Arábica, la cafetería del centro que quiere ser también restaurante

Ouali ha reformado por completo la cafetería Arábica, en la plaza Menéndez Pelayo, “en tiempo récord”, apenas en un par de semanas, aprovechando los primeros días del Ramadán. Es algo que, según el dueño, “hacía falta”. Ha cogido el local que había al lado y ahora es mucho más grande, cuentan con más de una decena de mesas en el interior –aunque tienen que llegar todavía algunas otras- y están atendiendo a más clientes, quienes están dando “una respuesta muy buena”, con un aumento de casi el 50 por ciento. Todo ello, en palabras de Ouali, con “el mejor servicio posible y la mejor calidad”.

El local ha cambiado totalmente con el diseño de Ouali, quien se ha encargado él mismo de ello. De color blanco y rojo, se ve ahora “más luminoso”, según éste, quien ha indicado que también se ha ampliado la cocina y se han puesto cuartos de baño extra. La barra se ha cambiado de sitio y se ha alargado hasta casi cinco metros, de manera que dos camareros pueden trabajar cómodamente en ella.

Con la ampliación, Ouali ha contratado a más personal, y ahora son seis camareros y otros cuantos más en la cocina.

No obstante, aún no está terminada la reforma, ya que, aunque ya disponen de una nevera para los helados, faltan dos más –una de ella para pasteles-. En poco tiempo espera recibir el mobiliario de la cocina. Como novedad, Ouali anuncia que van a ofrecer pizzas y algún otro plato, posiblemente de comida casera rifeña cocinada por él mismo. Más adelante se pondrá la carta. De momento continúan ofreciendo lo de siempre. “Churros, desayuno y merienda con la mayor calidad posible”, describe el dueño.

Pero, cuando llegue el mobiliario para la cocina, porque ahora mismo sólo tiene el horno para pizzas, pero faltan la freidora y la mesa, también servirán platos combinados, bocadillos, sándwiches, pinchos morunos y “alguna otra cosa” que Ouali tiene en mente y con la que espera atraer a trabajadores del centro para comidas y cenas hasta las 11 de la noche. Pasa de cafetería a restaurante, por lo tanto.

Para la reforma, retoma Ouali, han aprovechado la coincidencia entre el Ramadán y el mes de abril, que suele ser una época “floja”, así que los trabajadores que tenía han aprovechado para cogerse vacaciones, aunque también estuvieron ayudando en la reforma, razón por la que el dueño de Arábica se muestra “orgulloso” de ellos.

El nuevo local cuenta también con una zona reservada que está por terminar con varias mesas, asientos con respaldo, una lámpara tipo árabe y algo de vegetación, según cuenta. Este espacio podrá ser empleado para cualquier reunión, alguna familia que quiera estar en un sitio más íntimo, un cumpleaños o una cena de empresa, por ejemplo.

En conjunto, el bar ha triplicado su superficie, que antes no llegaba –en el interior- a 50 metros cuadrados y ahora supera los 150.

Anteriormente, el número de mesas era de siete solamente, con el problema que ocasionaban, por ejemplo, los días de lluvia, cuando nadie se quería sentar en la terraza y el interior se llenaba en cinco minutos y tardaba mucho tiempo en marcharse. “Ahora, en cambio, hay espacio de sobra y no me preocupa”, asegura Ouali, quien ha querido lanzar un mensaje a los ciudadanos melillenses: “Que nos visiten, que son bienvenidos, que nos den su opinión y que, si no les gusta algo, por favor que nos lo digan”. Así, tras resaltar la mejora del servicio y su obsesión por la limpieza, ha rematado insistiendo en la anterior idea: “Quiero que la gente que venga se sienta como en su casa y, si algo no le gusta, que lo diga y, si tiene alguna idea para mejorar, se lo agradecería toda la vida”.