Contaba Antonio Serrano en los últimos compases de su concierto que es de agredecer que, durante tantos años, personas como Kiriko o Ángel Castro confíen en “un tío”(tan sólo uno) tocando la armónica en la inmensidad del escenario.
Pero cuando el individuo en cuestión tiene un talento descomunal como el demostrado ayer por Serrano en el salón de actos de la UNED, cualquier auditorio del mundo se queda pequeño.
Este virtuoso armonicista, de aclamada reputación internacional, consiguió llenar la sala de conciertos de la Universidad a Distancia presentando su espectáculo ‘Harmonius’, que conforma un paso adelante en la carrera como solista de uno de los mayores representantes del jazz patrio.
Trayectoria meteórica
Este madrileño de 42 años ha tocado con algunos de los más grandes músicos del último cuarto de siglo, como Toots Thielemans, Wynton Marsalys o los componentes de la Orquesta Sinfónica de RTVE, pero si de alguien mamó y aprendió fue del eterno Paco de Lucía. Su armónica acompañó a Paco en una multitud de conciertos, que le enseñó como nadie el sentimiento y los entresijos de la música flamenca. La música de Serrano, hoy en día, es una perfecta conjunción de jazz y flamenco, aunque recibe la influencia de otros muchos géneros, como la música clásica, en la que fue instruido desde pequeño por su padre, amante del género.
El ‘Cifu’, gran homenajeado de esta edición, comentaba siempre que para ser un buen jazzista hace falta una gran formación musical como la que requiere la música clásica y, aparte, tener el don de la improvisación. Este maestro de la armónica (y de tantos otros instrumentos) cumple de sobras ambas premisas dadas por el “profe”.
Harmonius, obra cúlmen
Comentó Serrano durante el concierto que en la primera presentación de ‘Harmonius’ muchos le preguntaron si todos los sonidos escuchados estaban grabados en el teclado o en pedaleras, pues resultaba increíble el virtuosismo con el que una sola persona podía emitir tal cantidad de precisas melodías.
En esta ocasión, para las vigésimas Jornadas de Jazz de Melilla, se ha desdoblado en dos, ejerciendo de armonicista y teclista a un mismo tiempo, mostrando un rigor inusitado. De nuevo, ha vuelto a sobrepasar todas las expectativas puestas en su actuación.
Para Antonio Serrano, que ya ha venido al festival en otras ocasiones, dice que siempre “es un regalo retornar a Melilla”, porque siempre le han tratado “estupendamente”. El presente, sin embargo, se lo viene realizando este genial compositor a Melilla con sus visitas y conciertos.
En este apasionante viaje por la música llamado ‘Harmonius’, este excelso músico viajó por mil sonidos, del blues al flamenco (incluyendo la ovacionada versión de una malagueña), pasando por los sonidos árabes y acabando con la interpretación del mítico ‘What a wonderfoul Worl, el colofón final a una noche de jazz mágica”.
Para hoy está programada la actuación de Olé Swing, atractivo cuarteto que mezcla el jazz manouche (jazz gitano) con la copla española. Un original experimento musical que no dejará indiferente a nadie. Comenzará a las 21:00 horas donde siempre, en el saloón de actos de la Universidad a Distancia de Melilla.
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