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El investigado intimidó al propiatrio diciendo: “Dame 10€ o te mato. Te voy a cortar la cabeza”
El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de dos años de prisión para un hombre por amenazar con una catana al dueño de un establecimiento de autoservicio. Le intimidó con las siguientes frases: “Dame 10 euros o te mato. Te voy a cortar la cabeza”. Está acusado de un delito de robo con violencia e intimidación.
Los hechos ocurrieron el 4 de agosto de 2010 en la calle Pegaso. Según se expuso en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal número 2, el investigado entró en un supermercado acompañado por varias individuos y amenazó al dueño del mismo con una catana. Además, le intimidó diciendo: “Dame 10 euros o te mato. Te voy a cortar la cabeza”. El propietario de la tienda logró escapar y para protegerse dejó caer una estantería que cayó sobre el acusado. El investigado, después de reincorporarse, destrozó varios productos y expositores del negocio. Posteriormente, salió a la calle y pegó varios golpes sobre el coche del hermano del propietario de la tienda que estaba aparcado a escasos metros del autoservicio.
El inculpado negó los hechos, asegurando que era “inocente”. Afirmó que conocía tanto al dueño del establecimiento como al hermano del mismo porque vivían en la misma calle. “Somos amigos”, dijo.
No declara la víctima
El testigo perjudicado no acudió al juicio porque se encuentra en Holanda. La juez procedió, por tanto, a la lectura de la declaración que el propio afectado hizo en sede policial el día en el que ocurrieron los hechos.
En ese testimonio, afirmaba que fue amenazado por un individuo con catana y que no agredió en ningún momento al investigado. “Las heridas las traía de antes”, leyó la magistrada.
En la vista sí testificó el hermano de la víctima. Declaró que se encontró su coche totalmente “destrozado”. También dijo que “no tenía relación” con el acusado.
Aparte del ingreso en prisión, la Fiscalía reclamó, durante la vista, el pago de una multa de 12 euros diarios durante 20 meses.
El letrado del acusado alude a presunción de inocencia, señalando que “nadie vio a su cliente destrozando el interior del supermercado o pegando golpes al vehículo, que estaba aparcado en la calle”.
Después de las intervenciones de todas las partes,el juicio quedó visto para sentencia.