Hoy es último día del año. Un año completo y a la vez complejo, que ha dado mucho de sí para nuestra ciudad. Ha sido un año desafiante si empezamos con el tema político, con la celebración de hasta tres elecciones -dos generales y unas autonómicas- que han dado de sí un Gobierno aún en funciones a nivel estatal y cambio de Ejecutivo en el plano local.
Un año que cierra en nuestra ciudad con la situación complicada a nivel fronterizo. Las relaciones con el país vecino son tensas y están pasando factura a la economía de nuestra ciudad que, un año más, cierra ahogada por una situación que a veces parece alejada de un país europeo y del primer mundo como lo es España.
De igual manera, Melilla sigue esperando ese repunte de la economía local que la haga volver a los años de bonanza que ya casi ni se recuerdan en la ciudad.
Ha sido un año marcado, como no, por el drama de la inmigración, que se ha visto en nuestra ciudad a todos los niveles, por mar y por tierra con un frontera que sigue siendo un coladero y un quebradero de cabeza para muchos.
Ha habido tragedias, muertes que han dolido a la sociedad melillense, pero que también han favorecido la unión de la sociedad en pro de la reivindicación y de la justicia.
Pero también ha habido solidaridad y una apuesta por la naturaleza y la igualdad, movimientos que han despertado conciencias que es, finalmente, con lo que debemos quedarnos, con esos buenos propósitos que debemos continuar en 2020. ¡Feliz año nuevo!