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Aznar pide una política

Lamentó que la ciudad viva “en una especie de paréntesis entre el acoso y la dejadez” y expresó su apoyo a los melillenses y a las Fuerzas de Seguridad”.

José María Aznar giró ayer una visita sorpresa a Melilla para expresar su apoyo a nuestra ciudad, a las fuerzas de seguridad y al Gobierno local, especialmente al presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, al que varias veces alabó su gestión y trabajo, hasta el punto de calificarla de excelente.
Su sorpresiva y rápida visita –no duró más de cuatro horas- se inició sobre las once y cuarto de la mañana, poco después de que los activistas marroquíes convocantes de los bloqueos fronterizos acordasen suspender las acciones previstas al menos hasta pasado el Ramadán.
Aznar llegó acompañado por su hijo Alonso, procedente de Málaga y, en primer lugar, junto con el presidente Imbroda, acudió a la frontera, donde saludó a miembros de la Guardia Civil y de la Policía durante unos minutos, y realizó después un fugaz paseo por el centro de Melilla que no le llevó más allá del principio de la Avenida. No obstante, su presencia en la arteria principal se sucedió a cámara lenta por las muchas fotos y saludos que le reclamaron los melillenses. Su paseo, en realidad, se convirtió en un fotocol ambulante e imparable, en el que Aznar mostró su mejor sonrisa y no dejó de atender cuantos requerimientos se le realizaron.

Comparecencia sin preguntas

En el Palacio de la Ciudad Autónoma, el expresidente del Gobierno prosiguió con el ritual de las fotos, besos y saludos, hasta adentrarse en el despacho de Presidencia, donde dejó una vez más su rúbrica en el Libro de Oro de Melilla: “A la ciudad de Melilla, tierra española donde las haya, bien presidida por Juan José Imbroda, con el compromiso personal de siempre y para siempre”. Esta fue su leyenda para la posteridad y el inicio de una declaración formal del porqué de su visita sorpresa que, más tarde, prolongaría en una comparecencia ante la Prensa en la que no se admitieron preguntas.
“No he venido aquí a criticar a nadie”, dijo rotundo. No obstante, reflexionó sobre la realidad de una ciudad que, según dijo, “no debe vivir en una especie de paréntesis entre el acoso y la dejadez”, “y en la que algunos ciudadanos pueden sentirse así, porque mientras unos acosan, otros tienen una actitud de dejadez”, en clara alusión, se interpreta, al Gobierno Zapatero.
Según informó él mismo, su presencia se producía en respuesta a la invitación de Imbroda. Se declaró “feliz” por encontrarse en Melilla, por la que dijo sentir un especial “vínculo y sensibilidad”, y expresó, en primer lugar, su total “respaldo y contribución a las autoridades de Melilla” y, en especial, a la primera autoridad local, cuya labor calificó de excelente y a la que animó a seguir en la misma línea “por el bien de esta tierra”.
Asimismo, hizo extensivo su “absoluto afecto y respaldo a todos los ciudadanos de Melilla”, a los que trasmitió el “apoyo de la inmensa mayoría de españoles que vienen y visitan con normalidad esta tierra y que se sienten en esta ciudad tan felizmente como yo me siento en este día”,
Así, deseó que ese “sentimiento de compromiso con los melillenses” se perciba no como algo coyuntural “sino como una realidad de presente y de futuro”, para añadir que, desde sus “responsabilidades como expresidente del Gobierno de España” y sus “obligaciones como ciudadano español”, su visita debía verse como “un testimonio y modesta contribución”.
Aznar arrancó con este introito los aplausos de los miembros del Gobierno local que junto a algunos miembros del PP y funcionarios de la Ciudad Autónoma asistieron como espectadores a su comparecencia ante los medios, muchos de ellos de carácter nacional y desplazados a la ciudad para cubrir los conflictos en la frontera con Marruecos.

Fuerzas de Seguridad

En la misma medida, el expresidente del Gobierno hizo extensivo su apoyo “total a los que cuidan de la seguridad de Melilla y los melillenses” con expresa referencia a las Fuerzas Armadas y “especialmente a las Fuerzas de Seguridad del Estado”.
En dicho contexto, comentó que “cualquier esfuerzo” encaminado a dar “más solidez” a la seguridad en Melilla “merece la pena” y dará “frutos importantes”.
“Mi respaldo –dijo en concreto- a los que a veces lo pasan mal y sobre todo a los que últimamente han sido duramente insultados y recriminados no precisamente desde lo que debe ser una política basada en la buena vecindad”.

Futuro

También expresó su “gran esperanza en el futuro de Melilla” y añadió que “si se pasase de esa política entre el acoso y la dejadez a una política de seriedad y de ilusión, el fututo de Melilla sería muy interesante y provechoso para todos”.
Al hilo, recordó que durante su etapa de presidente del Gobierno nacional “siempre dedicó un tiempo a la situación de Melilla y a lo que se podía hacer por Melilla” en las reuniones de su Consejos de Ministros, y comentó que, en el mismo período, el PIB local creció 8 puntos por encima de su incremento a nivel nacional, además de registrarse “cifras de empleo y progreso que no fueron fruto de una excepción sino de un trabajo continuo y una fuerte creencia en el futuro de esta ciudad”.
Aznar demandó en concreto “una política seria y coherente” de las que “cuando se aplican bien, dan resultados”. “Al final –subrayó-, las políticas son hechos y Melilla tuvo muchos hechos y puede mirar al fututo con esperanza si una política seria y decidida vuelve a empujar el trabajo que se hace desde esta Ciudad Autónoma”.

A disposición y felicitación

El expresidente remató su intervención poniéndose “a disposición” del presidente Imbroda y los melillenses y comprometiéndose a volver siempre que se lo demanden. “A los melillenses les digo que no tengan ninguna sensación de aislamiento ni de soledad ni en los tiempos en los que hay problemas ni en los que no los hay. Tienen muchos amigos y yo soy uno de ellos”.
Por último, felicitó el Ramadán a los ciudadanos de confesión musulmana, deseó que la celebración se desarrolle desde “la unidad” de toda Melilla y declaró que sólo ha venido para poner su “granito de esfuerzo” en favor del presente y futuro de nuestra tierra.

“Los mejores años de Melilla”

Juan José Imbroda no sólo agradeció a José María Aznar su visita, rememoró su etapa de presidente de Gobierno, que calificó “como los mejores años que ha vivido Melilla” por su crecimiento económico, “que nos hizo alcanzar parámetros de convergencia con el resto de España y abandonar nuestra posición de farolillo rojo”.
Atribuyó además a Aznar toda la inversión pública estatal que ha contribuido a modernizar y cambiar la faz de Melilla, y declaró que cuantos proyectos se han continuado en el mismo sentido tenían su base en el período de Gobierno del actual presidente de honor del PP, “incluso con cantidades que a tal fin quedaron presupuestadas económicamente”.
Con un tratamiento de “presidente”, la primera autoridad local expresó finalmente que “desde Melilla, todos le debemos respeto y agradecimiento a José María Aznar”.

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