Alcoba apunta que muchos melillenses no tienen cualificación o motivación para coger empleos de transfronterizos

El presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Enrique Alcoba, asegura que hay profesiones en la ciudad para las que no hay demanda entre los parados melillenses. Éste es el motivo que ha llevado a Melilla durante años a demandar trabajadores transfronterizos. Afirma que si hubiera melillenses cualificados en la ciudad o que quisieran trabajar en estos empleos, los empresarios los contratarían porque les interesa más que un transfronterizo, por ejemplo, porque es más fácil preparar toda la documentación.

Destacó que tanto en Melilla como en el resto de España hay un problema y es que hay trabajos que los españoles no quieren hacer, como los relacionados con la agricultura aunque haya mucha demanda. Indicó que no son muchos lo que quieren trabajar bajo los plásticos de los invernaderos de Murcia o en la fresa en Huelva. Por ello, indicó que los empresarios tienen que tirar de transfronterizos o de personas extranjeras.

Y añadió que en nuestra ciudad ha pasado esto durante años. Apuntó que hay muy pocas personas que quieran dedicarse a ser empleadas de hogar. Y lo mismo ocurre con panaderías o confiterías, donde no desean trabajar los jóvenes de la ciudad. De ahí que insistió en que los trabajadores transfronterizos han venido a Melilla durante años.

Alcoba remarcó que no tiene dudas de que las empresas de la ciudad, como las de construcción y hostelería, contratarían antes a una persona española o con residencia en la ciudad que a un trabajador transfronterizo porque esto último implica renovar documentación cada seis meses y esperar también un tiempo hasta que se le conceden los permisos para iniciarse en el empleo.

El presidente de la CEME reiteró que es menos ‘problemático’ contratar a un español que a un transfronterizo a la hora de preparar la documentación. En este sentido, recordó que con un nacional a los seis meses hay que hacerle fijo y, en cambio, con un transfronterizo hay que renovar los permisos cada seis meses de forma continua en el tiempo aunque no cambie su puesto de trabajo ni sus labores en la empresa.

Una solución

Para Alcoba una solución a esta situación es formar a la gente de la ciudad en muchos sectores y profesiones para las que no hay personas cualificadas. “El tema de formación es fundamental”.

Explicó que en la última reunión con la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, se solicitó que no se pierdan los fondos que hay para formación. El presidente de la CEME recordó que el pasado año se perdieron 1,3 millones y este año son 2,7 millones los que han salido a la convocatoria a la que no se ha presentado ninguna entidad de formación de la ciudad. Dijo que los centros renunciaron a esas subvenciones porque los requisitos que se exigían desde la Administración central no les eran rentables. “Queremos que se amplíe el plazo de esas ayudas a la formación y que no se devuelva el dinero que es fundamental para las empresas de formación y también para los trabajadores con el objetivo de que se puedan formar”, añadió.

Asilo

Pero a esta situación se ha sumado otro factor negativo para las empresas de la ciudad. Alcoba apuntó que, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que reconoce que los demandantes de asilo tienen el derecho a moverse por todo el país mientras se analiza su caso, ha dado lugar a que un grupo de trabajadores transfronterizos hayan demandado protección internacional y se hayan marchado de Melilla.

El presidente de la CEME cree que las personas que han preparado esta documentación para estos empleados han encontrado “un filón” en esta sentencia y estas personas están demandando asilo cuando realmente no les corresponde porque no son perseguidos por Marruecos ni han tenido problemas en su país, sino que simplemente se quedaron en la ciudad para poder seguir trabajando en sus oficios. Reconoció que no debieron quedarse, pero la frontera cerró de un día para otro con la pandemia y permanecieron en la ciudad para no perder sus empleos.

Uno de ellos es el sector de las panaderías y confiterías. El Faro publicaba esta semana cómo una veintena de panaderos de Melilla habían solicitado asilo y, al marcharse, habían dejado al sector sin empleados cualificados para desarrollar esta labor.

Alcoba indicó que con la solicitud de asilo ya se pueden mover a la península y estas personas se han marchado.

Cuando la Administración les quiera notificar que se les ha denegado la protección internacional, ya no van a estar localizables en ningún lado. Y es que a más de un 90% de ellos se le va a denegar por no cumplir con los requisitos de demandantes de asilo. Estos son datos de la Delegación del Gobierno, apuntó el presidente de la CEME, ya que se ha mantenido una reunión con esta institución para abordar este problema.

“Nos reunimos la semana pasada con el sector de panaderías y están teniendo problemas”, apuntó Alcoba que destacó cómo se han marchado profesionales de la panadería con este sistema y no hay ahora en Melilla personas cualificadas o que quieran trabajar en este sector.

Además, subrayó que cuesta mucho que vengan trabajadores de la península a la ciudad a trabajar; de Marruecos no pueden venir transfronterizos; y en Melilla no hay personal cualificado. Ésta es la situación actual.

El presidente de la CEME insistió en que si hubiera melillenses cualificados en la ciudad o que quisieran trabajar en estos empleos, los empresarios los contratarían porque les interesa más. Pero la realidad es que no hay en nuestra ciudad inscritos en el paro con cualificación, como por ejemplo, de maestro de obra.

Los parados

Al margen de esta cuestión, Alcoba también analizó que la bajada del paro ha sido importante en estos meses, pero hay muchos parados a los que se les está llamando desde la empresas y no quieren trabajar. Afirmó que hay personas que expresan que prefieren un plan de empleo, en el que se trabaja seis meses y luego otros tantos se está en desempleo cobrando una prestación. “Muchos empresarios nos dicen que llaman a personas de las listas del paro para trabajar y no quieren”, añadió.

El presidente de la CEME indicó que los transfronterizos han aportado una mano de obra que no había en Melilla. Y es que hay diferentes comportamientos entre los jóvenes que llevan a esa falta de trabajadores en determinados sectores.

Afirmó que muchos de los jóvenes melillenses que están estudiando, se marchan fuera para seguir con su formación y para encontrar trabajo, por lo que no regresan. Otros jóvenes se quedan en Melilla pero quieren ser funcionarios y ninguno de ellos quiere trabajar en construcción, panaderías u hostelería. Y de ahí es que se haya tirado de transfronterizos para cubrir esos puestos de trabajo.

“No es dos más dos. La situación tiene muchas puntualizaciones y es muy difícil generalizar con el mercado laboral de Melilla. Pero la mayoría de los jóvenes españoles que desean estudiar, están fuera y se quedan fuera. Y luego otro porcentaje está preparando oposiciones hasta que salen para ser funcionarios. De ahí que hay pocas personas finalmente para esos empleos para los que, o no están cualificados o no los desean”, afirmó.

Pero Alcoba no cree que los transfronterizos hayan quitado oportunidades a los españoles en Melilla a la hora de encontrar un trabajo, como así se sugería desde la formación Vox Melilla. Este partido enviaba el viernes una nota de prensa expresando que

Por último, el presidente de la CEME reiteró que las empresas de Melillas prefieren contratar a una persona de la ciudad antes que a un trabajador transfronterizo, pero para ello necesita que estén en el mismo nivel de cualificación. En el sector de la construcción se ve bien este asunto porque se precisan maestros de obra y no hay en la ciudad. Subrayó que las empresas tienen que formar a los trabajadores o traerlos de la península, porque no hay profesionales especialistas o muy cualificados. De ahí que es fundamental la formación, concluyó.