Llegar a esta zona de Melilla no es fácil. Hay que ir por el barrio de El Rastro y callejear; subir una calle en cuesta y adentrarse en un calle sin salida: es la calle Cabo La Nao.
Con el asfalto completamente picado y casas bajas, a esta zona se la solía llamar ‘la falda del Montero María Cristina’ o ahora como ‘Rastro Alto’. Son pequeñas calles con nombres de cabos del país y están unidas por vías en cuesta o escaleras empinadas.
Sus vecinos aseguran estar cansados de la situación. Con matices distintos, aseguran que la Administración nunca se ha preocupado por la zona. “Yo soy de aquí del barrio, tengo 52 años y nací en esta casa”, dice Abdelahim señalando una de las viviendas de la calle.
Varios vecinos, de diferentes edades, explican a El Faro la situación desesperada en la que se encuentran desde hace años. “Cerca de 50 años que en el barrio no han arreglado nada ni se han gastado un céntimo en él”. Subraya que está toda la zona “levantada” y que por el estado en el que está el pavimento, recientemente un niño tuvo un golpe en la cabeza mientras jugaba. “Necesitamos urgentemente que nos arreglen esto, hace poco estuvimos tres días sin luz en la calle. Estamos abandonados”, resalta Abdelahim.
“El barrio lleva toda la vida así y esto no lo arregla nadie, estamos siempre en las mismas”, dice indignado Bussian. Recalca que tiene un muro cerca de su casa cuya funcionalidad no entienden, “no existe ni en Marruecos”, afirma.
También critica la rampa que hicieron en la calle hace más de siete años y la califica de “chapuza”. Asegura que lleva toda su vida trabajando en la construcción y que esa pequeña obra no corresponde al presupuesto que se destinó a ella. “Esta calle no está olvidada de ahora, sino de hace 60 años” y apunta a que son los políticos los que pueden arreglar esta situación, pero dice que éstos “se echan el dinero al bolsillo y pasan de todo” .
Yusser es más joven y desde pequeño ha escuchado los problemas que tiene el barrio. Señala la falta de saneamiento, de mobiliario público o de accesibilidad. “Tenemos tantas carencias”, dice”.
“Me siento muy mal, hace poco he sido padre, aquí viven niños ¿qué les vamos a dejar de futuro? ¿qué tienen aquí?”, dice Yusser. También resalta que en el barrio viven personas mayores que tienen problemas de movilidad porque no es accesible. Se pregunta si en el caso de “una desgracia”, un incendio por ejemplo, cómo harían los bomberos o la Policía para entrar.
Bartolomé también es vecino del barrio. Lo que él resalta del estado del lugar en el que vive es que “están todas las calles levantadas”. Al igual que el resto, subraya la urgencia de un arreglo general para las calles. Dice que cuando llueve, al no estar limpias las alcantarillas, se inunda toda la vía.
Poco a poco va atardeciendo. Las vistas desde la calle La Nao son espectaculares y sus vecinos dicen que a veces se ve todo el cielo teñido de rojo. Les gustaría que al menos hubiera unos bancos, una pequeña plaza o un lugar donde poder disfrutar de su barrio y las panorámicas que les ofrece éste.
No está claro si muchos de los vecinos que hay verán los cambios que han pedido, pero tienen la esperanza de que al menos, las futuras generaciones puedan disfrutar de un barrio digno por el que los mayores llevan años luchando.
Los vecinos piden que se cumpla lo prometido
Este mes de marzo, el consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar, junto con la viceconsejera de Línea Verde, Yonaida Sel-lam, visitaron la calle Cabo La Nao y las colindantes.
Los vecinos de la zona tienen enormes expectativas al respecto. Aseguran que es la primera vez que les visitan miembros de un Ejecutivo local. Señalan que Rachid Bussian , consejero de Infraestructuras, Urbanismo y Deporte, también los ha visitado en varias ocasiones.
“Se ha comprometido con nosotros que nos van a arreglar el barrio, esperamos que se cumpla”, dice Abdelahim, uno de los vecinos. Asegura que espera que les arreglen las calles tal y como prometió el consejero.
Yusser, también vecino, critica que durante el anterior Ejecutivo del Partido Popular, se reunieron varias veces y enviaron instancias alertando de la situación de estas calles e incluso vino un director general, pero no actuaron al respecto. “Yo, personalmente, he estado entregando desde el año 2008 instancias a la Ciudad Autónoma para la mejora del barrio, para que me lo arreglen”.
“Que no se olviden de este barrio, que no pase como ha pasado con el PP y anteriores gobiernos, que no tengo conocimiento de que vinieran porque era un niño”, recalca Yusser. Y es que según explica, cuando el popular Miguel Marín era consejero de Fomento, y el director general de su área, Ángel González, se comprometieron con los vecinos diciendo que iba a arreglarles el barrio. “No lo han hecho” y al igual que sus vecinos, espera que Mohatar y Bussian cumplan con lo prometido. “Ahora que tenemos constancia y podemos expresarnos libremente, queremos decirle al Gobierno que una vez que han venido, que se lo agradecemos que cumplan su compromiso”, dice Yusser.
Un baño de realidad
Fue hace una semana que Mohatar y Sel-lam acudieron a la zona alta del Rastro a petición de los vecinos. Durante su visita, ambos pudieron comprobar, de primera mano, el estado de las calles así como de la red de saneamiento y del pavimento. Mohatar reconocía que "esta visita ha sido un baño de realidad, no entiende el estado en el que se encuentra este barrio de la ciudad y asume la cierta responsabilidad que pueda tener".
Un barrio, al igual que muchos otros de Melilla, en los que no se han realizado ningún tipo de actuación de remodelación en los últimos 40 o 50 años en el pavimento o saneamiento. Ante esta situación, el responsable de medio ambiente señalaba "la dejadez de las administraciones durante estos años". "No podemos permitir que en esta ciudad haya barrios en los que, en los últimos 40 años, no se han hecho remodelaciones profundas", aseguraba.
Los vecinos de esta zona alta del Rastro señalan que cada vez que hay lluvias, las calles se inundan por completo. El consejero del área señaló que es “imperdonable” el estado en el que se encuentra esta barriada y apunta a "actuar lo antes posible para dignificar la vida de estas personas".