El pasado 14 de febrero, Melilla vivió un San Valentín lleno de cenas especiales, compras de última hora y una actividad comercial que ha dejado cifras positivas en varios sectores. Restaurantes, floristerías, joyerías y tiendas de regalos vieron un incremento en la demanda, aunque con matices respecto a años anteriores.
Los restaurantes fueron, como cada año, los grandes protagonistas de la noche. La mayoría de los locales con menús especiales registraron un lleno absoluto. "Tuvimos todas las mesas reservadas con varios días de antelación", comenta José Ramírez, gerente de un restaurante en el centro de la ciudad. "San Valentín siempre es una fecha muy fuerte para nosotros. La gente busca un ambiente especial y está dispuesta a gastar un poco más".
El precio medio por pareja osciló entre los 100 euros, dependiendo del tipo de menú y del establecimiento. "Hicimos un menú especial con entrantes para compartir, plato principal y postre. También incluimos una copa de vino o cava, lo que le da un toque más romántico a la cena", explicó Carmen López, encargada de otro restaurante. "A pesar de que no estamos en un buen momento, la gente ha seguido apostando por celebrar San Valentín en pareja fuera de casa".
Sin embargo, algunos restauradores notaron un ligero cambio en las tendencias de consumo. "Este año los clientes han sido un poco más cautelosos con el gasto. Se ha notado que muchas parejas optaron por menús más económicos y evitaron pedir extras o botellas de vino más caras", apuntó la dueña de otro restaurante.
Las tiendas de regalos y floristerías también vivieron una jornada intensa. "El día antes y el mismo 14 de febrero son siempre un caos porque mucha gente deja las compras para última hora. Pero es cierto que también hay gente muy previsora, llevo con encargos para este día desde hace un mes", comenta Encarni Jiménez, propietaria de una floristería en el centro. "Las rosas rojas siguen siendo el regalo estrella, pero también hemos notado un aumento en la demanda de ramos más personalizados, con flores variadas y mensajes especiales".
Las joyerías también han visto un incremento en las ventas, aunque moderado. "Lo más vendido han sido los colgantes con iniciales, las pulseras grabadas y los relojes", explicó Ana Cano, trabajadora de una joyería local. "No hemos notado un gran aumento con respecto al año pasado, pero sí ha habido una estabilidad en las compras. La gente sigue apostando por regalar algo especial en esta fecha, sobre todo en el caso de la joyería son más los hombres los que vienen a llevarse algo".
Ana Cano también reveló que este año su joyería no ha contado con ningún descuento para San Valentín porque el precio del oro ha subido y les ha sido imposible poner precios más asequibles.
Las tiendas de ropa y perfumerías también se han beneficiado del día de los enamorados. "Los perfumes y las cajas de experiencias han funcionado muy bien", dijo Laura Sánchez, encargada de una tienda de regalos. "Muchos clientes buscan algo rápido y con un toque elegante, y los perfumes siempre son un acierto".
Para los melillenses, San Valentín sigue siendo una fecha especial, aunque algunos prefieren celebrarlo de manera más discreta. "No soy de los que compran regalos caros, pero siempre me gusta sorprender con algo pequeño, como una caja de bombones o una carta hecha a mano", dijo Miguel, un joven de 27 años.
Por otro lado, María y David, una pareja que celebró la fecha con una cena especial, opinaron que "aunque los precios han subido, merece la pena darse un capricho y salir a cenar. Es una tradición que nos gusta mantener".
Sin embargo, no todos son tan entusiastas con la fecha. "Es una festividad muy comercial, pero si a tu pareja le hace ilusión, hay que tener algún detalle", comenta Cristina, de 35 años.
En general, el balance de San Valentín en Melilla ha sido positivo para el sector de la restauración y el comercio. A pesar de la inflación y la cautela en el gasto, los melillenses han seguido celebrando el día de los enamorados con cenas románticas y regalos.
Quizás el aumento de las ventas en San Valentín tenga algo que ver el que este año haya caído en viernes y los melillenses se hayan animado a salir de la rutina y hayan decidido aportar a los comercios y restaurantes de la ciudad autónoma.
Así, los restaurantes aprovecharon la alta demanda con menús especiales, las tiendas se beneficiaron de las compras de última hora, demostrando que, pese a las circunstancias económicas, esta fecha sigue siendo un motor importante para el comercio local.
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