La semana pasada cumplíamos el veinte aniversario de una gran tragedia, una gran mentira y una gran victoria. En esa aciaga semana que vivimos los españoles como una montaña rusa de sentimientos, algunos también vimos la génesis de nuestra actividad política. Tras el peor atentado terrorista en suelo europeo, la opinión pública de todo un país se vio sometida al intento más vil de manipulación política del dolor vivido en este país en democracia.
Veníamos del “No a La Guerra”, que algunos jóvenes de entonces habíamos reivindicado en primera línea desde organizaciones como el Consejo de la Juventud. Veníamos de un Gobierno de recetas económicas neoliberales que castigaba a los movimientos sociales con legislación regresiva y menos recursos. Veníamos de una de las épocas más negras y sangrientas del terrorismo de ETA.
El atentado del 11M removió en sólo cuatro días los cuatro años anteriores. Para un joven de entonces, la mentira política alcanzó cuotas que no habíamos vivido antes. Pero el Gobierno del PP de Aznar pudo ser desenmascarado a tiempo por una opinión pública que se rebelaba ante el más indecente intento de manipulación de un atentado terrorista, el peor de nuestra historia. Pero que, esta vez, no lo había cometido ETA.
La revuelta social se tradujo en aquellas Elecciones del 14M en un voto mayoritario al PSOE y a un flamante nuevo Presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, que dirigió un gobierno que se caracterizó por enormes transformaciones y reformas en nuestro país.
Una de sus iniciativas más memorables fue la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que convirtió a España en el tercer país del mundo en permitirlo, tras los Países Bajos y Bélgica. El PP de entonces se quejaba y llevó la Ley al Constitucional. Pero, al cabo de los años se aprovecharon de esa ley socialista, como ya lo habían hecho con todos los avances sociales llevados a cabo por Gobiernos del PSOE.
A Zapatero le debemos la Ley de Igualdad, la Ley Integral de Medidas contra la Violencia de Género, la Ley de Dependencia, la Ley de Divorcio Exprés, la Ley Antitabaco, la Ley de Memoria Histórica o la nueva Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo a partir de los 16 años. Leyes que hicieron evolucionar a este país con pasos agigantados.
Como nunca antes, minorías sociales que formábamos parte de la diversidad de nuestro país sentíamos que un Gobierno nos representaba con sus leyes y sus políticas. Personas con discapacidad, personas con orientación sexual e identidad de género diversa, personas de la diversidad cultural y religiosa de este país. Pero, sobre todo, como nunca antes, la mayoría social de mujeres de este país se vieron por primera vez representadas por un Gobierno de España.
“Zapatero lideró el primer gobierno paritario en la historia y en su segunda legislatura, el primero de la democracia española con más mujeres que hombres, marcando los pasos que seguiría Pedro Sánchez. María Teresa Fernández de la Vega fue la primera mujer vicepresidenta de un Ejecutivo en España. Y Carme Chacón se convirtió en la primera Ministra de Defensa española, con una imagen que dio la vuelta al mundo al pasar revista, estando embarazada, a las tropas. Imágenes que todos tendremos en nuestra memoria pasen los años que pasen. Imágenes de la manos del PSOE” (El Socialista Nº 227 – 15 marzo).
Esta semana, el Presidente Zapatero nos dirigía una Carta a los militantes del PSOE. En ella nos decía: “Le debo un reconocimiento especial al impulso recibido de las mujeres, no solo para alcanzar la victoria sino también para trenzar una alianza con ellas en favor de la igualdad efectiva de género y de los avances en derechos vinculados a la misma. Esta alianza nos convirtió para siempre en un partido feminista, un partido guiado por el empeño indeclinable de combatir y superar las consecuencias de una discriminación milenaria”.
Estas siguen siendo nuestras señas de identidad veinte años después. El PSOE feminista, de la inclusión de la diversidad, que sigue trabajando por la igualdad efectiva y las mismas oportunidades para todos los españoles. Un PSOE que abandera la transición ecológica, la protección de la biodiversidad y el bienestar animal desde la acción decidida Gobierno. Un PSOE que revierte el mejor momento económico desde hace décadas en beneficio de toda la ciudadanía, que no deja a nadie detrás en los momentos de crisis.
Este es el legado que nos dejó Zapatero y que hoy sigue liderando Pedro Sánchez frente a la mentira y la manipulación del dolor que sigue haciendo el PP.
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