Solicita a la Inspección de Trabajo que determine cuál de las dos entidades debe poner medidas para evitar situaciones de violencia
CCOO presentó esta semana una denuncia en la Inspección de Trabajo para exigir una solución a las agresiones que sufren los trabajadores del centro Gámez Morón por parte de un usuario de estas instalaciones. El sindicato asegura que estas situaciones violentas que viven los empleados deben ser atajadas por la Consejería de Bienestar Social o por la empresa adjudicataria de la gestión, Eulen.
La denuncia, explica el secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO, Ricardo Jimeno, es contra la Consejería y Eulen porque su objetivo también es que la Inspección de Trabajo determine cuál de las dos entidades debe poner medidas de prevención para evitar estas agresiones. Jimeno apunta que desean que se ‘señale’ a un responsable para que “actúe de una vez” y establezca alguna norma de seguridad o un protocolo que impida, en la medida de lo posible, estos ataques violentos.
Muchas agresiones
“Para justificar que las agresiones son una realidad y además, una realidad que sufren los empleados del Gámez Morón desde hace más de dos años”, apunta Jimeno, el sindicato ha adjuntado a esta denuncia diez partes de baja y de lesiones facilitados por los trabajadores. Jimeno destaca que hay muchos más casos de agresiones, pero que los servicios jurídicos y los responsables de seguridad laboral de CCOO decidieron presentar ya esta denuncia con sólo esos casos como pruebas para evitar que el tiempo siga corriendo y nadie ponga remedio a dicha situación.
El responsable de FE-CCOO asevera que “no se pueden consentir” las agresiones que sufren los trabajadores del centro a diario, sobre todo, los que están en contacto con un usuario especialmente violento, que ha empujado y golpeado en infinidad de ocasiones a cuidadores y enfermeras. Las últimas actitudes violentas de las que fueron víctimas los empleados se denunciaron en febrero. En concreto, un cuidador recibió varios empujones y puñetazos por parte de este interno. Los golpes y la torcedura de la muñeca ocasionaron que estuviera de baja alrededor de una semana, tal y como aseguró el Comité de Empresa a este periódico.
Pero el tema de las agresiones es que ya es una situación ‘habitual’ en el centro porque en diciembre una empleada, tras recibir varios golpes, tuvo que se asistida por un ataque de ansiedad. En enero, otras dos cuidadoras fueron agredidas, una de ellas tuvo que quedarse en casa durante un día porque le mandaron reposo y la otra estuvo tres días de baja, destacó el Comité de Empresa.
Exigencias de CCOO
Tras ver que no se ha solucionado nada con la denuncia en los medios de comunicación, los trabajadores pusieron el tema en manos de los sindicatos y finalmente es CCOO el que ha llevado a la Inspección de Trabajo esta situación.
El sindicato exige en su escrito que se elabore una normativa en la que se recoja qué institución debe establecer las medidas necesarias para evitar que las agresiones de los usuarios a los empleados continúen. También pide que se contemple la asistencia sanitaria de los trabajadores agredidos y además, que se asegure el puesto de trabajo para esa persona cuando se reincorpore de una baja.
CCOO asevera que el objetivo de este protocolo es que los empleados del Gámez Morón tengan una seguridad jurídica y legal con ese protocolo y por lo tanto, sepan qué hacer cuando se produce una agresión.
UGT recurre al juzgado para que la gerente represente a los empleados
UGT ha llevado a los tribunales el caso de que la gerente pueda participar en el Comité de Empresa del Gámez Morón. Así lo aseguró CCOO a El Faro. Pero para entender qué ha llevado a UGT a recurrir una sentencia de un juez-árbitro al juzgado de lo Contencioso-Administrativo hay que remontarse a hace varias semanas.
En febrero los empleados del Gámez Morón eligieron a sus representantes sindicales. En la lista de candidatos de UGT estaba la gerente del centro. CCOO denunció este tema ante un juez-árbitro porque consideraba que esta empleada no podía representar a los trabajadores puesto que ya era representante de la empresa Eulen, la adjudicataria del servicio en esta institución. El juez-árbitro no sólo dio la razón a CCOO, pues indicó que la gerente no podía ser elegida como representante, sino que además, aseveró que ni si quiera podía votar en las elecciones. Fue a partir de ese momento cuando CCOO pidió al juez-arbitro que aclarara si era necesario repetir las elecciones para el Comité de Empresa. Pero todo se ha paralizado porque UGT ha presentado un recurso de la resolución del juez-árbitro ante los tribunales. El Faro trató de contactar con el sindicato, pero no consiguió respuesta de los responsables de este tema.
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