La sombra del chabolismo vuelve a extenderse por los alrededores del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Con el recuerdo en la memoria de lo que fue el poblado del cerro de Palma Santa, estas infraviviendas comienzan a extenderse cada vez más por los aledaños del río. El pasado viernes se produjo en este pequeño campamento una pelea entre dos argelinos que acabó con una puñalada en el muslo. Se trata de un episodio más acaecido en una cara de Melilla que está lejos de los ojos de la mayor parte de los ciudadanos.
La aparición de las primeras chabolas se produjo a comienzos de año y se acentuó cuando la presión migratoria se incrementó sobre la valla melillense, con su punto álgido en mayo, cuando el CETI se colapsó a causa de los continuos asaltos al perímetro. En aquel entonces, el centro llegó a albergar a unas 2.400 personas, casi cinco veces su capacidad máxima.
A raíz de esta saturación, comenzaron a surgir por los alrededores del CETI diversos asentamientos, sobre todo de inmigrantes de origen sirio, que para pasar el día fuera del centro optaban por tender mantas y esteras justo en la acera de enfrente. En muchas ocasiones aprovechaban el vallado del campo del golf para instalar pequeños toldos con los que protegerse del viento y el sol.
En honor a la verdad, estas rudimentarias localizaciones ni siquiera podían catalogarse como chabolas, pues carecían de paredes y techo consistentes, como las que había antaño en Palma Santa, construidas con palés de madera e impermeabilizadas con plásticos industriales de embalar.
Este tipo de infraviviendas son las que están extendiéndose ahora por el cauce que discurre en paralelo a la carretera de Farhana, a escasos metros del CETI. Al contrario que las situadas frente al centro, en el río sí hay chabolas creadas con madera.
Subsaharianos y argelinos
La mayor parte de ellas están habitadas por inmigrantes de origen subsahariano, aunque también hay un buen número de ellas pobladas por argelinos que no residen en el CETI, según afirmaron a este periódico fuentes internas de estas instalaciones.
También hay que recalcar que los niveles de ocupación en el centro ya no suponen un motivo para que haya proliferado este pequeño campamento, pues en la actualidad hay unas 1.100 personas, aún por encima de su capacidad máxima, de 480 inmigrantes, pero muy por debajo de los 2.400 que llegó a haber en mayo, cuando empezaron a aparecer los primeros asentamientos en los alrededores del CETI.
Chabolas de madera
En lo que respecta al cauce, desde el puente que conecta la carretera de Circunvalación con la de Farhana se puede apreciar que hay una decena de chabolas construidas con maderas y telas, aunque ocultas entre la espesura de la vegetación del río hay más. Algunos inmigrantes incluso han elevado sus infraviviendas unos centímetros del suelo con soportes para aislarlas del calor que desprende el suelo.
Tal y como se puede apreciar en la imagen principal que acompaña a esta noticia, junto a la rampa de acceso al río, situada a mano derecha de la fotografía, se pueden apreciar un gran número de palés de madera para crear más chabolas, así como útiles de construcción que los inmigrantes usan a modo de asiento. De igual modo, la zona está repleta de garrafas, tanto vacías como llenas, para transportar agua hasta estas infraviviendas.
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