Apenas queda ya una decena de comercios en la calle Margallo, pero van tres meses de obras allí y ese es el tiempo que llevan algunos de sus regentes sin poder pagar el alquiler de los locales. Casi nadie se acerca por estas tiendas debido a las molestias ocasionadas por los trabajos, hasta el punto de que la mayoría de los comerciantes han decidido no abrir por las tardes para no seguir poniendo dinero.
Tal es el caso de Hakim Bumedien en su tienda de ultramarinos. Aunque admite que está de acuerdo con que se arregle la calle –porque todo lo que sea mejorar la ciudad le parece “perfecto”-, considera que la Ciudad Autónoma debería indemnizar a los comerciantes, “porque aquí no se vende un duro y hay que pagar un alquiler de 800 euros, una hipoteca de 700 euros, un autónomo de cerca de 200 euros, más los pagos trimestrales o la luz y todo eso tiene que salir de la tienda”.
Tiendas de zapatos, o de ropa, o la suya como supermercado pidieron una gran cantidad de mercancía con vistas a la Navidad y Reyes, una de las épocas del año en que más ventas consiguen y lo van a tener difícil para darle salida.
Bumedien lleva dos meses sin pagar el alquiler y va camino del tercero, y aunque, “como es normal”, el arrendador, como propietario del local, quiere cobrar, “aquí no entra nadie y no se vende nada”, dice, y argumenta de esta forma su petición de que el Gobierno local les “eche una mano”, porque “así es imposible”. Defiende su argumento esgrimiendo que no le parece “bien” que tengan que seguir pagando cuando por allí “no entra nadie”. “Si no vendes, cómo pagas, teniendo en cuenta que hay que comer todos los días”, se pregunta.
Él compara la situación con la hipótesis de que un policía, un obrero de esa calle o incluso un político estuviera trabajando todo el mes y no cobraran, algo que en ningún caso sería “normal”.
Próximo a esa tienda, Brahim Tajiri, de Don Zapato, repite más o menos el relato. En su caso, las obras le están perjudicando, porque habitualmente estas fechas es cuando más vende y este año no está siendo así. Trajo mucha mercancía a la que no encuentra forma de dar salida.
Por lo tanto, Tajiri está de acuerdo con Bumedien en que la Ciudad debería indemnizar a los comercios por las pérdidas que están ocasionando las obras en una época como esta, que es “cuando más se vende”. Otros años facturaba entre 7.000 y 8.000 euros al mes y en 2023 apenas está consiguiendo llegar a los 1.000 euros. Ello conlleva que no haya podido hacer frente a los últimos tres meses de alquiler del local. Son unos 2.600 euros que no ha desembolsado si, a cambio, quería abonar la luz, el IBI o la cuota de autónomo.
El problema, en su caso, es que enero y febrero no suelen ser buenos meses, por lo que teme que la situación vaya a seguir estancada hasta que regrese otra vez la época de ventas, y eso contando con que la obra ya esté terminada.
Por lo tanto, y en conclusión, este comerciante agradecería una indemnización de la Ciudad para pagar el alquiler. “A ver si nos ayuda por lo menos a respirar”, sugiere.
Al otro lado de la acera, en un supermercado de productos hebreos, Jaime calcula que, con las obras, las ventas han bajado más del 50 por ciento, así que sería “ideal” que la Ciudad pudiera darles algún tipo de ayuda.
Aunque a él, por el tipo de clientes que acuden a su tienda, no le afecta la campaña de Navidad y no ha llegado “hasta el extremo” de no pagar el alquiler, asegura que “la cosa está muy mal” y añade que, desde que comenzó la obra, no levanta cabeza.
La Ciudad Autónoma acordó hace más de una década con Defensa la posibilidad de urbanizarle…
Las obras en la Plaza de España comenzarán “probablemente justo después de Reyes”, ya que…
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, ha advertido este jueves que "no…
Los ayuntamientos de Melilla, Córdoba y los Llanos de Aridane (Santa Cruz de Tenerife) han…
Melilla tendrá en 2025 un presupuesto general de 383.640.000 euros, un 5,26% más que en…
La Comunidad Hindú de Melilla, en colaboración con Yoga Land, ha organizado un taller solidario…