La creación de la Cámara de Comercio es apoyada desde la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME) y el resto de asociaciones de la ciudad autónoma. Sin embargo, de acuerdo con el presidente de la CEME, Enrique Alcoba, una cosa es apoyar la idea y reconocer que sería bueno que existiera una cámara de comercio y otra buscar una viabilidad para el proyecto hoy en día.
Por un lado, Alcoba apunta que la Cámara de Comercio nunca tendría que haber desaparecido, con un edificio “emblemático, de los más bonitos de España” -la actual sede de la Consejería de Cultura, Patrimonio Cultural y del Mayor- y siendo una de las cámaras de comercio más antiguas de España. Por el otro, ve complicado que los empresarios accedan a pagar las cuotas correspondientes, vista la situación del sector, nada boyante.
Una cámara de comercio requeriría de varios trabajadores y exigiría una serie de gastos. Tal como reconoce, “la realidad es que, si tú tienes una asociación, para mantenerla tienes que pagar una cuota”.
La situación es, según Alcoba, la siguiente: “Apoyarla la apoyamos todos de boca, pero, cuando les digan a los empresarios que tienen que pagar 100, 200 ó 300 euros al mes, tengo mis dudas de que quieran pagar la cuota”.
Sin embargo, Alcoba ha recordado que se trata de una Cámara de Comercio, Industria y Navegación y que en Melilla no hay muchas empresas de lo segundo ni de lo tercero. El resto de sectores -como formación, construcción y hostelería- no entrarían en ella, por lo que se no acogería a muchos empresarios de Melilla.
Así pues, teniendo en cuenta que sería sólo Cámara de Comercio y que “el comercio está como está”, el presidente de la CEME tiene sus “dudas” de que se pueda exigir a los empresarios el pago de esas cuotas.
En cualquier caso, y aunque tanto él como la CEME están a favor de recuperar la Cámara de Comercio, Alcoba ha querido dejar claro que él sólo es “un empresario más” y que tampoco sería conveniente que el presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla fuera, a su vez, el presidente de la Cámara de Comercio, como pasó con la última de ellas, Margarita López Almendáriz. “Yo creo que una cámara y una confederación de empresarios tienen intereses diferentes y tienen que ser dos presidentes diferentes”, ha insistido. Cabe recordar que la CEME depende de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y las cámaras de comercio lo hacen del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.
Eso sí: adelanta que, aunque él no va a encabezar la lucha por la creación de una cámara de comercio, desde la CEME apoyarán a cualquier persona que muestre interés en ello.
El presidente de la CEME ha apuntado que “nunca debió desaparecer la Cámara de Comercio de Melilla”, algo que, en sus propias palabras, cuando sucedió en 2016, fue una conjunción entre “una mala gestión y una quiebra económica” -por un gasto excesivo en unas obras- y la falta de apoyo de la Ciudad Autónoma, que es la que finalmente adquirió el inmueble. “Lo razonable es una cámara de comercio, pero más razonable sería que no hubiera desaparecido”, ha manifestado.
Ahora, llegados a este punto, los empresarios han recibido instrucciones claras tanto por parte de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, como de la secretaria de Estado de Comercio, Amparo López: quienes la tienen que crear son los empresarios, no la Ciudad Autónoma ni la Delegación del Gobierno, aunque estas puedan apoyar. Y ahora mismo, hoy en día -ha reiterado Alcoba-, no hay ambiente empresarial para ello, porque supondría pagar una cuota, buscar un local y demás. Aunque la apoyan todas las asociaciones de empresarios, hacen falta muchos requisitos que ni son fáciles de conseguir ahora ni se pueden alcanzar de un día para otro. Y, como añade Alcoba, “cuando te dicen que te tienes que rascar el bolsillo, hasta aquí hemos llegado”.
También hay que tener en cuenta que, a partir de 2026, todos esos fondos europeos de los que se han beneficiado todas las cámaras de comercio y los empresarios después del covid tienden a desaparecer, porque la Unión Europea, con la guerra de Ucrania y la amenaza de Rusia a sus puertas, tiene otras prioridades como son el refuerzo de la seguridad y el incremento del gasto en armamento. Todos los millones que han llegado durante todos estos años dejarán de hacerlo.
La Cámara de Comercio de Melilla era una de las más antiguas de España. Centenaria, se alojaba en un edificio emblemático de Melilla. Todos los empresarios adscritos a ellas debían pagar unas cuotas obligatorias -la llamada cuota camaral- en función de la renta. Cuando desapareció la obligatoriedad, dejó de haber financiación para la Cámara de Comercio, que entró en quiebra económica.
Esto sucedió en 2016, cuando todavía no se habían cerrado la frontera ni la aduana y había mucho tráfico de contenedores a Marruecos. Ahora, con la situación que hay en la frontera y en la economía en general, con los comercios cerrados, parece complicado -o eso piensa Alcoba- obligar a los empresarios a que paguen una cuota camaral para mantenerla.
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