El aumento de 90 a 430 euros en el valor de las compras que los melillenses pueden traer desde la península sin pagar IVA o IPSI “es algo que nunca se debería haber cambiado”, según afirmó a El Faro el presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla, Enrique Alcoba, quien celebró que la Ciudad Autónoma haya dado marcha atrás en la decisión que tomó a primeros de año, restituyendo el límite original de 90 euros en mercancías sin sufragar impuesto alguno.
El máximo representante de los comerciantes locales consideró que la medida aprobada por la Consejería de Economía a principios del presente ejercicio fue “un error sin sentido” que dejaba a los profesionales del sector “completamente desamparados”. Por ello, consideró que la corrección por parte de la administración local, a petición de los propios empresarios, supone “algo acertado y razonable”.
¿Por qué traía de cabeza a los comerciantes el incremento del límite a los 430 euros? Principalmente por el agravio comparativo que se producía entre los ciudadanos de a pie y los empresarios. En el Pleno del próximo 28 de agosto, el tope se volverá a establecer en 90 euros. Desde comienzos de año, cualquier viajero podía comprar bienes en la península por una valor máximo que no superara los 430 euros. Declarando los objetos que adquiridos en la Aduana del puerto local, al pasajero se le devolvía el importe del IVA, el impuesto peninsular, y quedaba exento de sufragar el IPSI, la principal figura impositiva de la ciudad autónoma. En caso de que el consumidor hubiera superado en sus compras los 430 euros, se le desgravaba el IVA pero tenía que pagar el IPSI, que en cualquier caso es menor. En ambas situaciones, el comprador salía ganando.
En la otra cara de la moneda se encontraban los comerciantes, que al adquirir mercancía proveniente de la península tenían que pagar el IVA al proveedor y además abonar el IPSI. Para Alcoba, la situación era “insostenible” y la carga para los profesionales del sector “completamente desmesurada”.
El agravio comparativo no era el único problema que sufrían los comerciantes. El establecer el límite económico exento de impuestos en los 430 euros animaba a los melillenses a realizar sus compras en la península, dando la espalda a los negocios locales. “La medida invitaba al consumo fuera de la ciudad. Tal y como está la cosa, es algo que no nos podemos permitir”, aseveró el presidente de Acome.
Vivir de los funcionarios
En la misma línea, Alcoba resaltó que decisiones como la tomada a principios de año con los impuestos y la importación no ayudan en nada a las pymes de la ciudad autónoma. “La salud de los negocios no puede depender en exclusiva de los empleados públicos”, señaló en referencia a que los funcionarios tienen un buen nivel adquisitivo.
Así pues, reclamó nuevas iniciativas que sirvan de acicate al sector. “Las pymes deben convertirse en el tejido económico de Melilla. Es la única forma de promover nuevas contrataciones y crear puestos de trabajo”, concluyó el presidente Acome.
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