La ciudad de Melilla está siendo objeto de una campaña de desratización, una actividad que se desarrolla de forma periódica y que supone un coste de algo más de 200.000 euros anuales, según han señalado fuentes oficiales de la Consejería de Medio Ambiente. La empresa encargada de llevar a cabo estos trabajos es la melillense Higicontrol, que utiliza medidas activas de alta seguridad para la eliminación de los roedores y un seguimiento que asegura una prevención duradera.
Según explica Higicontrol, controlar las poblaciones de roedores “no es tan fácil” y recuerda que se trata de animales “muy inteligentes” que se multiplican prolíficamente produciendo varias camadas al año. Además, son omnívoros, por lo que pueden consumir todo tipo de productos.
En ese sentido, la empresa manifiesta que antes de establecer un buen plan de desratización es necesario tener en cuenta primero “que hay que garantizar la seguridad de la población y del medio ambiente a largo plazo”. El plan en cuestión “debe ser integrado, que significa un control complejo, que abarca todos los pasos y herramientas para deshacerse de los roedores”.
Asimismo, explica que existen dos tipos de control: pasivo y activo. La desratización pasiva se dirigen al control del medio ambiente y comprenden diferentes procedimientos para impedir que las ratas penetren, vivan y se reproduzcan en un determinado espacio. Se trata de modificar las condiciones ambientales que las ratas necesitas para vivir de forma que se les impida el acceso a todos los elementos básicos.
¿Cómo se hace eso? Sellando aberturas, utilizando materiales resistentes a roedores, impidiendo el acceso a comida, rellenando las cuevas, manteniendo el buen estado de jardines con eliminación de vegetación excesiva o escombros, limpieza de cubos de basuras y eliminando humedad.
En cuanto a lo que es la desratización activa, Higicontrol habla de integrar procedimientos ofensivos a atacar a las ratas allí donde se encuentren. Para ello se utilizan técnicas físicas, químicas y biológicas cuyo objetivo es el control de las poblaciones tanto de ratones como de ratas. Se usan diversos tipos de portacebos para proteger el veneno de las inclemencias del clima y con eso también se protege a personas y animales domésticos de posibles accidentes.
Para enfrentar y erradicar el problema de roedores se utilizan tanto los productos químicos como las trampas, que deben ser aplicados por personal preparado.
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