Los antioxidantes son moléculas que protegen a nuestras células del daño causado por los radicales libres. Estos son moléculas inestables que puedan llevar al daño del ADN, las proteínas y las grasas en nuestras células, lo que contribuye al envejecimiento y al desarrollo de numerosas enfermedades. Los antioxidantes logran neutralizar a los radicales libres, donándoles un electrón y equilibrándolos. De esta forma, los antioxidantes ayudan a mejorar el daño oxidativo y son esenciales para mantener nuestras células sanas.
Dado la especial singularidad e importancia de estas moléculas, El Faro ha consultado a la dietista Marta López Ortuño para conocer qué tipos de alimentos son ricos en antioxidantes y cómo deberíamos tomarlos.
En este sentido, explica que incluir alimentos ricos en antioxidantes en nuestra dieta es crucial porque estos compuestos ayudan a combatir el estrés oxidativo en el cuerpo. Esto ocurre cuando hay un desequilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad del cuerpo para neutralizarlos.
Asimismo, aclara que los radicales libres pueden dañar las células y contribuir al envejecimiento prematuro y al desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades cardíacas y neurodegenerativas. Los antioxidantes neutralizan estos radicales libres, añade, protegiendo nuestras células y promoviendo una mejor salud general.
Se pueden encontrar antioxidantes en una amplia variedad de alimentos que incluyen frutas y verduras de colores vivos, como bayas (arándanos, fresas, frambuesas), uvas, espinacas, brócoli, zanahorias y tomates. Otros alimentos notables son las nueces, el té verde, el chocolate negro, y especias como la cúrcuma y el jengibre. Estos alimentos contienen diversas sustancias antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, el betacaroteno, y compuestos fenólicos, aclara la experta.
Para obtener sus beneficios, recomienda consumir alimentos ricos en antioxidantes a diario, integrándolos en una dieta equilibrada y variada. En cuanto a la interacción con otros nutrientes, resalta que algunos antioxidantes como las vitaminas liposolubles (A, D, E, y K) se absorben mejor cuando se consumen junto con grasas saludables.
"Por ejemplo, añadir un poco de aceite de oliva a una ensalada de espinacas puede mejorar la absorción de los antioxidantes presentes. Sin embargo, es importante no excederse en la suplementación de antioxidantes, ya que en exceso pueden tener efectos adversos", advierte.
Pero, ¿hay alguna forma especial de consumirlos? Sí, la dietista asegura que la mejor manera es hacerlo a través de alimentos frescos y mínimamente procesados.
Cocinar ciertos alimentos puede aumentar la biodisponibilidad de algunos antioxidantes, como los licopenos en los tomates, pero en otros casos, como con la vitamina C, el calor puede reducir su contenido. Por ello, señala que combinar alimentos crudos y cocidos en la dieta diaria es una buena estrategia para maximizar la ingesta de antioxidantes. Asimismo, recomienda variar las fuentes de antioxidantes para beneficiarse de un amplio espectro de compuestos protectores.
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