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Andrés Domínguez: “Los jóvenes deben participar de forma activa para que tengamos relevo”

El hermano mayor de la Cofradía Castrense de Nuestro Padre Jesús Humillado y María Santísima de la Piedad de Melilla, Andrés Domínguez, teme que estos dos años sin poder organizar actividades por parte de la cofradía les haga perder a jóvenes que son el futuro relevo al frente de la hermandad. Aseveró que deben atraerlos con actividades y convivencia, pero para ello, precisan de una sede que no terminan de lograr. Contar con una casa hermandad facilitaría mucho introducir a los jóvenes en la vida cofrade, organizar actividades de formación para los hermanos y mostrar el patrimonio que tiene esta cofradía. Cumplió el año pasado 30 años y no ha podido conmemorar este aniversario como esperaban.

–¿Cómo ha sido este año para la cofradía?

–Ha sido un año difícil en todos los aspectos para todos tanto por temas de salud como por que la relaciones sociales están muy limitadas. La cofradía vive de las relaciones sociales y de la confraternidad. Aunque haya redes sociales, no es lo mismo que estar en persona con otros y participar en actividades de forma común. Se nota porque la cofradía ha tenido un freno en sus actividades, aunque se hayan realizado las que se han podido. Hemos estado muy limitados.

–¿Cómo es ver que, de nuevo, no pueden salir en procesión con El Humillado y La Piedad?

–Como se sabe nosotros tenemos a El Humillado en restauración. En su día, sobre el comienzo de la segunda o tercera ola, ya vimos que esta Semana Santa iba a ser muy complicado y muy difícil poder salir en procesión. De forma, en diciembre optamos por enviarlo a restaurar. El que no haya procesiones... Pues para las cofradías salir en procesión es una parte importante, no por nosotros, sino porque es mostrar esta catequesis al pueblo y para que vea por qué y cómo murió Jesucristo. Ya son dos años en los que no hemos podido salir y está bloquea la vida cofrade. Veremos a ver cómo salimos de esta situación de cara al año que viene. Y es que nos faltan dos generaciones que en estos dos años debemos intentar introducirlos en la vida del cofrade. Porque ahora han estado disfrutando, digamos, de otras aficiones durante dos años y son actividades que no se han visto influidas por la pandemia como sí la Semana Santa.

–¿Cree que este parón de dos años hará que haya menos gente interesada en la Semana Santa o en la cofradía?

–Los que verdaderamente viven la Semana Santa siempre van a estar ahí. Pero hay muchas personas que solo se acercan en Semana Santa para ver los pasos, a ver las profesiones y son estas personas las que en estos dos años pueden encontrar otras aficiones que pueden seguir desarrollándolas y quizás no quieren volver a acercarse más adelante. Y también hay gente que nunca se ha acercado a la Semana Santa y a esas personas tenemos que ofrecerles mucho más que solo llevar un trono.

Me refiero a ofrecer unas vivencias que les animen a seguir continuando con nuestra tradición. Los cofrades nos hacemos mayores. La cofradía al año que viene le toca elecciones y la intención es que, si no hay nadie, nos presentaremos de nuevo a la misma junta de gobierno. Pero vamos cumpliendo años y la renovación de jóvenes que tiene que haber, nos puede legar a costar. En realidad no la vemos en ningún otro aspecto de la sociedad porque los jóvenes tienen otras ideas. Tenemos que empezar con una juventud más temprana para que tomen su participación activa dentro de la cofradía y tengamos relevo.

De cara al año que viene yo creo que el público en general sí que tendrá ganas de Semana Santa después de dos años sin salir y sin ver procesiones. Yo creo que si participarán en ellas y nosotros los cristianos de Melilla que estos días no podemos salir y estamos más limitados, yo creo que la cogerán con más ganas.

–¿De qué manera pueden atraer a estos jóvenes?

–La Cofradía Castrense siempre se ha caracterizado, entre otras, cosas porque llevamos una guardaría muy numerosa. Los niños entran con 4 o con 6 años e incluso con 10 y salen durante unos pocos de años en procesión. Luego es verdad que a cada uno le tira una avocación o un paso y se van a diferentes cofradías. Nosotros siempre tenemos la puerta abierta todo el que quiera. Y para que luego se puedan quedar hay que darles facilidades a través de actividades y que nos podamos reunir en algún sitio los fines de semana. Y es que nuestra cofradía tiene un handicap: no tiene una casa hermandad como tienen otras. Eso nos impide poder organizar acciones de todo tipo. Además, ahora nuestros enseres están en la plaza de toros, que está cerrada desde abril del año pasado.

Ahora estamos aún más limitados. Antes venían pocos niños y ahora no viene ninguno lógicamente porque realmente no podemos ni ir todos los cofrades a la misa y a la eucaristía por la limitación de aforo también en la iglesia.

Para los niños hay muchas maneras de crearles esta afición y, por ejemplo, recuerdo que algunos jugaban a hacer tronos con cajas de madera o de cartón y jugaban con tambores y salían por los pasillos cuando estábamos en la plaza de toros. Estábamos todos muy animados. Ahora tenemos que buscar una formación cofrade en la que el niño se divierta y el joven también. En la se vea representado como protagonista y no que son los adultos. Tenemos que buscar el sistema y las actividades en la que ellos se sientan protagonistas y se identifiquen con la cofradía para que luego tengan una permanencia en el tiempo y nos hagan el relevo.

–¿Han solicitado alguna sede nueva o esperan poder contar con alguna en un futuro?

–Esperanza todas porque en realidad la plaza de toros está cerrada. Y lo que sí es verdad es que aunque haga un año solo desde que esté cerrada esta zona donde están los enseres y los archivos, lo cierto es que han pasado dos años desde la última vez que se utilizaron porque se guardaron cuando terminó la semana Santa de 2019 y no nos hemos vuelto a ver. Y es que el año pasado solo nos dio tiempo a preparar un poco el triduo pero no vimos nada más. Nuestro estandarte está allí, también las varas y todos los enseres metálicos de la cofradía están en cajas. No sabemos cómo nos lo vamos a encontrar por porque la plaza de toros adolece de que tiene humedad, pues es un sitio en el que no se ventila y la humedad se concentra. No sabemos lo que nos vamos a encontrar tanto con esas enseres como con todo el archivo de la cofradía en documento que se encuentra allí. Nos ha pillado que solo teníamos en la iglesia la bandera de la cofradía o bacalao y las imágenes.

Ahora mismo está puesta la imagen de La Piedad con un pedestal de circunstancia porque el que se usa para poner en la iglesia está en la plaza de toros junto con los faroles, las velas... Estamos muy limitados. Y no sabemos cuándo vamos a volver a entrar por lo que tenemos una incertidumbre...

–¿Pero se quedarían en la plaza de toros o prefieren otra sede?

–Nos gustaría contar con otra sede y lo hemos pedido tanto a la Ciudad como al Ministerio de Defensa. Éste último nos dio una sede, pero con una servidumbre que nos impidió poder aprovechar el terreno porque el edificio finalmente se iba a derrumbar por el nuevo plan general de urbanismo.

Estamos detrás de otro y así hemos ido buscando y buscando y parece que nunca llegamos a ‘pillar’ el local nuevo. A ver si con la nueva corporación que hay desde hace dos años en el Gobierno de Melilla conseguimos un local, pues también se lo hemos pedido.

La plaza de toros la utilizamos como casa de hermandad. Normalmente, en Navidad junto a nuestra hermandad de la Virgen del Rocío de Almonte que está en El Pueblo hacemos un belén de forma conjunta. Tras esta festividad, nosotros comenzamos con los trabajos en la plaza de toros para limpiar los enseres de Semana Santa y el resto de tareas.

Hacemos allí una vida de cofrade y allí es donde nos juntamos de nuevo otra vez tras el parón de Semana Santa. Es allí donde suelen aparecer todos los miembros de la cofradía. Ahora mismo está todo cerrado y estamos expectantes a ver qué va a pasar con la plaza de toros. También esperamos qué puede pasar con los locales que tenemos pedido para que la cofradía pueda tener la casa hermandad. El objetivo es que pueda realizar la formación cofrade, así como realizar exposiciones donde pueda tener sus enseres y pueda estar de esta forma bien expuesto. Después de 30 años de esta cofradía nos gustaría mostrar el patrimonio que conserva la cofradía, pero que es de Melilla porque nosotros solo somos depositarios.

–¿Qué actividades no han podido realizar dentro de la cofradía?

–El año pasado celebramos el 30 aniversario. Desde 2019 teníamos programados varios actos y un encuentro con otras cofradías castrenses de España y no se pudo realizar por culpa de la pandemia. No pudimos llevar a cabo esa unión de todas las hermandades a pesar de haber estado todo coordinado para que hubieran venido esas cuatro cofradías castrense que pertenecemos al arzobispado castrense de Madrid. El triduo de septiembre se vio muy limitado a solo uno día.

La cofradía va realizando lo que puede. Este año lo único que hemos podido hacer es exponer la imagen de La Piedad que está en el altar y que se ha podido visitar este martes durante todo el día, ya que no podemos salir nosotros a la calle, que los melillenses puedan acercarse a verla. También este Viernes Santo se podrá visitar siempre guardando las medidas de seguridad y el aforo que hay dentro de la iglesia. También hemos tenido que suspender toda la formación cofrade que recibíamos una vez al mes con el objetivo de reflexionar sobre la participación en la hermandad y las misas mensuales han visto muy reducida porque no podíamos asistir con todos los hermanos como antes que llenábamos la parroquia. Además la parroquia castrense es la más pequeñita de toda la de Melilla y está limitada como a 35 personas con lo cual la cofradía no puedo hacer ningún acto.

 

“Echaré de menos el desagravio, pues se pide perdón por las injusticias”

–Finalmente no se ha podido llevar a cabo el desagravio.

–Al final lo hemos dejado porque la persona que lo va a realizar no se encuentra en Melilla, supone unos gastos y luego una preparación que merecen que lo pueda realizar con todo el honor que se debe dar y darle un cariz. Por la redes sociales es restar la importancia y los sentimientos que se pueden vivir en directo delante de la imagen de El Humillado en la plaza de las Culturas.

–¿Sabe cuánto tiempo va a estar esta imagen en restauración?

–Nos dijeron que como mínimo serían nueve meses. Por lo tanto, si se enviaba la imagen después de verano no iba a dar tiempo de que estuviera para Semana Santa. Después del triduo de septiembre durante octubre y noviembre vimos como iba evolucionando la pandemia y, que lo que se veía venir, era lo que finalmente ha pasado y es que las procesiones no iban a salir a la calle porque los médicos y las autoridades sanitarias ya decían que iba para largo. Necesitamos vacunar a mucha gente para poder volver a hacer actos de este tipo al que acuden muchas personas. Y por ello suspendimos en salir en procesión y se pensó en la restauración del Cristo ya sin prisas y pensando que para el triduo de septiembre sí que estará terminado si no pasa nada extraño.

–La caridad es uno de los pilares de la cofradía. ¿Qué actividades han podido desarrollar relacionadas con la acción social?

–La acción social la hacemos de forma individual como cofradía y de cara a la vista de todos por la operación kilo que hacemos al iniciarse el Adviento y terminamos antes de que llegue la Navidad. Luego la cofradía sigue colaborando con Cáritas Castrense. La entidad nos habla de las necesidades que tiene. Nosotros tenemos ahí nuestro fondo y si no tenemos, pues hacemos la colecta para cubrir las necesidades. Pero siempre decimos que la mano derecha que no sepa lo que hace la izquierda porque es la obra callada de las cofradías. Nuestra misión es salir procesiones en Semana Santa, pero otra misión importante también para las cofradías evidentemente es la caridad. La caridad que no es siempre la que entendemos de dar cosas materiales, sino que hay veces que se trata de atender a una persona o quedar con ella para escucharla o quedar con un enfermo para visitarle.

–¿Que escena va a echar de menos en esta Semana Santa?

–El desagravio a El Humillado. Ver la plaza llena de gente y al Cristo en ella y que una persona muy especial siempre para la cofradía pida perdón por los pecados que cometemos todos y las injusticias que cometemos los humanos porque somos pecadores. Pero con el espíritu también de no volver a cometerlos. Ese momento junto a la procesión es muy entrañable para mí.

–¿Qué mensaje daría a los cofrades y a los melillenses en esta Semana Santa?

–Pues les diría a los melillenses que perseveren y que tengamos paciencia. Que cumplamos la norma para que el sacrificio que vamos a hacer este año, que ya hicimos el año pasado, nos sirva para que podamos salir de la pandemia. Esperamos que las autoridades velen por el pueblo de Melilla y por su ciudadanos para que podamos salir de la pandemia. Ojalá el año que viene podamos recobrar la normalidad, sino la de siempre, pues será distinta, pero al menos que podamos vivir sin angustias, salir a la calle y relacionarnos con nuestros familiares y nuestros amigos. Que podamos realizar todos los actos que se hacen en Semana Santa por parte de las cofradías, como también el resto de actividades que hace la sociedad. Que la sociedad pueda volver a vivir relacionándose porque es importantísimo.

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