El Gobierno local continúa su macroproyecto encaminado a cambiar la faz de Melilla. En este objetivo se incluyen obras de tanta envergadura como el Parque Forestal Juan Carlos I, antes Granja Agrícola, que tras descaer y convertirse en un espacio prácticamente baldío, se va recuperando lentamente para trasformarse en el gran parque urbano de Melilla.
El acierto del proyecto es doble, porque no sólo es bueno por su valor de recuperación de un lugar histórico y emblemático para la ciudad, sino porque dota de un gran espacio natural a una parte de la ciudad cada vez más populosa y urbanizada.
Si además consideramos la cualidad de esta segunda fase del proyecto, que se extiende a lo largo de tres hectáreas y que hará posible desde áreas de recreo para mayores, con un aula de naturaleza adaptada a personas de movilidad reducida y un centro de educación ambiental para escolares y adultos, amén de otras iniciativas como un aviario o un centro de equinoterapia, no podemos más que aplaudir la gran iniciativa que implica esta nueva fase de un proyecto que asegura la conversación de toda la vegetación ya existente en la zona.