La familia de Yonaida Abdesselam pasó de estar de ‘okupa’ en una casa de Emvismesa en Las Palmeras a vivir durante cuatro meses en una plaza de garaje de un vecino. Tras ese tiempo, Bienestar Social envió a esta mujer embarazada, a sus tres hijos y a su marido a un hotel de la ciudad. Allí han vivido durante dos años y cuatro meses. En este lugar nació su hijo pequeño y ahora tienen que irse. Afirmó ayer a El Faro que la Consejería les ha avisado de que deben marcharse al albergue. Pero no quieren. “No es un sitio para criar a mis cuatro hijos, necesito una casa”, aseguró.
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, destacó a este periódico que se dio aviso a esta y otra familia hace tiempo, así como las explicaciones de por qué se tenían que ir al albergue. Señaló que ahora hay espacio en esta institución y deben ir allí.
A primera hora deberían recoger sus enseres y dirigirse al albergue. Sin embargo, la familia de Yonaida se niega en rotundo. Aseguró que la va a tener que echar la Policía porque no va a marcharse a esa institución.
Resaltó que su hermano vive allí y le cuenta historias sobre las dificultades que hay en la convivencia con otras personas acogidas. Por ello, no cree que sea un buen lugar para sus pequeños. Tiene un niño de 2 años y cuatro meses, otros de 7, 11 y 12. El menor nació cuando ya vivían en el hotel. Nunca ha estado en un hogar de verdad.
Esta mujer aseveró que muchas familias fueron alojadas en este hotel tras el terremoto del pasado año. Con el paso de los meses, han conseguido una vivienda donde residir. No comprende por qué personas que llevaban menos tiempo que ellos en estas circunstancias han conseguido, mediante la ayuda de Bienestar Social, una vivienda antes que ellos.
Yonaida subrayó que su marido conoce el caso de varias familias a las que se les ha dado una casa y no entiende por qué la suya no está entre ellas.
Su situación económica les impide afrontar un alquiler. Su marido es vendedor ambulante en el Rastro. Está dado de alta como autónomo y paga todos sus impuestos. Sin embargo, las ventas no siempre van bien y hay meses que gana lo justo para abonar los impuestos y la mercancía.
Yonaida no encuentra trabajo y el dinero que gana su marido se invierte en la atención los pequeños, es decir, en la compra de pañales, ropa y alimentos. Bienestar Social les tiene asignada la ayuda del comedor social.
Aunque subrayó que se tiene que “buscar la vida” para conseguir la cena y los alimentos del fin de semana porque en esta entidad sólo les dan para comer al mediodía de lunes a viernes.
Esta mujer reconoció que no es vida estar en un hotel. Comen sentados en la cama y están entre dos habitaciones sin tener espacio suficiente para sus hijos. Sin embargo, aseveró que van a pasar de “Guatemala a Guatepeor” si les llevan al albergue.
Vanesa y sus cuatro hijos
También hay otra familia en la misma situación que la de Yonaida. Se trata de Vanesa y sus cuatro hijos. La desahuciaron de un hogar que tenía alquilado Cáritas. Explicó que dicha ONG no tenía dinero para abonar el pago al dueño del inmueble, éste la denunció y tuvo que marcharse.
Esta mujer lleva en el mismo hotel que Yonaida desde hace dos años y está a la espera de que le den un hogar donde estar con sus pequeños. El mayor tiene nueve años y padece ataques epilépticos. Cuando se enteró de que iban a ir al albergue se puso malo, señaló Vanesa. Este pequeño tiene un amigo que vive en estas instalaciones públicas y siempre le cuenta que hay peleas entre los huéspedes.
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