Alejandro Martínez Dhier: “Lo ideal sería crecer y tener Derecho, pero lo prudente es consolidar lo que hay”

El nuevo decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas del Campus de Melilla de la UGR, Alejandro Martínez Dhier, fue designado por la rectora y el Consejo de Gobierno de esta universidad para el puesto tras no haber nadie que presentara en la ciudad para ocupar esta responsabilidad. Su objetivo es que algún compañero de Ciencias Sociales y Jurídica se anime ahora a finales de curso y para el próximo, presente su candidatura para el decanato porque él tiene su plaza en Granada. Cree que en estos meses puede aportar una visión diferente, pues también ha ocupado el puesto de vicedecano de Ordenación Académica en la Facultad de Derecho de Granada. Y entre sus objetivos está recuperar un máster que hubo en 2013 sobre relaciones entre la Unión Europea y Marruecos que tuvo mucho éxito, aunque reconoce que para ello, se precisaría de la ayuda de la Ciudad, como en otras cuestiones. Al respecto del Gobierno local, señaló que se están preparando unas ayudas para que los docentes puedan investigar y publicar sus artículos y también participar en congresos fuera de nuestra ciudad.

Además, destacó la importancia de que se vacune cuanto antes al profesorado universitario. Aseveró que aquí en Melilla las clases o son presenciales o semipresenciales y, por lo tanto, es más relevante vacunar a este personal, así como al resto profesionales del campus y de toda la UGR. Pero insistió en que en Melilla, y también en el Campus de Ceuta, nunca se abandonó la presencialidad y son dos ciudades con un alto índice de contagios.

–¿Cómo surge su llegada a la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídica de Melilla?

–Nadie se presentó a decano o decana de la facultad y estaba la plaza vacante. El propio reglamento de régimen interno de la entidad establece que en este tipo de caso la rectora y el Consejo de Gobierno de la UGR pueden nombrar a una persona para encargarse de este puesto de una forma temporal y así se hizo. Fue a finales de enero cuando el Consejo de Gobierno aprobó la designación como decano y el 12 de febrero tomé posesión del cargo. Desde el mismo momento que me nombró el Consejo de Gobierno me presenté a través de un correo electrónico a toda la facultad y ya estoy aquí trabajando al 100%.

Fue un encargo de la rectora. Analicé los pros y los contra de coger el cargo y al final me embarqué en esta nueva aventura. Es un reto. Estoy encantado.

–Y ¿durante cuánto tiempo estará al frente de la facultad?

–El acuerdo del Consejo de Gobierno es que mi designación es para lo que queda de curso. Se puede prorrogar hasta que la situación cambie. Si me permites la expresión, es una anormalidad que la Junta de Centro no designe a una persona como decano y será hasta que se haga un proceso electoral y alguna persona se presente.

–¿Se plantea usted presentar una candidatura?

–Bueno, yo soy profesor del Campus de Granada. Ahora tomo la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Melilla como propia y me considero uno más. Y espero que todos lo hagan también y no me vean como alguien extraño. Es cierto que somos todos miembros de la UGR, pero mi docencia la tengo en Granada y no vengo a Melilla a sustituir a nadie. Yo soy profesor de Historia del Derecho y también doy otra asignatura de mi departamento, aunque de otra área de conocimiento, Derecho Internacional Privado, y aquí hay un magnífico profesor de esta asignatura. No vengo a quitarle el puesto a nadie. Simplemente vengo a aportar ideas. Quizás mi visión sea diferente al estar nueve años de vicedecano de Ordenación Académica, que también es un puesto complicado y en una facultad complicada, asimismo, como es la de Derecho de Granada.

Mi intención es trabajar por ahora en este curso hasta su finalización y preparar el siguiente.

Yo tengo mi encargo docente en Granada y el próximo curso, inicialmente, debo estar allí para impartir mis clases. Ya veremos si se tiene que prorrogar la situación aquí en la facultad, pues habrá que hacer ajuste en la formación que doy en Granada. Pero mi intención es que alguien se anime a presentarse a decano para el curso 2021-2022. Que al menos en esos primeros meses se abra un proceso electoral y se designe a alguien para este puesto.

–¿Qué retos se ha marcado teniendo en cuenta el poco tiempo que hay para su desarrollo?

–Son pocos meses, pero son muy intensos. Aquí hay un cambio de mentalidad no solo entre la facultad de la que vengo y ésta, sino entre los campus también hay diferencias. Pero los objetivos son preparar ordenación docente del siguiente curso, en la que ya estamos trabajando; y estamos preparando una serie de ayudas con la subvención que aporta la Ciudad. En concreto, son una serie de ayudas para los profesores con el objetivo que puedan asistir a congresos con esta ayuda económica. También, de cara a la publicación en revistas, se están preparando ayudas para estos docentes.

Asimismo, se han presentado ya las partidas presupuestarias para las subvenciones que corresponden en este 2021 desde la Ciudad.

Además, estamos preparando unas jornadas de salidas profesionales, que se puedan realizar en mayo, para que los alumnos de las tres titulaciones puedan contar con esta ayuda a dar el paso que supone qué hacer tras terminar sus estudios en la universidad.

Otro tema en el que estamos trabajando es en el programa anual de las Jornadas Jurídicas José Antonio Sáinz Cantero, que se harán en septiembre.

La semana pasada hubo, además, una junta de centro en la que presentamos al Vicerrectorado de Docencia una memoria para pedir una serie de cosas dentro del programa de buenas prácticas docentes y espero que cuando se resuelva nos den lo que hemos pedido.

También estamos preparando una mesa redonda sobre un tema de actualidad como es la violencia de género. Y como ve, aunque sean pocos meses, hay mucho trabajo que hacer.

Otro asunto es que el día 23 viene la rectora para firmar el acuerdo para el uso del edificio de Correos. Dentro de un tiempo aliviará parte de la escasez de espacios y de infraestructuras no solo de la facultad, sino del campus. Y más tarde, se podrá la primera piedra del futuro pabellón deportivo. Además, tenemos una plantación de árboles de las tres facultades.

–Le ha tocado gestionar un año que es completamente diferente a cualquier otro por la pandemia. ¿Cómo está siendo esta dirección?

–Ya el año pasado me tocó en Granada combatir con la pandemia y con todo el cambio, de un día para otro, de la docencia presencial a la online. Y este año pues venir de Granada con un índice de contagios en el que ha habido picos, a una como Melilla, donde se mantiene altos los índices de contagios, al final es difícil desde el punto de vista personal. Pero, como sabe, cada dos semanas hay una orden de Salud Pública y se cambian los horarios de muchas actividades. Esto ocurrió hace ya algunas semanas por lo que había que cerrar el campus a las 19:00 horas y hubo que cambiar los turnos de tarde. Y ahora se ha ampliado ese horario hasta las 21:00 horas y, por lo tanto, se ha vuelto a adecuar los horarios de los tres grupos de horario de tarde.

Y sí es complicado, pues cambia todo en poco tiempo, pero que hay adaptarse lo mejor posible.

–Una de las dificultades que ha tenido la facultad es contar con profesores en Melilla.

–Hemos tenido este problema sí. El vicerrectorado ha sacado tres plazas y había tres asignaturas donde los alumnos no contaban con docente. Pero ya sí está incorporado. Se ha resuelto la plaza de Derecho Mercantil y desde la semana pasada el docente está impartiendo sus clases. Es un profesor joven, fue alumno mío y es doctor en la Universidad de Bolonia, por lo que va a enriquecer la facultad. También se ha resuelto la plaza de Economía Política. Y está a punto de resolverse la última de Organización de Empresas.

Pero hay que tener en cuenta que para algunas plazas a veces hay muchos candidatos y en algunas de estas tres ha habido más de 20 personas inscritas. Por lo tanto, las comisiones para designar a un docente han tenido mucho trabajo porque no es fácil elegir a una persona de entre todas. Y en Derecho Procesal también necesitábamos un sustituto y se ha tirado de la lista en unos días para contar con él.

–Uno de los retos que siempre se había marcado la facultad es formar a alumnos para que desarrollen su carrera aquí en Melilla como investigadores y que les lleve también a ser docentes en el campus de la ciudad.

–Claro. Cuando un alumno termine la carrera, si quiere ser docente, debe hacer un máster. Es cierto que aquí hay pocos, pero puede ir a otra facultad o universidad y luego hacer su doctorado. Una vez que tengan esta formación y cuenten con este tercer título, podrá optar a plazas de profesor ayudante o profesor doctor, para lo que se podrá acreditar, incluso profesor sustituto interino. Pero está claro que esto hay que fomentarlo entre los propios estudiantes de Melilla para acceder a la carrera docente.

–Plantar un aumento de titulaciones ahora no es posible de cara al año que viene, pero ¿sigue dependiendo de contar con más espacios?

–Lo ideal sería crecer y que hubiera ya el grado de Derecho en Melilla y, efectivamente se pueden implantar otras titulaciones, porque está la facultad perfectamente capacitada. Pero lo prudente es consolidar lo que tenemos y vamos a mejorar lo que tenemos. Y lo que hace falta es contar con más infraestructuras. Es verdad que se va a ampliar el edificio principal del Campus y se contará con el edificio de Correos pero no aún.

Además, otra parte fundamental es el profesorado. Y no podemos hacer una titulación solo con profesores asociados o no sería lo más recomendable.

“Es una facultad en la que el profesorado está muy cerca de los alumnos”

–¿No se ha planteado hacer una formación nueva, como máster, que sean online?

–Ahora mismo no. Pero mi idea es poner en marcha un máster como ya se puso en marcha en 2013 sobre la Unión Europea y Marruecos. Fue un máster que tuvo mucho éxito y quiero ver si podemos afrontar este reto. Aunque es verdad que ahí la ayuda de la Ciudad es fundamental. De hecho, hay que agradecer al Gobierno local que siempre está dispuesto a ayudar y ahí no tenemos ninguna queja ni nada que decir.

Ahora con el equipo de gobierno actual recibí la información de poder colaborar con dos másteres y se pasó esta información al vicedecano para que la estudiara. Estamos en ello. Por ahora nos quedamos como estamos, pero nos gustaría ofertar más postgrados.

–¿Está entre sus planes atraer a más alumnos de Granada?

–El éxito del doble grado de Empresariales y Administración y Dirección de Empresas está ahí. Pero habría que atraer más para el grado de Relaciones Laborales y Recursos Humanos.

Una forma de fomentar que haya más alumnos es a través de jornadas informativas. La facultad ha colaborado con las Jornadas de Puertas Abiertas, que se ha hecho de forma online, para que la facultad se promocione. Se envió un vídeo informativo sobre las titulaciones y sobre las salidas profesionales de las mismas. El resultado fue notable porque tuvimos muchas visualizaciones. Por desgracia son jornadas online y no se ha podido atender a los colegios e institutos de forma presencial, pero se ha podido mostrar el campus.

–¿Cree que una de las ventajas del Campus de Melilla es que es pequeño en comparación con otros y permite tener una relación más estrecha con el alumnado?

–Pues sí. Además, los despachos están muy cerca de las aulas. Los profesores están a disposición de los alumnos. Es verdad que un campus pequeño tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es una facultad en la que el profesorado está muy cerca de los alumnos.