“El caso ‘Voto por correo’ está tan vivo como antes de anular las escuchas”

•El magistrado teme que el enjuiciamiento del caso se prolongue más de lo esperado  federico morales. presidente de la sección séptima de la audiencia provincial de málaga en melilla •La Audiencia Provincial tiene días señalados hasta julio de 2018 para este procedimiento

Queda una semana para que arranquen las declaraciones de los acusados por el caso del ‘Voto por correo’. Entre la treintena de encausados del PSOE y Coalición por Melilla (CpM), están investigados Mustafa Aberchán, Dionisio Muñoz y Gregorio Escobar, a los que se imputan delitos electorales y prevaricación. Los magistrados de la Audiencia Provincial tumbaron las principales pruebas incriminatorias: las escuchas telefónicas y la declaración del principal testigo, que luego pasó a ser investigado. Según asegura el presidente de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga, con sede en Melilla, Federico Morales, el caso sigue “tan vivo” como lo estaba antes de anular estas pruebas.

–El día 9 de este mes comienza el juicio del caso del ‘Voto por correo’, que se va a dividir en dos bloques distintos. ¿Esta división puede afectar de algún modo al procedimiento?

–Aunque se divida en dos partes, seguirá siendo un único juicio. Lo que vamos a hacer es coger unos hechos concretos y realizar la prueba respecto a estos hechos aparte. De este modo se consigue que los acusados que no están procesados por estos hechos no estén presentes, además de concentrar las declaraciones sobre ese hecho, para que no haya lugar a la dispersión. Esto de dividir el juicio en bloques ya se ha hecho anteriormente en otros juicios de la Audiencia Nacional, como en los casos ‘Intelhorce’, ‘Malaya’ o ‘Ballena Blanca’, celebrados en Málaga.

–¿Qué hechos se van a juzgar en cada uno de los bloques?

–En el primer bloque, que es el grande, se juzgarán los delitos electorales. En el segundo, los presuntos delitos de prevaricación, que afectan a cinco acusados y cuya prueba fundamental se basa en un informe pericial. Mi deseo hubiera sido fragmentar el juicio más todavía, pero esto no era posible por la manera en la que están articuladas las acusaciones.

–¿En qué estado ha quedado el caso después de que usted y el resto de magistrados de la Audiencia Provincial anulasen las principales pruebas acusatorias: las escuchas telefónicas y la declaración del testigo que pasó a ser acusado?

–El caso está tan vivo como lo estaba antes. Es cierto que la prueba de las intervenciones telefónicas ha sido anulada, pero esto no quiere decir que los hechos no se puedan probar de otra manera. No es que nos hayamos quedado sin pruebas. Desconozco a qué hechos concretos afectaba esta prueba, se verá conforme se vaya desarrollando el juicio. En lo que respecta a las declaraciones del acusado que incriminó al resto, lo que se anulan son las declaraciones que prestó en un primer momento como testigo, ya que las debió de haber prestado como investigado. Pero eso no afecta a las declaraciones que presta anteriormente en calidad de investigado, en las que ratificó lo dicho anteriormente. En principio, el efecto de las anulaciones no se puede determinar de antemano, pero yo no me atrevería, como ya he oído, a decir que el caso se ha quedado descafeinado. Yo no diría tanto.

–También decidieron dejar fuera del caso el presunto delito de malversación, a pesar de la acusación de la Fiscalía. ¿Por qué?

–El delito de malversación quedó fuera en el auto de incoación de procedimiento abreviado, que es cuando la investigación se transforma en procedimiento y cuando ya se formulan las acusaciones. El Ministerio Fiscal, no obstante, decidió incluir la acusación por esos delitos. El juez instructor consideró que el delito por el que estaba acusando la Fiscalía era distinto al de malversación del que ya había dictado el sobreseimiento libre. Nosotros, sin embargo, entendimos que los hechos eran los mismos y el delito también. Por eso consideramos que quedó fuera una vez que se transformó el procedimiento.

–¿Cuánto puede llegar a prolongarse el juicio oral?

–Ya tenemos señalados una serie de días hasta el mes de julio del año que viene. Tendremos un mínimo de dos o tres días semanales para este caso y esperamos que la previsión sea la correcto. Si nos sobraran días, pues estupendo. Aunque pongo en duda que sobren días de los señalados porque tienen que declarar unos 500 testigos. Son muchos testigos y las declaraciones, precisamente, no suelen ser cortas. Más bien todo lo contrario. Necesariamente tendremos que hacer lo posible para evitar que el juicio se eternice, pero de antemano es imposible decir si se cumplirá nuestra previsión o si nos quedaremos cortos.

–¿Teme que, después de casi una década, los testigos y acusados no presten una declaración fiel a los hechos juzgados?

–Eso es algo que depende de cada persona y del recuerdo que tenga de los hechos. El tiempo siempre juega en contra de los casos que se llevan dentro de la jurisdicción penal. El tiempo es demoledor porque afecta a la memoria, pero sobre todo porque afecta a la importancia que la sociedad le da a los casos. Juega en contra de la realización de la Justicia siempre, en todos los órganos jurisdiccionales.

–¿Cómo se enfrenta usted a este procedimiento tan complejo?

–Lo enfrento con prevención y cautela. He llevado otros casos que son incluso mayores, pero con otros medios y en otro lugar. En Melilla no contamos con todos los medios que se necesitan. Aquí tenemos el problema de que hay abogados que vienen de fuera y tendrán que desplazarse semanalmente. Pueden producirse retrasos o suspensión de vuelos, con la repercusión que tendría. Esta ciudad es particular a efectos de celebrar un juicio de estas características. Mis temores van en esta línea, en que se pueda producir un retraso del enjuiciamiento. Eso sería perjudicial para el caso y para nosotros, porque tenemos otros casos que señalar y celebrar.

–¿Qué va a ocurrir mientras se está celebrando el caso del ‘Voto por correo’ con el resto de procedimientos?

–La Audiencia tendrá que seguir celebrando otros juicios mientras tanto. De hecho, hay semanas en las que tenemos cuatro días señalados para juicios. Este ritmo se puede soportar durante un tiempo, pero no eternamente. Estamos los que estamos y somos los que somos. Confío en que seamos los suficientes para celebrar el juicio y en que no se produzca ningún tipo de percance que imposibilite continuar con el caso. Si alguno de nosotros cae enfermo, por ejemplo, nos quedamos en dos y con dos no podemos celebrar el juicio. No tenemos ningún suplente.