El domingo se izó una bandera española en su nombre y ayer se realizó una ofrenda floral.
El Ayuntamiento de la localidad madrileña de Collado de Villalba rindió el domingo un homenaje al Guardia Civil melillense Antonio Molina que murió asesinado por la banda terrorista ETA hace diez años cuando estaba trabajando en el municipio de la capital. Familiares, amigos, miembros de la Guardia Civil, de la Corporación municipal y del Foro Peñalba por la Libertad se reunieron a las 12:00 horas en la rotonda que lleva el nombre del agente de la Guardia Civil, situada frente al cuartel en el que el joven prestaba su servicio. En el acto se izó una bandera de España, cedida por el Foro Peñalba, para recordar a Molina y a todos aquellos guardias civiles que han perdido la vida en acto de servicio. El alcalde de la localidad, Agustín Jiménez, tuvo unas palabras de recuerdo al fallecido. La madre del agente se trasladó hasta la localidad madrileña para participar en el acto con el que se rindió homenaje a su hijo. El acto continuó con la celebración de una misa en su honor en la iglesia de la Santísima Trinidad, a las 20.00 horas. Los actos de homenaje siguieron ayer a las 16:00 horas, con un ofrenda floral en el mismo lugar y a la misma hora de su asesinato. Así, hasta el kilómetro 38 de la A-6 en dirección Madrid se acercaron representantes del Ayuntamiento y de la Guardia Civil para realizar la ofrenda en señal de recuerdo al agente. El acto se llevó a cabo en la vía de servicio para no irrumpir en la normal circulación de la autopista. Hay que recordar que Antonio Molina falleció el 17 de diciembre de 2002 tras recibir dos disparos a bocajarro, cuando procedía a identificar a los dos terroristas que viajaban en un vehículo lleno de explosivos en dirección a Madrid. El objetivo de ETA era atentar en varios centros comerciales de la capital durante las fiestas navideñas. Su compañero de patrulla también resultó herido, aunque consiguió salvar la vida. Posteriormente, los TEDAX detonaron de manera controlada los explosivos, con los que la banda terrorista pretendía cometer una masacre. Antonio Molina tenía sólo 27 años cuando murió. El joven era el primogénito de una familia de cinco hermanos e ingresó en la Guardia Civil en octubre de 1992. Tras su período de Academia, acabó destinado en el cuartel de Collado Villalba cinco años antes de su muerte. El de ayer no era el primer homenaje que la localidad madrileña hacía al joven melillense. El año pasado el Ayuntamiento de Collado de Villalba decidió dar el nombre de Antonio Molina a una glorieta de la localidad ubicada junto al Cuartel en el que el joven estuvo destinado. Una década después de su muerte son muchos los que siguen recordando a este Guardia Civil melillense. En Melilla también hay un recuerdo para Molina. La Ciudad decidió hace unos años dar su nombre a una aveninda, en concreto la que se sitúa a espaldas del Paseo Marítimo y que colinda con la Plaza Multifunción de San Lorenzo .
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