Sociedad

El Carrillo/Carlos Sánchez: “Siempre nos arrepentimos de algo, pero la vida son aciertos y errores”

Carlos Sánchez Tárrago (13 de agosto de 1950) Explica que ahora está jubilado, pero ha dedicado gran parte de su vida profesional al Servicio Exterior como funcionario. Hizo todos sus estudios en el colegio de El Carmen, hasta los 12 años en que, su padre, militar, fue trasladado a Plasencia y luego a Madrid, donde finalizó el Bachillerato en el Instituto Ramiro de Maeztu. Es licenciado en Geografía e Historia y tiene otros estudios. Ha trabajado en el Aaiún, Sahara español, hasta que tuvo que abandonar el territorio, después de la ‘marcha verde’. Ha estado en Marruecos, durante 25 años y otros 4 de ellos en Mauritania donde hizo funciones de cónsul. Actualmente, se dedica a la investigación, sobre temas relacionados con el Protectorado, por lo que pasa mucho tiempo en Madrid, alternando con su residencia habitual en Alicante. Recientemente ha publicado el libro ‘El padre Revilla’, que se trata de un ensayo biográfico inspirado en la figura de Eloy Gallego Escribano, que se haría famoso con el nombre de ‘El padre Revilla’ y que tiene una gran vinculación con la Melilla del Protectorado.

En cuanto a su familia, indica que está casado y tiene tres hijos y cuatro nietos. Asimismo, tiene primos en Melilla a los que no ha podido visitar por la Covid.

Su filosofía de vida es “hacer el bien y no mirar a quién”.

–¿Cómo se describiría a nivel personal?

–Una persona normal que valora la lealtad y la tolerancia y para el que la amistad es una religión, frase de mi querido y admirado amigo Tahar Ben Jelloum.

–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?

–Antes no me faltaban los trajes. Ahora, prendas cómodas. Como Martirio, “arreglao pero informal”.

–¿Le gusta llevar alguna joya? ¿Tiene algún significado especial?

–No llevo ninguna. El anillo de casado me lo quité hace años porque me agobiaba para dormir. No sé si eso tendrá algún significado…

–Expresión melillense que más use o que le llame la atención.

–Hay muchas palabras de mi infancia que raramente las he vuelto a oir: ‘Kie’, alguien a quien considerábamos malo; ‘rabona’ , faltar a clase; ‘chavea’, chaval; ‘la muna’, la paga que me daban…

–Un rincón de Melilla del que nunca se aburre de visitar.

–De pequeño no me aburría nunca, al contrario, en el mercado del polígono y en el Mantelete. Desde entonces, la afición a los mercados me lleva a visitarlos a cualquier ciudad que vaya. Me dan mucha información sobre una ciudad.

–Su libro favorito. ¿Cuándo leyó el último?

–Tengo muchos libros favoritos pero, para estos tiempos, yo elegiría ‘Rebelión en la granja’ de Georges Orwell. La jubilación me ha dado la oportunidad de recuperar la afición a la lectura. Me gusta leer dos o tres al mismo tiempo. En estos momentos estoy leyendo ‘El Madrid de Galdós’ de Fátima de la Fuente; ‘Sexo y mentiras’, de Leila Slimani y ‘Fuego sobre Igueriben’, de David Gómez.

–¿Películas o series? ¿Alguna favorita?

–En series, la última que vi fue la de los Roper… Al cine voy, cuando estoy en Madrid, a la filmoteca Nacional (cine Doré). ¿Películas favoritas? Hay muchas, pero elegiría ‘Tiempos modernos’, de Chaplin y ‘El manantial de la doncella’, de Ingmar Bergman. Vista en aquellos años era aún más impresionante.

–Mi tiempo libre lo dedico a...

–Curiosamente, ahora que estoy jubilado es cuando menos tiempo tengo. Como he encontrado una gran afición en la investigación documental, eso ya me ocupa mucho. En Madrid, donde ahora paso mucho tiempo, la oferta que tengo es tan grande que me falta tiempo. Conversar y pasear es algo que siempre me resulta muy agradable.

–Un recuerdo de la infancia.

–Son muchísimos en recuerdos esos mis primeros doce años de infancia que transcurrieron en Melilla. Bajar dátiles a pedradas de las palmeras del Parque Hernández (espero que haya prescrito…); las excursiones a Rostrogordo los jueves por la tarde con el colegio de La Salle; los pinchitos de Sadia; los churros con té del Mantelete; los pasteles de La Palma; los helados del Buen Gusto; acompañar a mis padres cuando iban con sus amigos de ‘tapas’ y a mí siempre me servían una; los partidos en el Álvarez Claro; la Feria… Son tantos los recuerdos…

–Un juguete.

–Un fuerte del oeste americano, de madera que mi padre le encargó a un amigo suyo para unos Reyes. Era una maravilla. No le faltaba ningún detalle.

–Su fiesta favorita.

–La que organizo en mi casa con amigos.

–¿Cocina? ¿Se le da bien?

–Pues yo, que nunca había entrado en la cocina, cuando me jubilé hice un pequeño intento, con Youtube de maestro. Me salió bien y llevo ya un montón de recetas hechas (me hago mis fichas con mis fotos y explicación).

–No puede resistirse a un plato de...

–Lentejas o de harira.

–¿Qué tarea del hogar no soporta?

–Guardar los platos en el lavavajillas. Eso de tener que colocarlos me parece un sufrimiento. Prefiero lavarlos a mano.

–¿Personaje histórico que le llame la atención?

–Ghandi, aunque la historia está llena de grandes personajes.

–Si pudiera viajar al pasado, ¿a qué época le gustaría ir?

–Finales del XIX principios del XX. Pero desde un balcón, porque fueron años muy duros, aunque muy interesantes.

–¿Viajaría al futuro?

–Prefiero quedarme con la duda. No sé si me iba a gustar mucho… La ciencia avanza tan rápido que resulta difícil asimilar tanto progreso.

–¿Es supersticioso?

–No, pero “haberlas haylas”.

–¿Se arrepiente de algo?

–Creo que siempre tenemos cosas de las que arrepentirnos, pero la vida se conforma con aciertos y errores.

–¿Cuál es su principal miedo?

–El dolor o la dependencia. También, el futuro de los míos.

–Algo que deteste de usted mismo.

–Algunas cosas, pero a los ‘enemigos’ no hay que darles pistas.

–Un lugar de ensueño para ir de vacaciones.

–Cualquier lugar es bueno si se disfruta de buena compañía. Pero si tengo que elegir un momento de algunos de mis viajes: dormir en medio del desierto mauritano a “la belle etoile”. Impagable.

–Si le tocara la lotería…

–Sería un milagro, porque no juego. En cualquier caso, yo, como el del chiste: “Virgencita, que me quede como estoy”.

–Un chiste.

–Uno muy antiguo, pero que me hizo mucha gracia: “Pepe, ¿sabes que se ha muerto Mao (Tse Tung)? “Jobar, con la güena servesa que hasía el gachó ese…”.

Y uno que me han contado esta mañana: “Papá, he suspendido el examen de lengua que me ayudaste a preparar”. “Me lo golía”.

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