Alumnos y profesionales, a ritmo de flamenco

La Escuela-Taller de Flamenco celebró ayer su festival de fin de curso entre rumbas, sevillanas y otros palos.

Entre rumbas, colombianas, sevillanas, seguidillas, fandangos y otros palos del flamenco, los alumnos de la Escuela-Taller de Flamenco celebraron ayer su festival de fin de curso. Aprovechando los conocimientos a la guitarra, el cajón y al cante, los 54 alumnos de este centro se dieron cita ayer, a partir de las 20:00 horas en el Palacio de Exposiciones y Congresos (PEC) para deleitar a los asistentes con todo lo que han aprendido durante su participación en este proyecto, financiado por el Instituto de las Culturas. Además de los aprendices de este arte, en el festival participaron verdaderos profesionales que llevan toda la vida cantando, como fue el caso de Pepe Ponce y de Kiko Acedo.
Este último cantaor, que ha estado toda la vida cantando a nivel amateur, fue el encargado de abrir el festival, acompañado a la guitarra por los alumnos Quique y Jesús, y lo hizo con una seguidilla que arrancó los primeros “olé” del público y los vitores dedicados a su buen hacer sobre las tablas.
A continuación fue el turno de Pepe Pozo, presidente de la Peña Solera Flamenca, que acompañado por José Heredia a la guitarra, cantó un fandango de Huelva que terminó adaptando para dedicarselo a su ciudad, Melilla.

Escuela de Danza
Otras de las protagonistas de este festival fueron las alumnas de la Escuela de Danza de Melilla, cuyos pasos de baile flamenco y taconeo acompañaron varios de los temas que se interpretaron durante la tarde. La voz de esta parte del espectáculo corrió a cargo de una de las alumnas.
A continuación fue el turno de otra de las alumnas, Mari, que tiró de cante hondo para ofrecer una copla a los asistentes. La música de esta pieza la pusieron Javi y Jesús. Tras esta interpretación dieron paso a una colombiana interpretada por Rosa, que contó con la compañía de Javier, Jorge y Víctor, y que quiso acordarse de su abuelo al cantar.
Esta fue la tónica general del festival, que entre punteo, acordes y demás ‘guitarreo’, celebró un año más de la escuela flamenca.