El Servicio Jesuita y Prodein alertaron de esta presencia y cifran en hasta 3.000 euros el ‘servicio’.
Tanto la Comisión Europea (CE) como las diferentes ONGs habían denunciado en más de una ocasión la existencia de mafias o redes organizadas que se dedican a hacer que los refugiados entren en territorio europeo, incluyendo Melilla. Sin embargo, el pasado viernes, el comisario de Migraciones del Ejecutivo comunitario, Dimitris Avramopoulos, admitió que “existen indicios contundentes” de que la crisis de los refugiados “ha sido aprovechada” por estas organizaciones para “actuar contra los más vulnerables”.
En concreto, Avramopoulos hace hincapié en las mujeres y los niños, dado que éste era el tema de la pregunta parlamentaria de la eurodiputada de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE) Beatriz Becerra, que cifraba en 10.000 los “niños desaparecidos” al entrar en la Unión.
Hasta 3.000 euros
El líder de Pro Derechos de la Infancia (Prodein), José Palazón, recuerda que se trata de una situación que su entidad ya denunció a finales del año pasado, que los refugiados llegaban a pagar hasta 3.000 euros para entrar en nuestra ciudad. De hecho, comenta que si son menores, abonaban entre 400 y 600 euros, mientras que para los adultos el precio no bajaba de 1.000 euros.
El activista melillense apunta que “las mafias son consecuencia de las políticas que aplican los gobiernos” en materia migratoria y considera más grave lo que hacen algunos países como Turquía o Marruecos que el hecho de que existan “pequeñas organizaciones” que se aprovechen de “los agujeros” de la frontera de nuestro país para hacer que entren personas perseguidas.
Otra organización que denunció cómo se estaban lucrando estas redes fue el Servicio Jesuita a Migrantes. En su último informe hablaba de ‘pasadores’ que se dedicaban a beneficiarse a costa de “la ausencia de vías legales y seguras” para la llegada de estos refugiados.
Desde esta entidad aseguran a El Faro que las mafias “son en gran medida nuestra criatura”, en referencia a las políticas migratorias y de asilo. Desde la portavocía de esta entidad, además, achacan la existencia de estas redes a la “externalización de las fronteras”, es decir, que se llegue a acuerdos con países como Marruecos (en el caso de España) o Turquía (con respecto al conjunto de la UE) para que gestionen la entrada de migrantes.
Para que estas situaciones no se produzcan, el Servicio Jesuita a Migrantes propone “diferenciar flujos en frontera”, es decir, que se identifique a las personas que necesitan protección y a las que no. También aboga por vías seguras a través de consulados y apoyo a los países de origen de refugiados.
Desde la portavocía también insisten en que los inmigrantes subsaharianos recurren a las mafias porque les es imposible alcanzar la oficina de asilo.
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