Antonio Mena: “Quedarnos sin inspector fitosanitario agrava más la pobre economía local”

El presidente de la Asociación de Agentes Aduaneros, Antonio Mesa, explica que el cierre de la aduana comercial que había hace un año entre Melilla y Beni Enzar ha supuesto una disminución de un 60% del negocio de este tipo de empresas. Tiene esperanzas de que se pueda volver a abrir esta puerta de salida de mercancías, pero afirma que, mientras, pasa el tiempo y no hay solución.

–¿Cuáles han sido las consecuencias del cierre de la aduana comercial?

–Para el sector de agencias de aduana ha sido una disminución de un 60%.

–¿Qué ha significado para ustedes el cierre de esta puerta?

–Se nos ha cerrado una de las vías más importante que tenemos como agencia de aduanas. Nosotros vivimos del despacho aduanero y en el momento en el que se cierra la aduana, esta puerta se clausura. De ahí que nuestros recursos han disminuido en un 60% en este tiempo. Hemos hecho varias gestiones desde nuestro colegio nada más enterarnos del cierre. En octubre nos reunimos en Cádiz en un foro Aduanero y allí nos entrevistamos con la directora general de Aduanas. Todavía estamos esperando respuestas.

Lo que es evidente es que cada vez nos dan una vuelta de tuerca más. Inconscientemente no nos damos cuenta, pero cuando echas números se ve.

Otro de los aspectos que nos ha repercutido negativamente a Melilla y más a nosotros es quedarnos sin inspector fitosanitario. Hemos tenido toda la vida esta figura y tras el cierre de la aduana comercial se toma la decisión de dejarnos si este profesional. Esto agrava más la pobre economía que tenemos porque antes podíamos enviar mercancía a Marruecos y se nos cerró esta vía. Se nos abrió una ventanita que es un barco de contenedores que viene una vez a la semana y hace descargas en Melilla y luego en Beni Enzar. Pero esa vía se nos cierra y nos obligan a llevar la mercancía a la aduana de Almería donde hay un inspector. Ese viaje son 1.500 euros más contenedor. Los comerciantes ven incrementado el coste de sus envíos y no lo hacen y nosotros tampoco podemos trabajar.

–¿Por qué ya no está ese inspector en la ciudad?

–Es una decisión de Delegación del Gobierno y el Gobierno central han tomado esta decisión. Como colegio hemos hecho una reclamación y ahí está el silencio administrativo que ejercen cuando no les interesa una cosa. Es tan fácil como enviar este inspector a la ciudad. Es importante porque se nos ha cerrado la vía comercial de la aduana, y podíamos enviar la mercancía con el barco de containers a Beni Enzar. Ahí estábamos metiendo mercancía con los pocos exportadores que quedan y esta puerta también se cierra. Es una detrás de otra. Este inspector de fitosanitario certificaba que la mercancía que se enviaba era apta para el consumo humano.

–¿Recuerda cómo se enteró de que se iba a cerrar la aduana comercial?

–En Marruecos las noticias son oficiosas pero sí son efectivas. Se colgaron unos carteles en la aduana del país vecino que a partir del 1 de agosto se impedía el paso de mercancía porque se iba a cerrar la aduana. Al principio, no sabías muy bien cómo tomártelo porque no es un papel firmado ni de ningún ministerio. Fue un panfleto y no se le echó cuenta aunque se comunicó esta cuestión a las autoridades aduaneras de Melilla. También se comunicó a la Ciudad. Pero nadie hizo nada y nadie ha hecho nada al respecto.

Hemos cambiado de Gobierno. Estamos ahora en un Gobierno provisional. Pero los señores del PP consintieron que se cerrara la frontera y los del PSOE más de lo mismo. Se han tirado más de un año gobernando y no han hecho nada.

–¿Cuál es la valoración que hace la gestión del Gobierno central?

–Como empresario, no se han atendido nuestras peticiones.

–¿Que le pareció que se constituyera un grupo de trabajo entre las aduanas de los dos países?

–Bueno, cualquier grupo de trabajo es bueno, siempre y cuando beneficie y tome decisiones positivas. Pero en este caso no se ha tomado ninguna decisión. Sabemos que no es una puerta cerrada todavía. Sabemos que Marruecos no la ha cerrado del todo, pero llevamos un año con la aduana cerrado. Creemos que España tiene que decir mucho de esto. Entendemos que Marruecos es un buen aliado de Europa. Pero España tiene que decir algo en este tema. Y ésa es la respuesta que estamos esperando tanto de unos como de otros (partidos políticos). Las perspectivas no son halagüeñas.

–¿Tiene esperanzas de que se pueda reabrir?

–Bueno es que es lo único que no se pierde. Pero esto tiene unos daños colaterales que están llevando a muchas empresas a desaparecer. Esto tristemente lleva al cierre de más empresas, hay menos importadores y esto repercute en todo. Somos una cadena. Se nota y se siente en el ambiente. Hay un ambiente general de tristeza y soledad. Todo viene motivado por lo mismo. Cuando no hay trabajo, no hay alegría. Los empresarios se retraen y también la gente en general a la hora de hacer un gasto.

–¿Cree que el impulso del puerto de Beni Enzar justifica el cierre de la aduana? ¿O se podrían haber dejado las dos vías abiertas?

–Claro que las dos se pueden mantener. Es de cajón que Marruecos tiene que proteger su mercado y sus intereses. Pero no puede cerrar una aduana comercial. No es entendible que haya adoptado esta actitud. Le entra comercio atípico de todos lados y el único sitio por el que entraba la mercancía documentada y pagaba impuestos era esta vía de la aduana. Era una vía legal. Se cierra esto y se deja funcionando todo el comercio atípico. No es de lógica.

–¿Se podría firmar un acuerdo con los empresarios de Marruecos y que luego se ratifique a nivel político?

–Es que este tema no es empresarial, sino político. Por mucha voluntad que tenga el empresariado, la Cámara de Comercio, si no hay voluntad política poca cosa se puede hacer. Y voluntad política creo que no hay ninguna por ninguna de las dos partes.

–¿Cómo ha cambiado el trabajo para las agencias de aduana?

–Pues nos estamos reestructurando. Estamos reestructurando los negocios y nuestras empresas. Se nos ha cerrado una de las puertas de ingresos a cal y canto.