¿Cómo ser un niño feliz padeciendo la diabetes?. Fácil: tomando parte del denso programa de actividades y cursos organizado por la Asociación de Diabéticos de Melilla (Adimel) que preside Joaquín Rosa, una de las instituciones –a nivel nacional– que mayor reconocimiento obtiene de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de España y que presta atención especial, en el caso melillense, a los más pequeños.
No es fácil atraer la atención de los diabéticos mayores pero sí de los padres y madres de los pequeños afectados por la enfermedad. El secreto: “enseñarles a vivir con la diabetes sin complejos, haciéndoles entender desde edades tempranas que son chavales tan normales como cualquier niño y que, sólo cuidando la salud, el ejercicio físico y la higiene, no hay diferencias entre unos y otros”, manifiesta Rosa.
Cada viernes, diabéticos y familiares van a la sede de Adimel, realizan meriendas saludables, intercambian experiencias, participan en talleres y reciben conferencias de facultativos voluntarios de la institución. Son dos decenas de chavales melillenses que atraviesan el umbral de la sede con gesto feliz. Saben que, divirtiéndose, van a ganar en salud y algo más porque cada año viajan a Arcos de la Frontera con destino a un centro especializado en el que conviven con diabéticos -niños, también- procedentes de todas las comunidades españolas.
Rosa, que de estadísticas también entiende, afirma que, por norma general, el 10 por ciento de la población es diabética. Muchos de ellos y ellas ni lo saben. Ello quiere decir que en Melilla, sabiéndolo o no, 7.000 personas están afectadas por la enfermedad. “Y más diría yo porque los servicios sanitarios de la ciudad no sólo atienden a residentes sino a enfermos procedentes de Marruecos”, aclara el presidente.
Adimel subsiste –acaso ‘sobrevive’– gracias a la colaboración de las diferentes administraciones públicas: “Colaboramos con el Ingesa, pero sobre todo con la Ciudad Autónoma. Decir que tenemos abiertas las puertas de todas las consejerías no sería exagerar y esa colaboración hace posible que 20 niños y sus correspondientes familias estén debidamente atendidos e informados”.
En noviembre, la familia diabética de Melilla volverá a celebrar el Día Mundia de la Diabetes y lo hará satisfecha de lo conseguido en los últimos doce meses “pero sin autocomplacencia y sin perder el carácter reivindicativo de nuestra asociación. Sólo la sonrisa de un niño diabético merece el trabajo de todos quienes trabajamos desinteresadamente para Adimel”.
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