El fenómeno de la inmigración irregular azota fuertemente a los países de la Unión Europea, también a Dinamarca, según comenta el fotoperiodista danés Alex Luka. Este fotógrafo profesional de 29 años, que trabaja como autónomo para la productora 3rd Eye Productions, pasó dos semanas en Melilla durante el mes de marzo con la intención de hacer un fotorreportaje sobre la situación de los menores extranjeros no acompañados que viven en las calles de la ciudad.
Su trabajo de seguimiento finalmente se expuso en el recibidor de la Danish School of Media and Journalism para dar a conocer con los estudiantes y profesionales del centro su trabajo documental en la ciudad autónoma. En las paredes del centro expuso más de diez fotografías en blanco y negro sobre algunos menores que deambulan por la escollera y otros espacios públicos en los que se refugian.
Luka se interesó por el fenómeno de la inmigración infantil irregular que pasa entre Marruecos y España a raíz de la polémica surgida en el centro de acogida de La Purísima, tras publicarse a inicios de año imágenes de niños durmiendo en el suelo. El revuelo de la noticia llegó a Dinamarca y se interesó por la situación de estos menores marroquíes al compartir ascendencia, ya que su padre es de origen marroquí mientras que su madre es francesa.
“Quería conocer por mis propios medios la situación de los niños que tratan de llegar a España para mejorar sus vidas y así alcanzar la Unión Europea”, explica. Este fotógrafo dice que algunos menores han llegado hasta Dinamarca, pero “unos cuantos se ven obligados a vivir en la calle y ser responsables de ellos mismos porque tampoco encuentran la ayuda que esperan tener”.
Aunque esta escena parece no ser nueva para el fotoperiodista, afirma: “Cuando vi la situación de los niños de la calle se me partió el alma”. Luka asegura que el caso de Melilla es mucho más visible al tratarse de una ciudad pequeña, con poco espacio y una elevada ratio de menores “desatendidos”.
Su interés por fotografiar el día a día de estos niños parte de la idea de “dar a conocer su situación” con la intención de “visibilizar su problemática y remover conciencias para ayudarles”.
Este fotógrafo reconoce que solicitó los permisos pertinentes para acceder a los centros de acogida tutelados por la Consejería de Bienestar Social, pero en ningún momento le dejaron entrar a pesar de que el responsable del área, Daniel Ventura, le concedió una entrevista en su despacho. En este encuentro, Luka conoció de primera mano la postura de la Ciudad en este asunto y las medidas que aplican para tratar a los menores de la calle y de los centros.
Este danés explica que desde la Consejería le garantizaron que hacen todos los esfuerzos posibles para cubrir las necesidades de estos menores que “sufren el abandono de su país de origen”. Sin embargo, el periodista dice no entender cómo es posible que haya menores en la calle si realmente tienen sus necesidades cubiertas en los centros de acogida.
Luka también contactó con el presidente de la ONG Prodein, José Palazón, quien le puso al día de las actividades que desempeña la asociación con estos menores. “Los voluntarios hacen un gran esfuerzo por ayudar”, comenta este fotógrafo.
Tras pasar dos semanas fotografiando el día a día de estos niños de la calle, Luka concluye que “tienen una vida muy dura y eso salta a la vista”. Este fotoperiodista conoció a algunos niños que le explicaron cómo otros más mayores “les roban la poca ropa que tienen, abusan de cualquier manera de ellos y los más pequeños no pueden defenderse”. En su exposición, recoge algunos momentos con estos menores en la escollera o en el puerto. “Cuando los conocí me dieron ganas de abrazarlos”, dice.
El fotoperiodista danés Alex Luka considera que “hay que impulsar valores de respeto y solidaridad para ayudar a los menores que están solos en las calles de la ciudad”. En este sentido, reconoce que ellos proceden de una sociedad muy distinta a la española o a cualquiera europea. De ahí que haya un “choque” cultural, pero que se necesite “un cambio de mente” por ambas partes. En este sentido, el fotógrafo afirma que esto requiere de mucho “esfuerzo y tiempo” para avanzar poco a poco hacia una mejor situación para todos. Por otro lado, se muestra muy crítico con las voces racistas y xenófobas que ha descubierto en Melilla a través de un grupo de Facebook.
"Investigando sobre la ciudad descubrí un grupo de Facebook en el que no sólo critican a los menores desamparados, sino que les desean lo peor”, comenta. Luka dice que algunos menores le explicaron que en más de una ocasión fueron “atacados con palos”. El danés se muestra sorprendido ante esta situación y asegura que “da para pensar” acerca de los efectos que genera la inmigración masiva en la sociedad de acogida y cómo se adaptan a los migrantes. Por ello, el fotógrafo recalca la importancia de la educación en todos los aspectos para comprender las causas y consecuencias de estos flujos migratorios. “Hay que tener en cuenta que estos menores han perdido su infancia por el camino”, sentencia.
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