Tras cuatro días participando en La Gran Movida, seguramente esta actividad sea ya parte de la rutina habitual de los jóvenes que participan divididos en 12 grupos de ocho personas. Uno de los requisitos de esta actividad es que los jóvenes deben estar disponibles desde por la mañana ante el aviso de los organizadores, por lo que, desde que dura la prueba, los miembros de los equipos seguramente no habrán dormido hasta tarde. Inspirándose en esta idea, la primera prueba de ayer se basó en construir una cama con ruedas. Los participantes se estrujaron la cabeza y, en la plaza multifuncional de San Lorenzo, sede de esta prueba, se pudieron ver numerosos modelos que poco tenían que ver con los anuncios tan repetidos en la publicidad de la televisión. Somieres de madera, de aluminio o carritos de la compra con cojines. Todo valía para convertir una supuesta cama en un bólido que rodase lo más rápido posible y que pudiera recorrer la plaza en el menor tiempo posible. Por turnos, los equipos fueron superando un complicado recorrido, que pasaba por las rampas para bicicletas y monopatines, zigzagueaba entre las columnas de la plaza y requería del esfuerzo de seis de los miembros del grupo, mientras que los otros dos permanecían sobre el colchón guiando y dando ánimos a sus compañeros. Pompones y flamenco La sesión de tarde hizo que los grupos se dividieran y se situaran en lugares muy diversos de la playa. Sobre las 17:00 horas, dos integrantes de cada grupo se ataviaron con trajes de buceo y se dirigieron a la playa de La Hípica para desarrollar una actividad. Por otro lado, al resto de compañeros, se les pidió que elaborasen un traje de animadora o ‘cheerleaders’, para que animasen desde las gradas a los equipos que participan en el campeonato de volley playa que se está desarrollando estos días en la ciudad. Para la ocasión, los jóvenes se esmeraron entre purpurina, flecos y faldas, para materializar disfraces divertidos y realistas teniendo en cuenta el color que cada uno de los equipos abandera. Una vez finalizada esta prueba sorpresa, puesto que se avisó de ella con menos tiempo del habitual, los participantes se desplazaron hasta el Parque Forestal, donde terminaría la jornada de La Gran Movida. Allí dio comienzo el festival del taconeo y el arte flamenco. De nuevo disfrazados, pero esta vez con trajes del folclore andaluz, los participantes demostraron el arte que les corre por las venas a ritmo de flamenco. La jornada terminó con un concurso gastronómico por la noche inspirado en el concurso Master Chef.
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