La Asociación de Banda, Orquesta y Coro ‘Ciudad de Melilla’ (Asbanor) cumple 35 años desde su creación y lo celebra de una manera muy especial, coincidiendo con la conmemoración de Santa Cecilia, patrona de los músicos.
Santa Cecilia es la patrona de los músicos. A menudo es representada con algún instrumento musical, como lira o pianos. Santa Cecilia era una mujer a la que le encantaba la música y, a través de ella, decía que hablaba con Dios.
El origen de la Asociación se remonta a 1987. Por aquel entonces, el Ayuntamiento de Melilla tenía la intención de crear una banda de música. Ángel Lasheras fue elegido de entre los candidatos para ser su director.
“Cuando llegué a Melilla no había músicos ni instrumentos”, relata el director, aunque sí estaba la banda militar –con quien siempre han mantenido una estrecha relación y han mantenido una "maravillosa colaboración"–, pero su tarea se centraba en la creación de una banda civil.
Lasheras cuenta que recorrió todos los colegios de la ciudad en busca de jóvenes (entre los 7 y 14 años) que quisieran unirse a la agrupación. Después de aquello, se apuntaron gran multitud de niños incentivados por la charla del director.
Sin embargo, poco después la mayoría se echaron para atrás. Los que se quedaron fueron “un grupo increíble”, recuerda Lasheras, y se volcaron de lleno con la banda. “Conectamos muy bien”.
Para él y su mujer -que tenían a sus hijos muy pequeños- eran como sus propios hijos, con los que vivieron momentos “indescriptibles” y muy emocionantes.
Rememorando aquellos años, el director de la agrupación recuerda las ganas e ilusión con la que comenzaron los pequeños. Muchos de ellos siguen hoy en día muy unidos al mundo de la música gracias a ello. Hacían meriendas y escapadas a los pinos, donde pasaban las horas hablando de música.
Después de seis meses, tuvo lugar la primera intervención de la banda. Estrenaron dos obras muy pequeñas donde tocaron ‘Himno a la Alegría’ y ‘Canción de cuna’ de Brahms. Debido a la popularidad que alcanzó, llegaron a unirse 3 músicos más, principiantes que habían estado en la antigua banda de música de Melilla.
Para ayudarlo en su tarea se unió su mujer, también profesora de música, puesto que necesitaba un apoyo. “Crear una banda de música es muy complicado”, señaló. Mientras ella enseñaba solfeo, él daba clase de instrumento y, al poco tiempo, se unieron otros tres monitores de la Ciudad.
Poco a poco estos niños pasaron de no saber si les gustaba la música, salieron músicos profesionales que hoy en día viven de ella y que han transmitido ese gusto y forma de vivir a sus hijos y familiares.
Ahora, treinta y cinco años después de aquel momento, la agrupación cuenta también con una orquesta y un coro. La Orquesta Sinfónica de Melilla se creó en 1995, que se compuso también de muchos jóvenes que habían aprendido en el Conservatorio.
Posteriormente, se contrató a Maricarmen Gálvez, después de que viniera a cantar a la ciudad y gustara mucho a todos. Entonces se creó el Coro ‘Ciudad de Melilla’ en 1999. A pesar de ser la última agrupación que se creó, el director asegura que son una auténtica familia y que siempre cuentan con un maravilloso ambiente.
Lasheras cuenta que, verdaderamente, su intención siempre fue tener banda, orquesta, coro y baile. Estas cuatro agrupaciones le permitiría poder representar una ópera o una zarzuela, como están haciendo ahora, pero también un ballet para poder hacer obras como ‘El lago de los cisnes' o 'La bella durmiente', por ejemplo.
En todos estos años, Lasheras comenta que a la obra que le guarda más cariño sigue siendo la primera que interpretaron en la ciudad. Después de aquello han representado tantas obras y conciertos que le es imposible elegir solo uno.
Asimismo, el director quiso agradecer a aquellos jóvenes que comenzaron con él "esta andadura" y que a día de hoy se ha convertido en una entidad cultural. "Sin ellos hoy en día no existiría", dijo, al igual que sus padres, quienes se encargaron
"La creación de una banda de música es cultura", señaló, asegurando que, a pesar de que por la ciudad han pasado distintos partidos políticos, todos ellos se han volcado siempre con la Asociación.
Cuando Lasheras tuvo que ausentarse de la ciudad, fue un alumno suyo quien se hizo cargo de entidad: Sergio Rincón, presidente de Asbanor. "Ha sido capaz de mantenerla muy alta con una calidad extraordinaria", señalaba, agradecido de que hubiese continuado con ese afán de superación.
Igualmente, Maricarmen Gálvez es ahora la encargada de la Escuela Paula Guillén, que es "el vivero de todas las agrupaciones". "Esa escuela tiene que estar siempre en marcha, tiene que estar viva para que aporte niños a toda la asociación", afirmó el director.
Y, sin lugar a dudas, a lo largo de estos años, Lasheras se ha mostrado muy agradecido con el público melillense, que asiste siempre a los conciertos de la Asociación y arropa a todos los músicos con aplausos. "Ellos son los que realmente nos mantienen vivos", aseveró.
Este viernes tendrá lugar el Gran Concierto de Santa Cecilia en el Teatro Kursaal ‘Fernando-Arrabal’ a las 20:30 horas y que durará alrededor de 1 hora y media. Un evento que reúne a más de 100 músicos sobre el escenario para tocar frente a los melillenses que quieran acompañarlos en este día tan importante.
La primera parte de la actuación correrá a cargo de la Banda de Música y la actuación solista de Salvador Bellido. Para la segunda parte, la Orquesta Sinfónica entrará en escena en primer término y acompañará luego al Coro 'Ciudad de Melilla' y a la soprano María del Carmen Gálvez.
“Va a ser muy bonito”, señala Lasheras, quien afirma que Melilla demuestra constantemente su gusto por la música y los conciertos, ya que la Asociación siempre cuenta con buena acogida. Además, ha recordado que el concierto de Santa Cecilia siempre se caracteriza por ser muy grande y diverso, ya que reúne a las distintas agrupaciones de la asociación.
La Banda de Música participa con dos obras. Una de ellas es ‘Immer Kleiner’ y en la que interviene Salvador Bellido como solista tocando el clarinete. Lasheras apunta que es una obra “muy divertida” en la que “se verán cosas que creíamos que no se podían hacer con un clarinete”.
Tras esta, procederá a interpretar ‘La leyenda de Alí Babá’ de Bert Appermont mediante tres partes: el tesoro secreto, cuentos del desierto y los 40 ladrones. Una obra “muy interesante y espectacular”.
Llega el turno de la Orquesta, que interpretará también dos obras. Por un lado, ‘Obertura Festiva Op. 96’ de Shostakovich, que escribió en tan solo 3 días y que trata sobre la Revolución Bolchevique.
Por otro lado, también tocará ‘Marcha Eslava Op. 31’ de Tchaikovsky y que, al igual que la anterior, está hecho en un breve plazo de tiempo: 7 días. Ambas son espectaculares, según el director.
Luego intervendrá el Coro y la solista soprano Maricarmen Gálvez interpretará dos piezas: ‘Casta diva’ y ‘La canción del Ruiseñor’.
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