El Faro entrevista a Juan Antonio Delgado, exportavoz nacional de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y diputado en el Congreso por Unidos Podemos. Cree que los agentes de la Benemérita deberían contar con un protocolo para sus actuaciones en la valla que garantice el respeto a los Derechos Humanos. Sobre la condecoración a los agentes de este Cuerpo que fueron imputados por los sucesos en la alambrada en octubre de 2014 considera que, más allá de si merecían la medalla, el Gobierno ha intentado avalar sus políticas con este gesto.
–Decir que queremos un protocolo para la Guardia Civil y que a la vez se respeten los Derechos Humanos no son ideas contrarias. Lo que se ha venido haciendo durante muchos años es dejar a los guardias civiles de la valla a los pies de los caballos. Los guardias de Melilla tienen que tener un protocolo claro de actuación. La Ley de Extranjera no puede tener una interpretación dependiendo de quién gobierne. Una ley tan importante tiene que ser clara. Por lo tanto, respeto a los Derechos Humanos, por supuesto. Devoluciones en caliente, no. Pero eso no depende de los guardias civiles, sino del Gobierno. Los guardias tienen la Espada de Damocles: lo hacen o lo hacen.
Los agentes de Melilla y Ceuta, cuya inmensa mayoría hace un trabajo importantísimo para la sociedad, hacen lo que pueden y más. Pero si tienen una normativa que les obliga a hacer las cosas de una manera… Los guardias civiles lo que quieren es hacer bien su trabajo, por eso se ha demandado desde las asociaciones profesionales un protocolo de actuación.
–Las cifras son alarmantes. El 70% de las medallas en ambos Cuerpos se las llevan los que no están a pie de calle. Es una pirámide invertida. La escala de mandos en Policía y Guardia Civil compadrea con sus amigos con las medallas. Hemos visto el caso Marhuenda (Francisco Marhuenda, director del diario La Razón, fue nombrado comisario de honor de la Policía), pero como éste hay muchos. Es escandaloso, sobre todo cuando un compañero se juega la vida y no se le reconoce, sino que se usan las condecoraciones como un mercado de amiguismo entre algunos altos responsables.
Lo que queremos es invertir esa pirámide para que el reparto sea más justo. Yo no digo que no se le pueda dar una medalla, por ejemplo, a un juez que colabore en una actuación concreta, pero creo que podría dedicarse a estos colectivos un porcentaje concreto, limitado. Curiosamente nunca le han dado una medalla a un colectivo humilde que luche contra el narcotráfico. Siempre es a fiscales, jueces, directores de periódicos…
–Para empezar, quiero señalar que ya se ha demostrado jurídicamente que los agentes son inocentes. Yo opino que la medalla no la han pedido los guardias, sino que el propio Gobierno ha utilizado a los guardias civiles para, de alguna manera, avalar sus políticas. Los agentes, si les conceden una medalla, no la pueden rechazar. ¿Quién ha concedido esa medalla? El ministro del Interior (Jorge Fernández Díaz). ¿Para qué? Para demostrar, de alguna manera, que la política que hace está bien.
Está claro que estos agentes son inocentes. Lo ha dicho un juez. Lo importante es quién ha concedido esta medalla y con qué objetivo. Conozco casos de agentes que han arriesgado su propia vida y nadie de la Dirección General ni del Ministerio se ha acordado de ellos. De alguna manera creo que se ha utilizado a estos agentes. No quiero decir que no se merezcan la condecoración, sino que no se hace lo mismo con todos los agentes que hacen un servicio bueno. En la Guardia Civil conozco a gente que ha recibido medallas por operaciones en las que no han estado. De reparto de medallas se podría hablar mucho.
–Yo no lo creo. Mi compañera de partido y senadora, Maribel Mora, ha pertenecido durante años a Apdha (Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía). Ella defiende la labor de los guardias, que no tiene que ir en contra de los Derechos Humanos. Si en el Cuerpo hay gente que no respeta las leyes, tiene que asumir responsabilidades. Habrá gente a la que no le guste la Guardia Civil, gente que no le guste la Policía, o la prensa, pero la Guardia Civil es la institución muy bien valorada entre la ciudadanía.
–Yo no puedo hablar en nombre de AUGC, pero he estado muchos años en el Cuerpo y nunca he ido a los actos. Este año sí que voy a asistir, en Cádiz, porque ahora soy diputado y quiero acudir para expresar a los compañeros cuáles son las iniciativas que quiero sacar adelante. No quiero ir para quedar bien con nadie, sino para denunciar las situaciones por las que pasan guardia civiles y policías.
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