la nación y sus valores.
Magnífica iniciativa que debería prodigarse (y aceptarse) en toda España con unanimidad.
Bravo por Melilla y los jurandos.