El Día de Todos Los Santos es una fecha profundamente arraigada en la cultura española, un momento en el que las familias se reúnen para honrar a sus seres queridos fallecidos, adornando sus tumbas y nichos con flores. Una costumbre que se suele llevar a cabo los días previos a esta festividad, dejando el día 1 de noviembre para hacer las visitas.
En Melilla esta tradición perdura de forma férrea. Las flores que nunca fallan y que son más solicitadas año tras año son los claveles rojos y blancos aunque algunas personas prefieren decantarse por otras variedades. En lo que sí coinciden la mayoría de personas es en adquirir sus productos con previsión.
"A muy pocas personas les gusta poner las flores el mismo día 1. La mayoría viene un día antes para que las tumbas y nichos estén listas para la visita. Así, el Día de Todos Los Santos ya está todo organizado”, explica Encarni Jiménez, propietaria de la floristería que lleva su mismo nombre y que se encuentra en el centro de la ciudad. La florista detalla que la gran mayoría de sus clientes prefieren adornar las tumbas con anterioridad, para que el 1 de noviembre esté todo perfectamente preparado.
Esta melillense lleva años en el sector y conoce muy bien cómo funciona el negocio, por lo que ha explicado a este diario las variedades de flores que veremos este año en el cementerio y los costes que presentan este 2024.
Jiménez ha querido remarcar que en esta ocasión ha optado por mantener precios similares a los de años anteriores, a pesar del incremento de los costos en el mercado.
Flores más demandadas y precios
Según comenta la florista, el clavel es uno de los productos más vendidos en estas fechas. La propietaria de este negocio familiar presume de ofrecer a sus clientes un tipo de flor con una calidad premium, en lugar del clavel corriente, que asegura una durabilidad óptima y una mayor durabilidad a pesar de las condiciones meteorológicas de un cementerio al aire libre.
“Es un clavel que tú lo pones hoy y dentro de dos días está perfecto en el cementerio”, apunta. A pesar de que existen opciones más económicas, Jiménez prefiere no escatimar en calidad. "Prefiero traer un clavel bueno, aunque cueste un poco más, antes de que luego el cliente me diga que no aguantó bien como otros años", señala.
En cuanto a los precios, aclara que una docena de claveles con llamanovios (una especie de flor pequeña que se usa para decorar ramos) y esparragueras espumosas tiene un coste que asciende a los 8 euros. Sin embargo, si el cliente prefiere llevar solo los claveles, el precio se reduce ligeramente. A pesar de ofrecer ambas opciones, la mayoría de los compradores optan por el ramo preparado, buscando una presentación más cuidada.
Todo depende del poder adquisitivo de las personas que entren buscando flores para sus seres queridos fallecidos.
Aunque el clavel en tonos rojos es el más solicitado, la florista comenta que cada cliente tiene gustos distintos en cuanto a colores y tipos de flores.
"Normalmente el rojo predomina, pero también tengo clientes que odian el rojo y prefieren claveles blancos o rosas. Todo depende de las preferencias de cada persona", explica.
Asimismo, reconoce que la variedad en colores también se asocia al simbolismo que las familias quieren transmitir. El rojo, por ejemplo, se suele elegir para padres y adultos, mientras que los tonos suaves, como el rosa o el blanco, suelen reservarse para tumbas de personas jóvenes o niños.
Además de esta variedad de flor, la propietaria del negocio también ofrece una amplia variedad de lilium y margaritas, ideales para quienes buscan ramos variados o centros para adornar las tumbas y nichos. Las margaritas y las clavellinas, al ser más económicas, también resultan atractivas para aquellos que necesitan adornar varias tumbas o para quienes tienen un presupuesto más ajustado.