EL multimillonario marroquí Aziz Ajanuch, ganador de las elecciones de este 8 de septiembre en Marruecos, se perfila como el próximo primer ministro del país vecino, en sustitución del islamista Saadeddine El Otmani, que recordaremos eternamente por sus declaraciones ofensivas del 21 de diciembre de 2020, cuando dijo que Melilla y Ceuta son dos ciudades marroquíes.
Ajanuch, líder del partido centrista Reagrupación Nacional Independiente, que pasa de 37 a 102 escaños, es el segundo hombre más rico de Marruecos, por detrás del rey Mohamed VI, a quien le une una amistad personal, hasta el punto de que, según El País, el monarca cenó con él en la mansión que el empresario tiene en Casablanca, en el Ramadán de 2013.
Dedicado a la industria del petróleo y casado con Salua Idrisi Ajanuch, directora del grupo Aksal, que controla la mitad del Morocco Mall, uno de los centros comerciales más potentes de toda África, el multimillonario es un hombre de negocios y además, un liberal que se ha presentado a las elecciones con un equipo compuesto por tecnócratas, por lo que podríamos esperar en Melilla una vuelta a la vieja normalidad en la que los capitales, las materias primas y las personas puedan volver a fluir de un lado a otro de la frontera.
Es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero el propio Ajanuch ya ha avanzado este viernes en una rueda de prensa que su victoria es “la expresión del cambio” en Marruecos.
El periodista Ignacio Cembrero nos había advertido antes de los comicios legislativos, regionales y municipales marroquíes de este miércoles que en esta cita electoral íbamos a ser testigos del desplome de Justicia y Desarrollo, el partido islamista de El Othmani, que tras 10 años en el poder, ha caído en estas elecciones generales de 125 escaños a sólo 13. Además, el experto en temas hispano-marroquíes habla del partido de Ajanuch como una formación “artificial”, ubicada en la órbita del poder.
Eso en Melilla obviamente nos tranquiliza, toda vez que este 21 de agosto, Mohamed VI, en un acto de buena voluntad, mostró en su discurso con motivo del 68 aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo su disposición a resolver las diferencias con España.
Si este señor (Ajanuch), que hasta hace poco era ministro de Agricultura, es su amigo y tiene todas las papeletas para gobernar, no sería descabellado esperar una rebaja importante de las tensiones y, por tanto, la pronta reapertura de la frontera.
Ajanuch estudió en Canadá, conoce la cultura occidental y con suerte no nos saldrá antiglobalización como Donald Trump. Si no lo sabe, pronto se enterará de la mortandad económica que sufren zonas atrasadas de Marruecos como Nador, donde la gente espera como agua de mayo la reapertura de la frontera.
No creo que el magnate del petróleo se arriesgue a una protesta como la que afectó sus negocios en 2018, cuando un boicot popular organizado en redes sociales provocó durante un mes grandes pérdidas a tres grandes marcas del país, entre ellas, las gasolineras Afriquia, de la que es propietario Ajanuch.
De llegar a tomar posesión del cargo de primer ministro de Marruecos, las condiciones estarían dadas para avanzar en el diálogo con España, toda vez que han salido de la escena de juego la ministra de Exteriores española Arancha González Laya y el primer ministro Saadeddine El Othmani. Queda por despejar la variable de la embajadora marroquí llamada a consultas Karima Benyaich, que todos recordamos por sus expresiones poco diplomáticas durante la crisis de Ceuta.
Laya es responsable de la entrada en nuestro país del líder saharaui Brahim Ghali, el detonante de la ruptura de relaciones hispano-marroquíes y con El Othmani Marruecos cerró la Aduana de Melilla de manera unilateral; vetó todos los puertos españoles de la Operación Paso del Estrecho durante dos años consecutivos; organizó una marcha sobre Ceuta; sacó a su embajadora de Madrid y en 2020 se apropió de aguas de Canarias, incluyéndolas en los mapas marroquíes.
Justo este viernes un lector de El Faro nos preguntaba en Facebook si sabíamos cuándo abrirá la frontera de Melilla. De momento sólo tenemos claro que estará cerrada hasta este 31 de octubre y como dice un político de esta ciudad tarde o temprano abrirá porque ésta no es la frontera que divide a Corea del Norte y Corea del Sur, la única del planeta cerrada a cal y canto desde hace años.
Los marroquíes han confiado todas sus esperanzas a la promesa de cambio que les ha hecho el multimillonario Ajanuch, de ahí el aumento de la participación en las urnas, muy por encima de las legislativas anteriores.
El magnate del petróleo, vencedor en las elecciones de este miércoles, defiende la necesidad de “romper con el pasado” y ha prometido ponerse “manos a la obra” para trabajar por el desarrollo social y económico de Marruecos.
Desde Melilla estamos expectantes para conocer la magnitud del cambio que nos espera. Ahora mismo hay sectores de la ciudad tocados por la falta de mano de obra, como es el caso de panaderías y construcción.
Es verdad que con el cierre de la frontera a los empresarios no les ha quedado más remedio que contratar a melillenses, pero también es verdad que los perfiles que se necesitan no los formamos aquí. Nunca se nos pasó por la cabeza que la frontera podía estar un año y medio cerrada. Pues bien, pasó. Hay que tomar nota.
La festividad de Santa Cecilia, patrona de la música, ha tenido como protagonistas a los…
Los videojuegos han evolucionado más allá del simple entretenimiento. Hoy en día, se están convirtiendo…
Antonio "Nono" Miranda Montilla es un profesor jubilado melillense de 71 años, quien además ejerció…
La tiroides es una glándula con forma de mariposa ubicada en la base del cuello.…
Severiano Gil es otro de esos españoles que nacieron en el Protectorado marroquí, en su…
La ciudad autónoma de Melilla vivió ayer una noche mágica dedicada a la música. El…