Categorías: Editorial

Beni Enzar, la polémica que no acaba

Vuelven las críticas de los comerciantes por las dificultades en el tránsito por el paso fronterizo de Beni Enzar, a las que ahora también se suman las quejas de los hosteleros. Precisamente, unos y otros son dos importantes pilares de la economía local. El estado de los comercios, bares y restaurantes determina en gran medida la salud del resto de sectores.
Se da la paradoja de que comerciantes y hosteleros se sienten perjudicados, cuando las medidas tomadas en el paso fronterizo de Beni Enzar pretenden favorecer a ambos. Y en el peor de los casos, las medidas que dañan a unos, al menos deberían beneficiar a los otros. Sin embargo, insisten en que no está siendo así. Ni ha mejorado el tránsito de personas y vehículos, como reclaman los hosteleros, ni es posible cruzar a Marruecos con pequeñas compras, como se ha prometido una y otra vez a los comerciantes. Así lo denuncian representantes de ambos sectores.
Esperan reunirse la próxima semana con el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, para explicarle cómo se encuentra la situación. Le contarán que sus ventas han bajado considerablemente y que ya hay algún comercio que ha echado el cierre. También le informarán de que ha descendido considerablemente el número de clientes que antes llegaban a los restaurantes de nuestra ciudad desde el otro lado de la frontera.
Pondrán sus quejas sobre la mesa, donde continúa inamovible la decisión de la Delegación del Gobierno de eliminar el comercio atípico del paso fronterizo de Beni Enzar. El Barkani no se ha planteado hasta ahora dar marcha atrás en su decisión y no tendría sentido hacerlo cuando entre sus propósitos para el próximo año está el proyecto de la ‘frontera inteligente’. Carece de lógica una inversión de semejante envergadura para continuar con el tránsito de bultos por este punto ya que el objetivo es dotar a Melilla de una frontera de un nivel similar a las que existen en el resto de Europa.
Con la premisa de que el paso de los bultos sólo continuará estando autorizado por Barrio Chino, comerciantes, hosteleros y delegado del Gobierno deberán encontrar una solución. También tendrán bastante que decir el coronel Ambrosio Martín Villaseñor y el comisario Ángel Riesco. En definitiva, las quejas no van contra la reordenación fronteriza diseñada con El Barkani, sino contra la forma de ejecutar las órdenes que se han dado reiteradamente desde la Delegación del Gobierno a los mandos de ambos Cuerpos de Seguridad. Si guardias civiles o policías nacionales no están haciendo bien su trabajo, como critican comerciantes y hosteleros, las explicaciones deben darlas los máximos responsables de la Comandancia de la Benemérita y de la Jefatura Superior de Policía. De momento, Martín Villaseñor y Riesco no han dado la cara públicamente. Ambos se mantienen en un cómodo y poco comprometido segundo plano. Los dos se resguardan tras un delegado del Gobierno sobre el que recaen constantemente las miradas de comerciantes y hosteleros que no se cansan de advertir con insistencia del riesgo que corren sus negocios.

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