Categorías: Tribunales y Justicia

Afirma que no robó con una daga a su ‘camello’, pero ésta niega que venda droga

La víctima afirma que el acusado y un menor le robaron cuando sacaba la basura.

Parecía que iba a ser un nuevo caso en el que un menor iba a ‘apechugar’ con las consecuencias judiciales del robo de un teléfono móvil acompañado de un mayor de edad. Pero la versión de la víctima en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal 2 fue “clara y contundente” a ojos de la Fiscalía. El acusado, un joven con antecedentes, negó haber robado con una daga la cadena de oro que portaba la víctima mientras el menor le arrebataba el teléfono móvil. El procesado aseguró que únicamente acudió al barrio a “comprar droga”. El abogado defensor sostuvo que su cliente no cometió tales hechos, máxime porque el menor de edad ya había ‘apechugado’ en el Juzgado de Menores.
El acusado aseguró que, junto con el menor, quien no fue llamado al juicio en calidad de testigo como en otras vistas similares, acudieron al barrio de Ataque Seco a “comprar droga”. Explicó que entraron en el domicilio de la supuesta víctima y fue el menor el que cogió el teléfono móvil que estaba encima de la mesa antes de que ambos abandonaran la casa.

Expulsión de la sala
La versión de la víctima era notablemente diferente. Declaró ante la juez que únicamente conocía al acusado por que éste y el menor le habían comprado tabaco momentos antes. Después, salió de la casa a tirar la basura a unos contenedores ubicados en las inmediaciones del cementerio municipal con su hijo menor, cuando fue abordada por los dos ‘clientes’. El menor le robó el teléfono móvil, mientras que el acusado, siempre según su versión, le puso “una daga” en el cuello y le quitó una cadena de oro con una medalla.
La tensión en la sala iba ‘in crescendo’ a medida que la víctima explicaba lo ocurrido. El acusado no dejó de ir apostillando todo lo que la víctima contaba, por lo que la juez, tras varias llamadas de atención, decidió expulsar de la sala al procesado momentáneamente.
La víctima aseguró que el menor y el acusado fueron a su casa a “comprar tabaco” y fue entonces la única vez que vio a los que serían después sus agresores. El abogado defensor intentó desmontar la versión de la víctima, puesto que, según su cliente, no habían ido a “comprar tabaco” a su vivienda. Los intentos del letrado fueron en valde, tras varias protestas de la Fiscalía, y la negativa de la juez a admitir preguntas que no tuvieran relación con los hechos enjuiciados, es decir, el robo.
Los dos agentes de la Policía Nacional que declararon en calidad de testigos, únicamente refirieron que la víctima interpuso la denuncia en la Comisaría y que el hijo de ésta, que había presenciado el robo, reconoció a través de fotografías a los agresores.
El abogado defensor volvió a insistir en la versión de su cliente. A los policías les preguntó si conocían a la víctima previamente, pero nuevamente la juez intervino para que el letrado recondujera sus preguntas. Los agentes explicaron que conocieron a la víctima el día que fue a poner la denuncia.

La monumental bronca de la fiscal al acusado

El caso quedó visto para sentencia tras la exposición de los alegatos finales. La exposición de la fiscal fue sorprendente. En ningún momento dejó de mirar a los ojos al acusado, algo que no es habitual en otros casos,  en una monumental bronca que concluyó con la petición de la pena máxima por un delito de robo: Cuatro años de prisión.
La fiscal explicó a la juez que el acusado cuenta con un historial delictivo, con periodos de internamiento habituales, “desde los 14 años”. El joven ha sido pues un habitual en el Juzgado de Menores, conocido así por la fiscal, sin que su conducta y sus hábitos de consumo de estupefacientes hayan variado ahora que es mayor de edad. Es por ello, que el Ministerio Público pide la condena más alta para un robo con violencia.
El abogado defensor insistió en solicitar la absolución de su cliente, pues el menor que le acompañaba el día de los hechos “apechugó” con las consecuencias y ya ha sido ‘condenado’ a más de un año de internamiento en el centro de reforma.
El acusado, en su turno de última palabra, reiteró que la versión de la víctima era “mentira”. “Fui a comprar droga. Lo de que salió a tirar la basura es mentira. Y no era de noche, era por la tarde. Además, si dice que la puse un cuchillo en el cuello, ¿dónde está la señal?”, afirmó, finalizando así el juicio.

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