Los miembros de las Fuerzas Armadas, en concreto del Ejército de Tierra, han supuesto una pieza esencial en las labores de vigilancia del perímetro fronterizo, desinfección y de triaje.
Desde que comenzó la pandemia se escuchó que se iba a iniciar una operación del Ejército de Tierra, cuenta el teniente Jesús del Barrio Lozano, del Grupo de Regulares de Melilla nº 52. Los militares estaban a la espera, con muchas ganas de ponerse al servicio de su país para ayudar a su país, que les necesitaba. “Entonces, en cuanto surgió la oportunidad, todo el personal de la unidad dio el paso adelante”, cuenta . Su unidad se volcó desde el principio, sin ningún esfuerzo ponerse al servicio para ayudar en la Operación Balmis.
Durante el estado de alarma las Fuerzas Armadas han desarrollado diversas funciones, el caso de la unidad de este teniente ha sido el apoyo y auxilio a la Guardia Civil en cuanto a la vigilancia y control del perímetro fronterizo. Esta crisis sanitaria ha supuesto para muchos una situación novedosa, sin embargo, según el teniente en su día a día los militares deben prepararse para todo tipo de misiones. “Una misión como esta nosotros la englobaríamos en el rango de misión biológica, química y bacteriológica, como puede ser la lucha contra un virus de este perfil”, señala. Por lo que, reconoce que ya tenían conocimientos básicos y suficientes para la utilización de los equipos de protección individual (EPI’s), uso de mascarillas, guantes, etc. La unidad estaba ya preparada y concienciada de lo que tenía que hacer y cómo hacerlo.
“Como tal no supone un reto, es algo en lo que nos estamos instruyendo todos los años, repasando los conocimientos que tenemos, volviendo a tocar el equipo, el armamento y demás”, dijo. Para el teniente la coordinación con la Guardia Civil en las labores de vigilancia del perímetro fronterizo han sido muy positiva. “Estábamos en estrecha relación, si nosotros teníamos algún incidente o ellos necesitaban nuestro refuerzo, teníamos medios de enlace permanente las 24 horas. La coordinación ha sido excelente”, indica.
Pese al temor que pueda producir la pandemia del COVID-19, los miembros de las Fuerzas Armadas saben que están ahí para poder proteger a sus conciudadanos, que es uno de los principales cometidos del Ejército. Es por ello que el estado de alarma ha hecho que muchos se sientan muy productivos. Así lo cuenta la soldado María del Pilar Segura Ramiro, perteneciente a la Unidad Logística nº 24: “Nos sentíamos muy productivos porque nuestro objetivo es siempre el apoyo a la población, en este caso contra la pandemia. Entonces, teníamos miedo, pero dentro de ese miedo estábamos muy bien preparados siempre”.
La soldado h formado parte como aplicadora del equipo DDD (Desinfección, Desratización y Desinsectación) en la Operación Balmis y han realizado las labores de desinfección en diferentes puntos de la ciudad. Tanto ella como sus compañeros cuentan con la formación y los quipos pertinente para poder desarrollar esta funciones, por lo que a pesar del miedo que puede provocar pasar por lugares que han sido muy transitados por personas y que podría haber riesgos de contagio, la preparación aporta una gran seguridad para estos profesionales. Además, sostiene que hay pocos aplicadores en todo el país y que pocas personas pueden contar con esa formación. “Los mandos también se han involucrado con nosotros desde el momento cero”, añade.
Al igual que la población civil, en el mundo militar han ido volviendo también a la instrucción habitual dentro de las restricciones y precauciones propias de la desescalada. Pero la soldado asevera que merecería la pena poder continuar con esta labor ya que cuentan con la formación, la instrumentaría y el producto esencial para seguir llevándola a cabo.
Entre todas esas labores de vigilancia del perímetro fronterizo en apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y labores de desinfección, dentro de la Operación Balmis, el personal del Ejército de Tierra también ha realizado labores de traje (clasificación d posibles enfermos) entre el personal que venía en barco procedente de la península. Es el caso del cabo Nordin Abderrahaman Butieb, del Regimiento de Caballería Alcántara nº 10. “Hacíamos un cuestionario epidemiológico, les tomábamos la temperatura, y si todo iba bien, continuaban con su trayecto. Si alguno tenía temperatura excesiva, se seguían las instrucciones que ha dicho el Ministerio de Sanidad: llamar al 112, informar de la situación, y ya ellos les atenderían”, explica.
A nivel global de la unidad, expone que también se ha aportado seguridad en la zona fronteriza. La situación pilló a muchos de sorpresa, como en el resto de España, comenta el cabo. Aunque ante la situación el Ejército ha tenido que adaptarse y participar de forma correcta. También a la espera de que todo pase. “Como militares estamos preparados para lo que se nos mande Pero nosotros estaremos dispuestos a ayudar en todo lo que haga falta y en lo que se nos encomiende”, asevera.
En cuanto a al desescalada, comenta que que en el ámbito militar se realiza de la misma forma que en el ámbito civil: con las mismas medidas y siguiendo las mismas instrucciones de las autoridades sanitarias. “Como militar, estoy muy orgulloso de estar ayudando a la población civil. Siempre estamos dispuestos a ello”, apunta.
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