Muestran su malestar ante el traslado a la península de compatriotas recién llegados. La Policía recomienda a los manifestantes que pidan permiso para concentrarse.El portavoz de los sirios asegura que lo amenazaron con devolverlo a Marruecos.
Alrededor de medio centenar de ciudadanos sirios protestó sobre las doce del mediodía de ayer a las puertas de la Jefatura Superior de Policía de Melilla. Todos los manifestantes son solteros y llevan de uno a tres meses en la ciudad. Los más antiguos están en desacuerdo con que otros sirios, con el mismo estado civil que ellos, pero recién llegados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) ya hayan salido hacia la península.
En la Policía Nacional les aseguran que el orden en que salen los inmigrantes en Melilla lo decide el CETI. Sin embargo, desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes niegan la mayor. Es cierto, apuntan, que llega la lista de salida, pero si las personas que están en ese listado no tienen realizados los trámites policiales (identificación, huellas dactilares, carta de expulsión, etc) entonces no salen.
Desde el CETI aclaran que estos trámites dependen exclusivamente de la Policía Nacional, que es la que envía las citaciones a los inmigrantes para tomarles las huellas dactilares e identificarlos. Este punto, El Faro no pudo contrastarlo con la Jefatura Superior de Melilla pese a que intentó contactar insistentemente con su gabinete de prensa.
Desde el CETI admiten que es cierto que han salido sirios que llevaban poco tiempo en el centro, pero insisten en que el orden de las salidas depende de los trámites de Policía Nacional.
Prisas por salir de Melilla
Mohamed Ahmad es de los pocos sirios que tiene un alto nivel de inglés. Él lleva tres meses en Melilla y es uno de los que ayer protestó frente a la Jefatura de Policía. Según explicó a El Faro, tiene prisa por salir de la ciudad porque vive en unas condiciones “terribles” en el Centro de Estancia Temporal. “Duermo en una tienda de campaña junto a otras 70 personas. Todos somos solteros. He hecho un viaje muy largo desde Damasco, pasando por Alepo y Qamishli (en Siria). De ahí cogí un avión hacia Ankara y Estambul (Turquía) y de esta última ciudad, también en avión viajé a Argelia, desde donde continué camino hacia Marruecos y de ahí, a Melilla”, explica a este periódico.
Pese al largo periplo que ha tenido que hacer hasta llegar a Europa, Ahmad sólo tardó mes y medio en conseguir su objetivo. Por eso le parece injusto “pasar más tiempo en Melilla” que el empleado en viajar a cuatro países. Eso sí, admite que ese trayecto le costó “mucho dinero”.
Mohamed Ahmad se ha convertido, a fuerza de ser el único que puede comunicarse bien en inglés, en el portavoz de los solteros sirios que ya protestaron hace un mes en la Plaza de España y que ayer volvieron a concentrarse frente a la Jefatura Superior de Policía.
Por más que Ahmad pedía un traductor a los policías de la puerta de la Jefatura, ninguno le prestaba atención. De hecho, salió una trabajadora que se dirigió en árabe a los inmigrantes que estaban en la cola habitual de Comisaría e ignoró la petición de Ahmad.
Finalmente llegó una patrulla con tres agentes y uno de ellos accedió a comunicarse en inglés con los sirios. Fue este agente el que invitó a Mohamed Ahmad a entrar en la Jefatura, pero antes explicó a todos los manifestantes que los agentes estaban desbordados de trabajo y que en Melilla no sólo había sirios. Dentro de la Jefatura, según la versión de Ahmad, le explicó que no podían manifestarse sin permiso y que debían solicitar autorización. Otro policía, siempre siguiendo la versión de Ahmad, le dijo que si volvía a verlo protestar frente a la Jefatura lo iba a devolver a Marruecos.
Sindicatos policiales calificaron esta supuesta amenaza como “una estupidez” porque la Policía Nacional no puede devolver a nadie a Marruecos. “Nuestro trabajo en la frontera es no dejar pasar a indocumentados, pero una vez que están en Melilla, ya no hay nada que hacer. Nuestro deber es identificarlos y cursar la correspondiente orden de expulsión si procede. Ya le hemos dicho a nuestros afiliados que llamen a los jefes si les piden asilo. Y que decidan ellos”, señalan.
Una batalla campal entre sirios en el CETI se salda con dos detenidos
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla volvió a registrar ayer una batalla campal provocada por residentes de origen sirio. Hay al menos dos detenidos, según testigos presenciales.
Fuentes del CETI aseguraron a El Faro que ayer se vieron obligados a llamar a la Guardia Civil porque en cuanto un vigilante de seguridad logró reducir a uno de los instigadores de la pelea, el resto de sirios intentó intervenir y por eso recurrieron a la Benemérita para evitar males mayores.
Una inmigrante del centro ha comentado a El Faro que la pelea se originó en el comedor del CETI, donde intervino un vigilante de seguridad que presuntamente habría dado “una paliza” al sirio que inició el altercado. Según esta fuente, este sirio “no está bien de la cabeza” y “el guardia jurado le tuvo que dar electricidad”, señaló. No obstante, este periódico no pudo contrastar esta información.
Un colectivo prepotente
Desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes han comentado a El Faro que se están viendo desbordados por el comportamiento agresivo y prepotente de los sirios. “Es gente que intenta imponer su voluntad. Ahora mismo los sirios están dando más problemas que los que en su día dieron los argelinos”, añaden las mismas fuentes.
Además, confirman a El Faro que los sirios se pelean entre sí y también con los subsaharianos. “Se creen que siempre tienen la razón”, subrayaron.
Pero la pelea de ayer no es un caso aislado. La semana pasada la Guardia Civil tuvo que intervenir en el CETI para disolver una pelea conyugal. Al parecer, una siria apaleó a su marido porque lo sorprendió debajo del puente del Río de Oro con una subsahariana. “La mujer estaba hecha una fiera. Era más joven que el marido y lo golpeaba con un palo”, apuntaron a El Faro.
Vigilantes de Serramar han denunciado recientemente que están trabajando en condiciones muy difíciles debido a la sobresaturación del Centro, que acoge a cerca de 1.800 inmigrantes, casi cuatro veces su capacidad óptima. Además, han denunciado que las peleas son cada vez más frecuentes por el roce de la convivencia en un centro que está lleno hasta la bandera.
Solución de emergencia y creíble para los sirios
El presidente del Comité de las Regiones de la Unión Europea, Ramón Luis Valcárcel, informaba el pasado 11 de abril a la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, de que el CETI de Melilla posee una capacidad para 480 inmigrantes. Sin embargo, en aquel momento cuadruplicaba su ocupación, ya que acogía a unas 1.900 personas, a pesar de las salidas de inmigrantes programadas semanalmente hacia centros de acogida en la península, gestionados por ONGs colaboradoras con el Gobierno.
El Ejército, explicaba Valcárcel, ha tenido que ceder literas para 753 personas tras el repunte de la presión migratoria que viene padeciendo Melilla en 2014. Paralelamente, la Cruz Roja tuvo que montar cinco tiendas con capacidad para 20 personas cada una, que se suman a otras once que ya estaban colocadas. Además, la ONG ha repartido en lo que va de año unos 200 lotes de mantas y ropa, al tiempo que ha colaborado en la atención sanitaria que se ha prestado a los inmigrantes y en el traslado de alguno de ellos a centros sanitarios.
Valcárcel también dedicó un comentario aparte “al asunto de la llegada de personas de nacionalidad siria al CETI”. Sobre este colectivo el presidente del Comité de las Regiones destacó que su llegada es constante y no cesa “porque proceden de un país que actualmente vive un conflicto bélico muy cruento, cuya población civil huye por todos los medios, con lo que se impone una solución de emergencia y creíble para dar salida a la península a este colectivo tan especial y tan vulnerable”, apuntaba en su informe.
El documento también recogía los datos de entrada de sirios. Durante 2013 llegaron a Melilla más de 250 sirios. En lo que llevamos de 2014 esa cifra se ha multiplicado. Hasta mediados de este mes, de los 608 inmigrantes no subsaharianos que habían entrado en la ciudad, el 99% de ellos era sirio.
Además, los propios inmigrantes han confirmado que al menos 3.000 sirios aguardan en Nador para entrar en Melilla.
UGT prepara un informe para la dirección del CETI
El sindicato UGT está preparando un informe que tiene intención de entregar a la dirección del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla. El documento previsiblemente recogerá las peleas habituales con las que tienen que lidiar los vigilantes de seguridad de Serramar.
La empresa del servicio de vigilancia del CETI tiene previsto incrementar su plantilla en mayo próximo con dos nuevos trabajadores. Sin embargo, el refuerzo sigue siendo inferior al de la crisis de las vallas del año 2005, cuando llegaron a trabajar 12 vigilantes por turno.
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